La Suerte de encontrar un buen pollo asado en Bogotá 

En una esquina de Chapinero se encuentra "La Suerte", un restaurante en el que el pollo asado preparado en caja china es el protagonista. Jugoso, con buen sabor y excelentes acompañantes. Le damos nuestra recomendación.
 
La Suerte de encontrar un buen pollo asado en Bogotá 
Foto: / Foto. Pexels Karolina Grabowska
POR: 
Simón Granja Matias

El pollo asado no tiene nacionalidad, pero no hay plato más popular en Colombia que este. Quizás sea la idiosincrasia en torno al pollo asado en Bogotá lo que nos permitiría llamarlo, de alguna manera, un plato típico colombiano. Por ejemplo, es difícil pensar en un domingo en el que la Selección Colombia juegue y la familia se reúna en la casa de la abuela sin disfrutar de pollo asado. O imaginarse un día de trasteo sin pollo asado es casi imposible. Un día de juegos de mesa familiar o día de locha en casa viendo películas sin pollo asado… pierde la gracia.

Las opciones para pedir esta preparación son múltiples en este país donde se piden 2 millones de pollos asados al año solo por Rappi. Se puede pedir al asadero del barrio, donde el color del pollo es característico por unas tonalidades naranjas intensas, o a cadenas grandes. Ahora, cuando hablamos de calidad, el factor puede variar, ya que algunos pueden resultar insípidos, otros secos, otros grasosos.

En mi caso, hace tiempo dejé de pedir a las cadenas más conocidas. Empezaron a ser grasosos, con mala atención y sin gracia. Comencé a pedir más a los asaderos de barrio. Pechirojo ha sido un gran descubrimiento, con buen sabor, no tan grasoso, a buen precio y buenos acompañantes. Sin embargo, hace poco tuve la suerte de conocer una muy buena opción que he probado en dos oportunidades distintas con excelentes resultados.

La Suerte es uno de los mejores restaurantes para comer pollo asado en Bogotá.
El restaurante La Suerte se encuentra en la calle 54 # 7-26, barrio Chapinero.

La primera vez que probé “La Suerte” fue por invitación de Cristian Gómez Cucunubá, socio y fundador. Fui a cenar junto con mi hijo, mi esposa y mi perro (es pet-friendly y por eso recibe puntos extras) a este restaurante ubicado en la calle 54 #7-26, barrio Chapinero. Este no es un asadero común y corriente; no es ni el de barrio con los pollos dando vueltas ni un asadero de cadena con toboganes para los niños. Es más bien un lugar cool que puede ser tanto familiar como para tomar unas cervezas con amigos, donde ponen música variada de todos los gustos. Nosotros nos sentamos al fondo del lugar, en una esquina en la que todo el que ha estado allí ha dejado su firma o algún mensaje. Es divertido ver lo que la gente dice, desde declaraciones de amor hasta las frases más ordinarias jamás inventadas que no vamos a replicar aquí.

Empezamos con unos palitos de queso que no tienen pierde: queso suficiente, buen sabor y vienen acompañados por la salsa miel mostaza de la casa. De bebida, excepto por mi hijo, pedimos un muy buen refajo. Y ya para entrar al protagonista de esta historia, nos recomendaron el pollo asado en caja china (ya les explico qué es esto) con salsa de cerveza, con la que ganaron el Festival de Pollo en 2022; pero también yo quise probar la salsa de chimichurri, mientras que mi esposa y mi hijo optaron por la de miel mostaza.

Como cada paladar es distinto, les puedo decir que mi favorito fue el pollo acompañado por salsa de chimichurri. Aunque, debo aclarar que todas las salsas me gustaron. Sin embargo, la de chimichurri va más con mi gusto hacia lo salado y más aromatizado. Mientras tanto, a mi esposa le gustó el de cerveza, y mi hijo se inclinó por el de miel mostaza.

Ahora, nuevamente, el protagonista de esta historia no es la salsa. Este es un personaje principal pero no el que roba pantalla. El pollo por sí solo, sin ninguna salsa, tiene un muy buen sabor; hasta la pechuga sabe. Tiene una sensación fresca, tierna y jugosa; y por supuesto, un buen cuero, ni muy quemado ni muy blandengue. ¿A qué se debe esto? Según explica Cristian, a un proceso cuidadoso que inicia con el cuidado de los pollos en vida. Se encargan de seleccionar pollos sanos y bien cuidados, y en cuanto a la preparación, es necesario hablar de la Caja China.

¿Esto qué es? Bueno, la historia es hasta interesante. Resulta ser un artefacto rústico y artesanal que algunos dicen que utilizaron los chinos en el siglo XIX como una forma de tortura; sin embargo, esto parece ser más mito que realidad. El origen real es cubano, aunque aquí también hay varias teorías, pues algunos dicen que los chinos que construyeron el ferrocarril en la isla a inicios del siglo XIX abrían huecos en la tierra, ponían la carne y encima prendían leña. Posteriormente, los cubanos, inspirados en esta idea, decidieron armar cajas y poner chanchos enteros, leña encima y así lograr una cocción lenta. Otros tienen otras historias.

Más allá de la historia, este método se empezó a expandir por Latinoamérica y es bastante usado en Perú, donde lo encontraron los tres emprendedores detrás de este restaurante.

“Buscando no caer en el típico restaurante de comidas rápidas y dialogando con mucha gente, un conocido nos dijo que un peruano tuvo hace años un restaurante de pollo en caja china por La Macarena y que el sabor era brutal. Ahí investigamos, alquilamos una caja, hicimos pruebas con un chef y nos decidimos por enfocar nuestro proyecto en la caja china”, cuenta Cristian.

Es así como Giovany, Alex y Cristian crearon “La Suerte”. ¿Por qué el nombre? “No sé si la gente recuerde una tradición de padres y abuelos, la del huesito de la buena suerte, que se refiere a la espoleta o fúrcula que es el hueso en forma de ‘Y’ ubicado en el pecho de los pollos. Este hueso a lo largo de los años ha sido relacionado con la buena suerte. Esta creencia popular ha trascendido de generación en generación desde la antigüedad. Según los historiadores, los romanos se encargaron de compartir esta práctica por los distintos puntos de Europa, para finalmente expandirse al resto del mundo”, responde Cristian.

Ese día mi hijo se ganó la suerte al llevarse la parte más gruesa del huesito, pero también mi esposa, el perro y yo, por haber encontrado un buen lugar para comer pollo con buena relación precio-calidad. Pollo entero: 45.000; deditos de queso: 18.000; y pinta de refajo: 10.000.

Días después, un domingo de pereza, de ver películas, surgió la pregunta: ¿qué comemos? Y decidimos pedir pollo de “La Suerte” a ver cómo nos iba a domicilio. El resultado fue bueno, aunque como en todo, no es igual. Decidimos calentarlo un poco en la sartén.

Pero más allá de ese detalle, definitivamente sí tuvimos la suerte de encontrar un buen pollo en Bogotá.

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diciembre
1 / 2023