La leyenda del dorado: la inspiración de la nueva carta del lounge del hotel W Bogotá

Revista Diners
Papas tocarreñas acompañadas de queso sietecueros, un encurtido hecho con guatila del altiplano, una salsa de cubios de los Andes y un hummus con garbanzo y habas fritas de Boyacá: los sabores del altiplano cundiboyacense son los protagonistas de la nueva carta del lounge del W Bogotá Hotel.
El vestíbulo del lugar, considerado por la revista Conde Nast Traveler como el segundo mejor hotel de Latinoamérica, se ha convertido en unos de los sitios favoritos de la noche bogotana, pues reúne gastronomía, coctelería y música en un ambiente de sofisticación.

Para seguir propiciando noches inolvidables, el chef del lounge Sneider Molina y el bar manager Mauricio Pardo viajaron por el altiplano cundiboyacense para así conocer de cerca los ingredientes y la gastronomía de la región, de la mano de restaurantes locales, tiendas de barrio y casas de residentes, que terminaron por inspirar el nuevo menú de 12 platos y cinco cocteles del hotel.
El Dorado en el W lounge del hotel W Bogotá
Una parada imperdible en el altiplano cundiboyacense es la laguna de Guatavita. Este es el epicentro de la leyenda de El Dorado -y otras tantas-, que cuenta la historia de un pueblo cuyo cacique se sumergía desnudo en la laguna cubierto solo por una capa del oro de numerosas joyas y tesoros, que terminaban al fondo del agua.
La leyenda, que contaban conquistadores e indígenas, fue la inspiración para el diseño del lounge del hotel W Bogotá y para algunos detalles de sus habitaciones. En el vestíbulo, por ejemplo, cuelgan unos hilos dorados que hacen referencia a los tesoros de lo profundo de la laguna así como algunos baños dorados y telas brillantes en las habitaciones.

Aquella inspiración se extiende ahora hasta el menú del lounge, que resultó del viaje de Molina y Pardo con platillos como una panza de cerdo crocante en su caldo, con garbanzos y hojas verdes aderezadas con limón criollo y unas papas tocarreñas con queso hilado siete cueros y ají de chuguas.
Por medio de 12 opciones, el chef presenta un resumen de su investigación gastronómica a todos los visitantes. Los platos son ideales para maridar con los cinco cocteles creados por Mauricio Pardo que, como parte de la visita a destilerías artesanales de Guasca, Cundinamarca, resultan en mezclas como el cóctel Zipa, con Tequila Olmeca Reposado, Destilado Artesanal 472 Uchuva, zumo de piña y polvo de moras.
La cerveza de Cajicá, Cundinamarca, también hace presencia en dos cocteles: el Lítico con ginebra Beefeater, almíbar de maní, zumo de maracuyá y espuma de cerveza cajicá honey; y el Inzá, que une vodka Absolut con limonaria, destilado de feijoa y reducción de cerveza Cajicá honey.
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