The Macallan, un whisky de malta inigualable

Durante el periodo de entreguerras, en 1926, Janet Harbinson asumió la dirección de The Macallan, la destilería que su padre Roderick Kemp compró en 1892. Ese mismo año, Janet destiló un whisky excepcional que, sin saberlo, se convertiría en el más caro del mundo.

Luego de su destilación en 1926, este whisky fue envejecido en barricas de roble europeo durante sesenta años. Y para 1986, el destilado que permanecía en el barril número 263 fue envasado en cuarenta botellas intervenidas por artistas como Michael Dillon, Valerio Adami y Peter Blake. De estas, 14 recibieron la etiqueta Fine & Rare (fino y raro).

Una de estas botellas de The Macallan, pintada a mano por Dillon, alcanzó el título a la más costosa del mundo en 2019, cuando fue subastada por 1,9 millones de dólares en Londres y pasó a la historia como “el santo grial de los whiskies”. El elevado precio, que sorprendió incluso a los organizadores de la subasta, es solo una confirmación de que The Macallan es el whisky más prestigioso del mundo. 

Y es que este single malt tiene una gran complejidad en su elaboración artesanal: se produce en una sola destilería a partir de la fermentación de la malta cebada, a diferencia de los whiskies blended, que provienen de varias destilerías y suelen usar cereales como el trigo y el maíz. Además, es destilado mínimo dos veces al año en alambiques de cobre y añejado exclusivamente en barricas de roble. 

Creando un whisky de lujo

El hogar de este legado está a orillas del icónico río Spey, en Escocia. Allí se encuentra The Macallan Estate, la destilería construida en 2018 en la misma propiedad de la anterior y de Easter Elchies House, una construcción de 1700.

Esta destilería se caracteriza por sus 24 alambiques inusualmente pequeños. Cada uno tiene una capacidad inicial de 3900 litros y están diseñados para proporcionar al licor el máximo contacto con el cobre. Esto ayuda a concentrar el espíritu de la bebida y aporta los sabores intensos y afrutados que caracterizan los single malt de The Macallan.

En el proceso de destilación, los expertos de la marca verifican las características propias del whisky, como la viscosidad al tacto en la boca y aromas y sabores afrutados. Esta verificación, una de las más precisas del sector, es la principal responsable de la riqueza y cuerpo de la marca.

Así se da vida a uno de los whiskies más famosos del mundo, que les ha abierto las puertas del universo del single malt a los nuevos curiosos por esta bebida. De hecho, comprar ciertas etiquetas de whisky se ha convertido en una manera de invertir en Europa y Norteamérica, práctica que poco a poco se replica en América Latina.

La expresión perfecta para Navidad

Con el propósito de multiplicar la posibilidad para más personas de probar su experticia crearon ediciones limitadas más asequibles, como The Macallan Rare Cask y The Macallan Double Cask 18 años.

El primero es la expresión perfecta de The Macallan para los momentos especiales, como la Navidad y el Año Nuevo, ya que ofrece el sabor aterciopelado que hace memorable este single malt, con notas suaves de vainilla y roble. 

Por esto la recomendación es consumirlo solo, o bien, acompañado de hielo para explorar sus múltiples matices. Para una cena de Navidad puede incluir salmón ahumado, otro de los frutos del río Spey, en Escocia.

El Double Cask 18 años, por su parte, es una armonía perfecta entre barricas de roble americano y otras de roble europeo. 

Sírvalo con mucho hielo, soda y cáscara de limón para obtener una bebida cítrica y efervescente que contrasta con el sabor de las aceitunas, ya sean verdes, negras e incluso rellenas.

Otra opción para degustar ambas ediciones de The Macallan es una tabla de quesos añejados. Algunas de los tipos que puede incluir son el cheddar añejo, el queso azul, un gruyer o el brie.

*Alianza estratégica

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