El poder de la gastronomía: recetas creadas por refugiados en Latinoamérica

Adrián David Osorio Ramírez
Atayef es el nombre de una especie de empanadas dulces árabes, una preparación que suelen consumir los musulmanes luego de sus ayunos religiosos. Es, también, un plato común en la casa de Cristina Azar -de ascendencia siria-, quien lo plasmó, en compañía de su socia Areanny Natera, en el libro De nuestra cocina a la suya: Cocina Fusión de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
Cristina y Areanny se conocieron hace varios años en Anaco, su ciudad natal, una población del estado Anzoátegui, Venezuela. Y en octubre de 2019 viajaron juntas durante tres días para llegar a Bogotá. En medio de la situación más crítica de sus vidas, las amigas hicieron realidad Mr. Fill, un emprendimiento de comida árabe a domicilio.
Sus preparaciones llegaron hasta el equipo de ACNUR en Colombia, quienes decidieron incluir el atayef de Cristina y Areanny dentro de la publicación que recopila 14 recetas creadas por refugiados y personas desplazadas de manera forzosa en América Latina y el Caribe. “Creemos en el poder de la gastronomía para promover la inclusión y el diálogo entre comunidades”, dice José Samaniego, director regional de la Agencia.
Lejos de casa
La ciudad de Anaco está ubicada al oriente de Venezuela, a 1.655 kilómetros de distancia de Bogotá. El 15 de octubre de 2019, Cristina y Areanny -a quienes su amigos llaman Sami- dejaron todo lo que conocían para emprender el viaje que han realizado más de 1,7 millones de venezolanos hacia Colombia.

Al llegar a la capital colombiana, las amigas permanecieron juntas y alquilaron un apartamento. Sin embargo, con la llegada de la pandemia y la falta de recursos que trajo consigo, ambas fueron desalojadas del lugar y debieron pasar algunas noches en situación de calle.
“Contar lo que nos pasó es fácil, pero vivirlo fue supremamente difícil. Cuando nos desalojaron, otras personas decidieron volver caminando a Venezuela. Pero yo le dije a Cristina que no me podía devolver. Estábamos demasiado lejos. Así que lo único que podíamos hacer era tener fe”, le cuenta a Diners Areanny Natera.
Luego de enfrentarse a la cruda experiencia de dormir en la calle, y de algunos días escondidas en la casa de un conocido, Cristina y Areanny encontraron refugio en el hogar de Jesús, un primo de Sami. Allí surgió la idea de preparar comida árabe.
“Una noche estábamos sentadas en el mueble de mi primo y solo teníamos arepa con mantequilla para la comida. Cristina estaba llorando y en medio de la desesperación le propuse que comenzáramos a vender comida árabe. En Venezuela se comen mucho platos como el shawarma. Aquí no es tan común”, explica Areanny.
Mr. Fill, comida árabe
En julio de 2020 Cristina se comunicó con su mamá, que permanece en Venezuela, para conseguir las recetas de los platillos árabes. “La familia de mi papá y de mi mamá son de Damasco, Siria. Así que crecí con esa cultura, aunque en realidad antes de todo esto no sabía preparar nada (risas)”, cuenta Azar.
A través de videollamadas, las dos amigas escribieron las recetas, las tradujeron al español y comenzaron a explorar en la cocina, con nada más que una estufa de dos hornillas. Pocos días después se dieron a la tarea de repartir volantes por el barrio El Ensueño, al sur de Bogotá. Más tarde empezaron a repartir domicilios en bicicleta.

“Todo ha sido paso a paso. Luego de comenzar con Mr. Fill concursamos en el Festival de Panas y Parces. Nos registramos y mandamos todo lo que nos pedían. A las dos semanas nos llamaron porque habíamos sido seleccionadas y ahora debíamos llevar nuestras preparaciones. Allí nos recibieron dos chefs, probaron nuestra comida y tras varios días, nos avisaron que habíamos ganado”, recuerda Cristina.
El evento, que fue una iniciativa del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal, fue una ventana para darse a conocer. Al punto de llegar hasta oídos del equipo de ACNUR en Colombia.
Cocina Fusión de refugiados en Latinoamérica
Cristina y Areanny recibieron el reto, por parte de ACNUR, de crear una receta fusión que integrara tres países: Siria, Venezuela y Colombia. Después de mucho pensar, y de consultarlo con toda su familia árabe, las amigas se decidieron por el atayef.

“Son como empanadas fritas. Le agregamos crema pastelera, que es típica en Venezuela. Y después se nos ocurrió agregarle salsa de mora, para incluir a Colombia. Además le da color y un toque cítrico al dulce. Pero en ese momento no sabíamos mucho del proyecto. No sabíamos que iban a sacar un libro. Así que al enterarnos nos impactó mucho”, dice Areanny.
La región de América Latina y el Caribe acoge a más de 18 millones de personas desplazadas de manera forzosa. Muchos de ellos no cuentan con oportunidades para incorporarse a las comunidades y aportar con sus habilidades y talentos. Es por esto que surge el libro gratuito De nuestra cocina a la suya: Cocina Fusión.
Desde arepas dominico-venezolanas, cachapas abrasileiradas, shawarma con chimichurri y arroz con frijoles beliceños con un toque salvadoreño, las páginas del libro relatan cómo la gastronomía les ha permitido a estas personas reanudar sus vidas. Además, es una manera de promover la inclusión de refugiados y desplazados.

“El acompañamiento con ACNUR ha sido increíble para nosotras como refugiados. No esperábamos el apoyo de nadie, solo confiábamos en Dios. Pero ellos nos abrieron las puertas y nos están dando a conocer. Y aquí continuamos luchando. Soñamos con tener nuestro local y también aportar a la economía colombiana”, reflexiona Areanny.
Ya instaladas en un nuevo apartamento, las dos amigas continúan resaltando la comida árabe en Bogotá. No obstante, ambas recurren a otros empleos para poder comprar nuevos utensilios de cocina y continuar con el proyecto.
Descargue el libro gratuito aquí.