¿Se puede “hackear” el cerebro para sentir felicidad?

Diners conversó con el neurólogo Leonardo Palacios, sobre su charla de sentir felicidad en el primer Utalks presencial de CityU.
 
¿Se puede “hackear” el cerebro para sentir felicidad?
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Óscar Mena

“No hay una fórmula para sentir felicidad”, comentó sin rodeos Leonardo Palacios en el marco del primer Utalks presencial de CityU, que busca llamar la atención de esta emoción tan necesitada en tiempos de ansiedad y crisis económica.

Palacios es profesor de la Universidad del Rosario, de donde también se graduó como médico neurólogo. Además, es el fundador de Educación para la felicidad, una cátedra que existe en esta universidad desde 2015 y en donde conversa con los estudiantes sobre las habilidades blandas y el verdadero significado de la felicidad.

Después de dejar con la boca abierta a los invitados de la Utalks, que asistieron bajo todas las reglas de bioseguridad, Palacios remata la frase: “No hay una fórmula para sentir felicidad, sino que hay cientos de miles” y entre ellas están hasta las menos pensadas como el comprar el último celular de moda y vivir en soledad.

Diners conversó con él y nos dejó unos cuantos métodos para hacer de la felicidad esa emoción que puede estar presente en su vida cotidiana.

La regla del 50/ 50

 

Palacios explica que la felicidad está ligada en un 50% a la genética. “Algunas personas tienen niveles más altos o más bajos de serotonina, el neurotransmisor responsable de la felicidad. Eso explica que existan personas más felices que otras”, cuenta Palacios, quien agrega: “pero no es lo más importante”.

El otro porcentaje, según el experto, se compone de situaciones que podemos cambiar del día a día, como nuestra actitud frente a la muerte de un familiar o un despido laboral:
“Si la persona quiere, puede aprender a encontrar el goce de la vida. Porque la felicidad se puede enseñar, así como se enseña para otras cosas. Lo primero que hay que hacer es modificar la forma de ver la vida, respetar al otro, ser amable, saludar y de a pocos empezará a sentir el efecto de la felicidad en su vida”, comenta Palacios.

Voltee el pensamiento negativo

 

Si se siente abrumado con deudas, relaciones laborales tóxicas y problemas sentimentales, dele la vuelta al problema. “No importa la situación que está pasando, debe ejercitar su mente para encontrar esos pensamientos positivos y convertir su vida en un mecanismo de enseñanza para otros, o al menos para salir adelante todos los días”, comenta Palacios.

Recuerde que sus experiencias son únicas, que incluso, las malas sirven como una buena anécdota o para que no repita los mismos errores en el futuro.

“Esto también puede llevar a la persona a ver con más claridad el panorama, así como hizo el tenor Andrea Bocelli, quien le dio la vuelta a su circunstancia de estar ciego y se graduó como abogado, en incluso hizo una reconversión profesional y se convirtió en uno de los mejores cantantes del mundo, con matrimonio, hijos y mucho éxito”, explica Palacios.

Sí es posible ser feliz solo y comprando bienes materiales

 

Aunque es bien sabido que las buenas relaciones y el contacto con otras personas trae felicidad, el doctor Palacios asegura que también es posible sentir felicidad solo y comprando el último celular de moda.

“Si ustedes buscan en internet quién es el hombre más feliz del mundo, encontrarán a Matthieu Ricard, un monje tibetano de 70 años, que tiene voto de pobreza y vive solo, pero que cuenta con el cerebro de la persona más feliz del mundo. Así mismo puede pasar con quien perdió a su pareja o simplemente se divorció, porque se trata de una decisión tomada con todos los sentidos”, explica Palacios.

Así mismo pasa con las personas que deciden poner su felicidad en la compra de bienes materiales y está bien, porque como explica Palacios: existen muchas formas de ser feliz y no hay que cuestionar ninguna, excepto claro, si esta llega a atentar con la integridad de otras personas.

“Eso me sorprendió del estudio que hizo el maestro Tal Ben Shahar de la Universidad de Harvard, quien encontró que el 25% de los habitantes de Cambridge pueden sentir felicidad con objetos materiales. Tan respetable como la persona que decide hacer un voto de pobreza”, explica Palacios.

El cultivo de la vida interior

 

En otras palabras se trata sobre la meditación consciente que puede llegar a hacer cualquier persona, desde el católico que reza hasta el budista que se sienta 12 horas a encontrar su paz interior.

“Está comprobado, científicamente, que la persona que ora, medita o está realizando ejercicios de mindfulness, tiene más beneficios mentales como la sensación de relajación, una mejor toma de decisiones e incluso mayor estabilidad emocional”, explica Palacios.

Por ejemplo Laurie Santos, profesora de psicología y ciencias cognitivas de la Universidad de Yale, recomienda hacer meditación u orar al menos 10 minutos todos los días para llegar a sentir felicidad.

Optimismo razonable

“La doctora Tali Sharot, directora del Laboratorio del Cerebro Afectivo en Nueva York, explica que no podemos sentir felicidad si nuestro optimismo está mal enfocado. Es decir, si se trata de un optimismo a ultranza, que niega la realidad exterior, como por ejemplo, llegar a negar el COVID-19 y pensar que por no creer en él no se va a contagiar”, comenta Palacios.

Entre tanto está el optimismo razonable que sigue adelante después de medir las consecuencias. “Es bueno tener cabeza fría para tomar decisiones. Sobre todo si se está en una situación de estrés donde se mezcla la familia, el trabajo y los negocios. Usted sabe cuál es su límite y al final del día debe hacer una evaluación para entender hasta dónde puede llegar sin sacrificar la felicidad”, concluye Palacios.

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septiembre
28 / 2020