Jardines verticales: plantas que dialogan sobre el cemento
El contraste es evidente: el edificio de laboratorios de la Universidad Eafit en Medellín lleno de máquinas en su interior, está rodeado de naturaleza, pues en lugar de paredes tiene una estructura metálica por la cual trepan 15 especies de plantas, entre verdes y flores de colores, que conforman un par de muros vegetales por dos de sus costados. Al transitar por la avenida Regional, la fachada natural ilumina el imperante cemento.
Se trata de la obra de Jorge Mesa y Carlos Uribe, de la empresa Mesa y Uribe Paisajistas, que llevan varios años trabajando en este tipo de cubiertas vegetales en la ciudad. La de Eafit, que se hizo hace dos años, fue concebida con la intención de que no tupiera del todo, para que esos espacios vacíos permitieran mirar de adentro hacia afuera y crearan un ambiente de luces y sombras con cierto dramatismo.
Cuando se elige remplazar una pared con plantas desaparece el control total del cemento, así que la naturaleza puede guiarse, pero no obligarse. Hay que estudiar qué planta poner a dialogar con otra, pero lo importante es apostarles a especies locales cuyo comportamiento en el entorno sea adcuado de acuerdo con el sol que recibe y con las condiciones de mantenimiento. En el caso de este edificio, Mesa y Uribe se valieron de estructuras metálicas y enredaderas. En la base hay materas sembradas y desde allí las plantas se elevan, hasta que unas y otras se mezclan y forman la pared vegetal. La que allí crece es una de las superficies verticales verdes más grandes del país (15 metros de alto por 115 de ancho), y permite regular la temperatura en su interior, mediante un proceso bioclimático que rompe los rayos del sol.
Los muros vegetales son una idea del botánico y paisajista francés Patrick Blanc, recordado por el monumental jardín vertical que le creó en 1998 a la Fundación Cartier de París. Se inspiró en muros ve- getales naturales y barrancos de varios metros de altura tupidos de verde, que hoy emulan muchos arquitectos y paisajistas en el mundo; ya integrados a las ciudades de hoy, son una tendencia tanto estética como ecológica.
Estos jardines nacen de cultivos hidropónicos con fieltros sintéticos livianos, dentro de los cuales circula el agua previamente enriquecida con nutrientes, lo que permite que las plantas crezcan en un plano vertical y sin necesidad de tierra. Justamente, los arquitectos paisas acaban de terminar un trabajo en la estación Sabaneta del metro de Medellín, con esta técnica.
También existen muros verdes conforma-dos por filas de pequeñas materas que, por acumulación, terminan totalmente cubiertos y otros que, a la inversa de las enredaderas que trepan, son plantas que bajan, desde materas o recipientes ubicados en las partes superiores de las estructuras. La técnica hidropónica es la que mayor cuidado requiere, pero hay que tener claro que cualquier muro vegetal debe ser mantenido y cuidado.
Terrazas verdes
“En unos cinco años, cuando miremos desde un avión, las ciudades se verán distintas”, asegura Nicolás Hermelin, otro de los arquitectos colombianos que trabaja en el tema de cubiertas verdes. Hasta ahora lo que más se ha explorado en el país, especialmente en Bogotá, Medellín y Cali, son los muros vegetales, pero él está convencido de que está por estallar un boom de terrazas verdes, sobre todo porque cada día se sabe más de las plantas y es claro que el clima tropical permite que dichas superficies estén floridas todo el año.
Hermelin asesoró la manzana vegetal del centro comercial Oviedo, obra de Pascal Celis, y junto con el equipo del Jardín Botánico de Medellín, diseñó y asesoró al arquitecto Emerson Marín en el componente vegetal del teatro al aire libre de esa entidad. Actualmente se prepara para intervenir algunos muros del tradicional hotel Nutibara y las terrazas de un reconocido hospital y del nuevo coliseo de un colegio de la misma ciudad.
El tema de los jardines verticales y terrazas verdes tiene seducido a todo el país. En Bogotá la arquitecta Adriana Gallego ha logrado un trabajo de gran sofisticación gracias al conocimiento que tiene de las plantas, con intervenciones realizadas con bromelias aéreas. También puede apreciarse hoy el trabajo de fachada del hotel B3 Virrey en la carrera 15 con calle 88, obra de la empresa Groncol y las obras de Terreno en sitios como el Metropolitan Business Park. En Cali, por su parte, Álvaro Calonje lleva tres años haciendo muros verticales, especialmente en espacios privados, pero su obra puede verse en Casa Allegra, una casa republicana del barrio El Peñón.
Y en Cartagena está el muro del hotel de Silvia Tcherassi, que tiene como soporte botellas PEP y fue elaborado con diversidad de especies nativas, recolectadas por la madre de la diseñadora. Y tras ellos vienen, ya formados académicamente, los egresados de la maestría en Diseño del Paisaje que ofrece la Facultad de Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. En fin, todo un futuro por delante. Y hacia arriba.