Hipnoparto: el método para tener hijos sin anestesia

De Meghan Markle, duquesa de Sussex, todavía se habla en Inglaterra, ya no por su boda con el príncipe Harry, sino por el método que eligió para dar a luz a su primer hijo: hipnoparto.

A finales de 2018, luego de que la duquesa anunció su embarazo, apareció en público con un gesto frecuentemente: acariciando su barriga. Aunque para muchos es una pose para las fotografías, para Markle, en realidad, corresponde a una de las prácticas que sugiere el método del hipnoparto para crear un vínculo entre la madre y el bebé antes del nacimiento

Más que un método, el hipnoparto es una filosofía sobre el embarazo y el nacimiento que se traduce en una serie de prácticas cotidianas y que pretenden cambiar la forma en que se ve y se enfrenta este proceso: la idea es que el parto deje de ser un evento temido, doloroso, sufrido y se vuelva una experiencia interesante, emotiva y entrañable.

¿Cómo lograrlo? ¿Se trata acaso de buscar el estado idiotizo conocido de la hipnosis?

El hipnoparto tiene que ver con la autohipnosis, una práctica distinta a la hipnosis. Charlotte Ashe, especialista en esta práctica dice a través de su página web Bloom-hypnobirthing.com.uk que “no habrá trances, ni chasquidos de dedos. El elemento de hipnosis aquí se refiere a la capacidad del cuerpo para operar de manera autónoma, para progresar hacia una relajación profunda donde nuestro subconsciente se hace cargo, como cuando estamos absortos en una película, soñando despiertos, haciendo un bebé. No estás en el pensamiento consciente, pero sí muy consciente de lo que está sucediendo y eres capaz de salir de él en caso de que lo necesites”.

Básicamente, se trata de crear un estado mental capaz de evitar la triada: miedo-tensión-dolor, a través de la relajación profunda, la respiración y la visualización. Núria Pérez Sellarés, psicóloga y preparadora de partos con autohipnosis, explica a través de su página web Crianzanatural.com, que el círculo vicioso del miedo es una de las fuentes que agravan el dolor.

Cuando sentimos miedo nuestro cuerpo crea una serie de respuestas fisiológicas que nos preparan para combatir la amenaza: se acelera el corazón, se tensan los músculos y ahí aparece la tensión: “¿En qué afecta la tensión de los músculos al proceso del parto? Si los músculos del útero están tensos será más difícil que puedan funcionar tal y como deben para prepararse para dar a luz al bebé.

“Probablemente, para superar tal tensión, sean necesarias más contracciones y de mayor intensidad para que las fibras que rodean el útero puedan ayudar al bebé a pasar por el canal del parto. Aquí es cuando aparece el temido dolor” dice Pérez Sellarés, en su página web.

¿Por qué algunas mujeres prefieren no usar anestesia?

La medicina moderna logró evitar el dolor del parto con la famosa anestesia epidural que se utilizó por primera vez en un parto en 1942. Las madres que optan por el hipnoparto prescinden de este alivio medicinal, pero no porque con ello consigan los mismos efectos anestésicos sino porque de manera natural se vive el parto con las implicaciones de su naturaleza y manejando el dolor.

“Nosotros, como mamíferos, estamos diseñados para dar a luz de forma rápida y fácil. El miedo y el estrés son los que nos impiden hacerlo. No estoy prometiendo un parto sin dolor, pero las mamás que han seguido el hipnoparto regularmente reportan significativamente menos dolor e incomodidad y, a menudo, labores más rápidas” dice Charlotte Ashe en su página web.

El hipnoparto surgió hace 25 años y se le conoció como el método Mongan, porque fue Marie Mongan, una estadounidense, la que lo ideó cuando una de sus hijas le pidió que le describiera cómo había hecho para reducir los dolores de sus partos, en plenos años sesenta, y sin nada de anestesia.