¿Cómo se alivia una herida psicológica? Un experto nos da sus consejos

Enfrentarse al recuerdo doloroso es solo uno de los pasos para superar un trauma psicológico.
 
¿Cómo se alivia una herida psicológica? Un experto nos da sus consejos
Foto: Pexels / CC0
POR: 
Daniel Zamora

Esta artículo, titulado originalmente ¿Cómo se alivia una herida psicológica?, fue publicado el 19 de octubre de 2018.

Tiempo después del accidente de tránsito, Andrés* no soportaba el sonido de las ambulancias. Incluso, la música que iba escuchando en el auto cuando sucedió el impacto le traía sensaciones negativas. Todo ocurrió en un lugar que frecuentaba regularmente y solo pasar por ahí le generaba ansiedad.

“El de Andrés, después del accidente, fue un caso de estrés postraumático. Un trastorno de ansiedad que se presenta con relación a una experiencia intensa y dolorosa que puede ser directa, siendo testigo o afectado. También porque ha tenido acceso a detalles específicos a un evento traumático”, explica la psicóloga con maestría en psicología clínica, Ana Isabel Rincón.

La manera en la que Andrés llevó a cabo su tratamiento fue a través de la “exposición por imaginación”, es decir, retomar cada detalle de lo sucedido para ir exteriorizando las sensaciones e ir recuperando el control ante la situación.

El día a día de una herida psicológica

Un paciente diagnosticado con estrés postraumático puede perder, fácilmente, el dominio de su rutina porque, en cualquier momento llegan recuerdos y flashbacks que reviven el momento de dolor.

“También puede padecer alteraciones de la memoria, estados de apatía y emocionales que lo llevan a pensar en negativo, llevando a una incapacidad de ver el aspecto positivo de la vida. Se empiezan a presentar alteraciones del sueño, comportamientos autodestructivos, despersonalizaciones o tienen una sensación de que lo que están viviendo no es real”, detalla Camilo González, médico con maestría en neurociencia cognitiva de la Universidad Autónoma de Barcelona.

González señala que, aunque en general son los mismos protocolos para atender estos casos, cada uno funciona de manera independiente. Recuerda la situación de una niña, a quien atendió hace algunos años, que, además de ser abusada sexualmente, vio morir a su familia a manos de paramilitares en el Tolima.

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“Para ella lo más difícil fue montar en transporte público, porque si había alguien con olor a sudor, eso le recordaba a la persona que la había agredido. Fue un trabajo multidisciplinario, de psiquiatría y psicología combinada. Mi labor fue desprogramar ese tipo de recuerdos al nivel del sistema nervioso a través de acupuntura, mindfulness y herramientas de ese estilo. Luego de cierto tiempo comenzó a tener mejor calidad de vida, inició sus estudios y mejoró su parte de relaciones interpersonales. El proceso duró, más o menos, cuatro años”, recuerda.

La mayoría de los casos documentados sobre este tipo de heridas psicológicas tienen que ver con víctimas de la violencia armada. El 29 por ciento de los civiles afectados, guerrilleros y soldados padecen o padecieron de estrés postraumático según el estudio Aportes de la Psicología Positiva a Víctimas del Conflicto y Desastres Naturales en Colombia, elaborado por la Asociación Colombiana de Psicología Positiva y el Instituto de Ciencias de la Felicidad (Florecer), que incluyó los casos de 2500 sobrevivientes del conflicto armado y de la avalancha de Mocoa ocurrida en 2017.

El Hospital Militar se encontraba realizando un estudio más exhaustivo en el que se iba concluyendo que el 10 % de los soldados colombianos presentaban estrés postraumático. El estudio no es concluyente ya que, tras la firma del proceso de paz, dejaron de llegar heridos al hospital y se dejó de realizar. De mantenerse la tendencia se podría hablar de más de 20 mil militares que podrían padecer este trastorno.

La aceptación: el primer paso

No siempre quienes sufren de estrés postraumático quieren hablar del tema, incluso, se les dificulta reconocer que existe un problema. Por eso, Camilo González realiza algunas recomendaciones para descubrir si se tiene una herida psicológica profunda y que necesita de atención.

“A más tiempo, mayor dificultad de sanar. Lo más difícil es conseguir el impulso para que la persona busque ayuda, pues entra en un estado de apatía. Es importante que, cuando consideren que hay algo que no han superado, sepan que es uno de los primeros signos de alarma, cuando sientan que el evento traumático los atropella sin estar pensando en eso, es momento consultar, si ven que en su entorno sus amigos y familiares empiezan a llamarle la atención, a decirles que si algo pasa, es un buen punto para buscar ayuda”.

El médico añade que cuando se realiza el tratamiento y aparecen sentimientos de culpa, de auto reproche y se pierde el control de las emociones. “Les damos las herramientas para que empiecen a sentir que tienen las riendas de la situación. Para saber cómo abordar el evento dependiendo del caso puntual, a veces vale la pena cerrar los ciclos y funciona hacer una llamada, o escribir una carta. También ejercicios de visualización para que en un momento de crisis, sepan cómo abordarlo. Desde ahí se genera un trabajo que le va a permitir manejar mejor el tema y comenzar a solucionarlo”.

El propósito, independientemente de la causa de la huella del problema, es, para González, entender que el recuerdo no se va a borrar, pero puede archivarse y así aliviar el peso que representa para volverlo una memoria neutra.

*Nombre cambiado a petición de la fuente

         

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septiembre
9 / 2020