¿Por qué las parejas se parecen físicamente con el paso del tiempo?
Revista Diners
Los expertos en el amor recomiendan que se enamore de una persona con diferentes perspectivas de la vida, que tenga diferentes hobbies e incluso que sea el complemento ideal para sus aventuras. Algo así como el Yin y el Yang. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Michigan confirma que, aunque no nos demos cuenta, las parejas se parecen físicamente con el paso de los años.
Esta afirmación ya la había hecho el psicólogo Robert Zajonc en 1987, cuando empezó el estudio con 12 parejas recién casadas. Durante 20 años, el doctor les pidió una fotografía para analizar los rasgos físicos de ambos y reveló que las personas empezaron a aparecerse mucho más a su pareja.
Lo más interesante es que el cambio estaba relacionado directamente con la percepción de felicidad en la vida matrimonial, al igual que las diferencias, en rasgos físicos, se hicieron más claras en las parejas divorciadas.
Reconocimiento con tecnología digital
Aunque Zajonc falleció en 2008, la Universidad de Michigan decidió seguir con los estudios, esta vez utilizando métodos más modernos y apoyándose en el reconocimiento facial y la fotografía digital.
En 2017 las parejas se reunieron una vez más para realizar el experimento, solo que esta vez ellos tenían que elegir entre 10 fotografías a la persona que más le gustara o le atrajera físicamente.
Cada fotografía fue modificada digitalmente para incluir los rasgos de la pareja y los rasgos propios en un rostro que los sujetos nunca habían visto.
Emparejamiento selectivo
Los pacientes encontraron que el rostro que más les parecía atractivo era el que tenía los de su pareja y los de ellos mismos. Aunque hubiera pasado más de 30 años.
Zajonc utilizó estas revelaciones para hablar del ‘emparejamiento selectivo’. Es decir, la teoría que explica el por qué las personas eligen rostros familiares para así tener hijos con sus rasgos más pronunciados. Una cuestión netamente natural.
Sin embargo, los científicos aseguraron en el nuevo estudio que aunque es verdad que las personas eligen a su pareja porque tienen cierta similitud en la nariz, los ojos o la sonrisa, también es cierto que los parecidos se evidencian cuando se relacionan los procesos emocionales y los vasculares.
Contacto social prolongado
“La teoría vascular nos revela que la imitación empática repetida entre la pareja crea rasgos faciales muy similares. Estas personas llevan más de 30 años juntas y han adoptado gestos que modificaron su musculatura facial durante el matrimonio. Por lo tanto, la semejanza de parentesco es por un contacto social prolongado”, reveló la psicóloga Gina M. Peloso en el estudio.
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Los científicos llaman a este fenómeno “la facilitación social”, que explica cómo el comportamiento de su pareja puede modificar, inconscientemente, sus rasgos físicos.
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