Pedro Causil, líder de Colombia en el Mundial de Patinaje 2021

Daniel Zamora
Ser campeón ,al menos 18 veces, en el mundo del patinaje no es suficiente para Pedro Causil. Este sanandresano con acento paisa, tiene 30 años y quiere llevarse el oro el próximo 6 de noviembre, fecha en la que empieza el Mundial de Patinaje, celebrado en Ibagué.
Aunque esta disciplina no tiene reconocimiento para ser un deporte Olímpico, el Mundial de Patinaje es reconocido en el mundo como una justa que pone a prueba la mente y el cuerpo de los deportista, como cualquier deporte de talla mundial.
Por eso, Causil tiene pensado ganar dos medallas de oro para completar 20 en su carrera deportiva y darle la gloria al país que lo vio nacer.
En Diners recordamos las declaraciones que nos dio en 2018, cuando participó en los Juegos Olímpicos de Invierno, donde tuvo que cambiar las ruedas por cuchillas para deslizarse por el hielo y en donde no alcanzó a pasar de cuartos de final.
¿Cuáles fueron sus primeros patines?
Me los regalaron en una Navidad, pero fue un regalo normal, yo patinaba en la calle y un día la madrina de mi hermana le contó a mi mamá que había llegado un profesor de patinaje desde Cartagena, en ese tiempo eso era algo muy extraño en San Andrés.
¿En dónde entrenaban si en San Andrés no había una cultura del patinaje?
Comenzamos entrenando con mi hermana y unos compañeros en una cancha de microfútbol. Cuando creció la escuela pasamos al parqueadero del aeropuerto.
¿Cuándo comenzó a competir?
En marzo de 1999 fuimos a Cartagena para participar en el regional. Me gané dos medallas. A mitad del año 2000 hicieron el primer nacional de menores y un señor le dijo a mi mamá que por qué no me mandaba para Cartagena, que podría tener futuro.
Ahí ya tenía nueve años y fui muy osado al decirle a mi mamá que lo hiciera, que yo no tenía problema con estar solo. Me mandó con mi hermana de 13 años. A mis papás los criticaron mucho porque nosotros éramos muy pequeños, nos fuimos con una señora que nos ayudaba en la casa, pero esa es una historia de la que uno no se arrepiente porque fue la mejor decisión que pudieron tomar.
¿Qué cosas cambiaron del paso de San Andrés a Cartagena?
Ya contábamos con una pista, entrenadores con más experiencia y muchas cosas que me ayudarían a desarrollar todo el potencial que tenía. Me quedé de 2001 a 2005, ese año Bolívar cayó en una crisis y los deportistas comenzaron a irse, además, a mis papás les quedaba muy difícil mantenerme a mí y a mi hermana, que se había ido a Medellín a estudiar en la universidad; llegué a la capital antioqueña en 2006 y con 14 años entré al club Guillermo León Botero.
¿Ahí fue cuando ganó su primer mundial?
Estaba en la categoría prejuvenil y a los mundiales van desde la juvenil, sin embargo, a los dos mejores prejuveniles de cada año los invitaban al selectivo que participaría en los campeonatos. Allí pasó algo muy raro, no clasifiqué (eso no era lo raro), sino que a las dos semanas llamaron a cuatro deportistas más, uno de cada categoría y entre esos estaba yo. Así fui al mundial en Corea, siendo prejuvenil obtuve mi primera medalla de oro, mis rivales eran uno o dos años mayores.
¿Cuál es la victoria que más recuerda? ¿Y la más emocionante?
La de 2008, en la que hice el récord mundial en la modalidad de 300 metros aún siendo juvenil, lo hice en España. Lo más bonito es que la persona que tenía el récord mundial todavía estaba patinando.
Pero la victoria más emotiva fue la primera vez que gané en mayores, ahí consolidé toda la carrera que tenía detrás, porque durante el primer año de mayores gané cuatro medallas de plata, me faltó la de oro, y en el segundo no pude ir al mundial porque me lesioné, me tocó aguardar tres años para regresar.
Ese fue un momento que estaba esperando, en Corea 2011, tenía veinte años.
¿Cómo se lleva con las lesiones? A veces más difícil que recuperarse físicamente es retomar la confianza…
Las he tomado a mi favor porque me da rabia no poder estar en los torneos y ver a mis compañeros ganar cosas que yo también podía, eso me motivaba más. Nunca he perdido la confianza en Pedro Causil y he sabido utilizar muy bien la mente, ha sido una virtud. Cuando era mucho más pelado me pasaba de orgulloso y soberbio, pero no era algo que no se pudiera superar.
¿Cuándo fue la primera vez que patinó profesionalmente sobre hielo?
Durante una semana en 2012, pero no me gustó, me monté dos veces y me devolví para Colombia, me sentí mal acá (en Estados Unidos), pero la primera vez que hice un par de meses de entrenamiento fue en Milwaukee…
¿Cómo fue eso que le prometió al presidente de la Federación Colombiana de Patinaje, Alberto Herrera, que usted iba a ser el primer patinador colombiano en unos Juegos Olímpicos de Invierno?
No se lo prometí, le di la palabra de Pedro Causil, que es distinto. Cuando comenzó el 2014 fui a Holanda y allá duré como cuatro meses, entonces la federación me vio con la intención real de quererlo lograr, de proyectarnos con mi compañero Andrés Campo a unos juegos, ahí es cuando entró la federación a meterle la ficha, a nosotros nos tocaba pagar muchas cosas y ellos nos ayudaban con otras, luego fueron tomando las riendas, el pago de la pista, el gimnasio, etc.
Pedro Causil no parece ser de los que están ansiosos o nerviosos antes de competir…
Generalmente estoy muy tranquilo, trato de controlarme a la hora de correr porque sé que si no lo hago, no voy a hacer las cosas que tengo planeadas. Por ejemplo, correr los 1000 y los 500 es muy distinto. En el primero el ácido láctico es mucho más alto, así que mentalmente, en la última vuelta, tienes que concentrarte mucho, no patinar más rápido, sino mantener la posición; en los 500 lo más importante es no cometer errores.
¿Tampoco se sobresaltó cuando clasificó a los Olímpicos?
Cuando pasé la meta en los 500 mi entrenador me dijo: Causil, vas a los Olímpicos. Quedé en shock, pero también sentí alivio porque fue la manera de responder a las expectativas que se habían creado en torno a un sueño, de responderles a mis papás, y sobre todo a mí, y a la federación también que apostó por nosotros. Sé que quiero más, por ahora voy a trabajar muy duro para quedar en una mejor posición de la que clasifiqué.
¿Cómo valora la política de Estado frente al deporte?
En eso se ha mejorado muchísimo. Obviamente uno, como Pedro Causil, siempre quisiera más, pero con la última forma de manejar Coldeportes hemos sentido al Estado más cerca. Por ejemplo, con el cambio de modalidad dejé de ir a mundiales y me hubieran podido sacar del programa, pero me mantuvieron y apoyaron.
Los programas tienen que venir desde la infancia, no tenemos que esperar a que crezcan para apoyar a la gente que tiene resultados, pero tampoco podemos ser injustos, en Colombia debemos sanar muchas cosas como sociedad para luego pasar al deporte, y ojalá que a través de él ayudemos en esa transformación.