¿Cómo darle un buen uso a las Cesantías?

Conozca cómo utilizar las cesantías de la mejor manera y los criterios que debe tener en cuenta para elegir un portafolio de corto o largo plazo.
 
¿Cómo darle un buen uso a las Cesantías?
Foto: Randy Mora
POR: 
Cristina Lucía Valdez Lezaca

Comienza un nuevo año, acaba de aterrizar en la realidad de su día a día laboral y se encuentra mirando cuánto gastó en diciembre, en qué y por qué se le fue la mano. Es justo ahora cuando ve sus saldos en cuentas bancarias y contempla la posibilidad de echar mano de ese ahorro que le van a consignar el próximo 14 de febrero, sus cesantías. Pero espere un poco antes de pensar en la excusa para realizar un retiro parcial.

En nuestro país, al 31 de octubre pasado 6,5 millones de personas tenían depositadas, al igual que usted, sus cesantías en alguna de las cuatro Administradoras de Fondos Privados (AFP) que existen –Protección, Porvenir, Old Mutual y Colfondos–, así como en el estatal Fondo Nacional del Ahorro, en el que también pueden cotizar los trabajadores de la empresa privada. El monto total que manejaban dichas entidades por este concepto llegaba a 8,53 billones de pesos.

¿Y damos los colombianos un uso adecuado a nuestras cesantías? Muchas veces se nos olvida que estos ahorros constituyen una prestación social a la que tenemos derecho como trabajadores y solemos confundirlas con una prima que nos consignan en febrero de cada año. Recordemos que las cesantías equivalen a un mes de salario por cada año de servicios, o proporcionalmente por fracción de año, y se liquidan sobre el último salario mensual, si no ha variado en los tres últimos meses. Si ha variado, se liquidan sobre el promedio de los salarios devengados en el último año.

De acuerdo con la Asociación Colombiana de Fondos de Pensiones y Cesantías, Asofondos, en 2014 las personas que tenían derecho a este ahorro retiraron 3,46 billones de pesos de los fondos, y algo más de la tercera parte de ese monto (35 %) fue destinado al propósito natural para el que fueron creadas, es decir, a cubrir las necesidades ante la pérdida del empleo o el retiro del trabajo. Y los más beneficiados fueron los trabajadores de bajos ingresos, pues cerca del 83 % de los trabajadores afiliados a los fondos de cesantías gana menos de dos salarios mínimos.

El segundo uso que los colombianos dieron a sus cesantías en 2014 fue para construcción o mejoramiento de vivienda, ya sea para ampliar sus hogares, edificar lotes o realizar arreglos locativos, con un 26 %, seguido por la compra de vivienda, pago de impuesto predial y valorización o de un crédito hipotecario, con un 22 %. El tercer destino de las cesantías lo constituyó la financiación de estudios superiores para los afiliados o sus familiares (9 %), mientras que el 8 % restante se fue para otros retiros autorizados (adopción del sistema de salario integral, sustitución patronal, llamamiento a prestar el servicio militar o fallecimiento del afiliado).

Sin embargo, y volvemos al párrafo inicial, no todas las personas contemplan sus cesantías como ese ahorro que les ayudará a solventar momentos de crisis ante un eventual despido, pues las ven como el desvare ante la deuda que contrajeron a fin de año o la plata que les hace falta para pagar la cuota de vacaciones, del carro, en síntesis, de muchos otros fines para lo que no fueron creadas. Esto se infiere del seguimiento que hacen las administradoras de fondos a los montos retirados y su destino, ya que un promedio del 70 % de las cesantías consignadas en febrero de cada año se retira durante los dos meses siguientes.

En las AFC privadas, los retiros totalizaron 24,86 billones de pesos en la última década (a valores presentes): 9,72 billones de pesos por terminación de contrato (39 %), 4,55 billones para comprar vivienda (18 %), 6,63 billones más para mejorarla (27 %), 1,85 billones para educación (7 %) y 2,2 billones en otro tipo de retiros autorizados (9 %), según Asofondos. Y es en el rubro de mejoramiento de vivienda donde se presume que hay mayor fuga de estos ahorros, pues basta con presentar la copia de un recibo para compra de materiales o mano de obra para realizar un retiro parcial.

Pero lo que no saben los que sacan estos dineros para salir de un apuro momentáneo es que se trata de un autoengaño; lo mejor es hacer de cuenta que esa plata no existe y seguirla guardando.

“Aunque por ley los recursos de las cesantías se pueden utilizar para compra o mejoramiento de vivienda, educación o estar cesantes, es importante tener presente que el uso más importante debería ser este último, es decir, estar desempleado”, indica Jorge Llano Salamanca, director de estudios económicos de Asofondos.

Agrega que independientemente del uso final de las cesantías, el afiliado debería buscar maximizar el valor de su ahorro. “Para esto la mejor opción consiste en mantener esos recursos invertidos dentro del fondo durante periodos largos de tiempo para que se valoricen continuamente y se puedan ver mayores rendimientos, y así un mayor capital que será fundamental para sobrellevar un momento difícil, como el de estar sin empleo, o tener más recursos para educación o vivienda”.

Por eso es clave entender que las cesantías se configuran como una de las mejores ayudas monetarias del trabajador al momento en que termina una relación laboral. Y cada persona tiene en sus manos tomar decisiones adecuadas para obtener mejor rentabilidad de este ahorro.

“Las cesantías son un mecanismo de ahorro forzoso, que debe asumirse con mucha responsabilidad”, explica Pablo Moreno Alemay, jefe de área de Finanzas de la Universidad de La Sabana. Reitera que su objetivo consiste en tener unos ahorros en caso de encontrarse cesante de trabajo y ese debe ser su principal fin. “Sin embargo, su uso para educación y compra de vivienda también es aceptado, e incluso recomendado, pues ambos contribuyen igualmente al propósito de ahorrar y de tomar decisiones pensando en las eventualidades del futuro”.

Criterios para elegir su fondo
Lo primero que debe tener en cuenta al momento de escoger un fondo de cesantías es, por supuesto, la rentabilidad que arrojan. Aunque la diferencia no se considera mucha entre uno y otro, en el largo plazo sí cuenta.

De acuerdo con cifras de la Superintendencia Financiera, en los portafolios de corto plazo, opción que eligen los trabajadores que retirarán sus cesantías en menos de un año, entre julio 31 y octubre 31 de 2015 los fondos privados arrojaron las siguientes rentabilidades: Protección 3,58 %, Porvenir 3,47 %, Colfondos 3,41 % y Old Mutual 3,29 %. La rentabilidad mínima exigida por la Superintendencia Financiera es 2,67 %. Vale la pena aclarar que estos rubros varían de un trimestre a otro.

Para los portafolios de largo plazo, aquellos en los que se invierte a un periodo superior a un año, la rentabilidad de los fondos privados entre octubre 31 de 2013 y octubre 31 de 2015 fue: Colfondos 3,20 %, Old Mutual 3,14 %, Protección 2,04 % y Porvenir 1,59 %, siendo la rentabilidad mínima obligatoria -0,11 %.

Otro aspecto fundamental lo constituye la asesoría –personal o virtual– con la que usted dispone en cualquier momento y esto no se considera poca cosa, pues son muchas las dudas que existen tanto en materia de cesantías como pensional, y es clave contar con una atención permanente. Incluso ya no hay necesidad de ir a las oficinas, pues usted puede agendar una cita vía Skype o telefónica y el asesor le responderá sus inquietudes, entre ellas cómo administrarán sus recursos y cuál será el seguimiento que ellos realizarán a sus ahorros por este concepto.

La modernización tecnológica también es un factor importante a la hora de escoger un fondo, pues en pleno siglo XXI uno no puede pasarse la vida esperando a que un asesor le pase al teléfono. Y en esto, muchos fondos van a la vanguardia y cuentan con plataformas inteligentes que permiten contactar por varias vías a un asesor o descargar aplicaciones para monitorear los montos de sus cesantías y pensiones.

También es clave que el fondo brinde múltiples canales de retiro de sus cesantías (redes empresariales, bancos y puntos de pago), así como diversas asistencias y asesorías legales, médicas (incluso las hay en tutorías académicas para los hijos menores de 12 años), descuentos y beneficios con entidades especializadas en rubros como educación, salud, vivienda y remodelación del hogar.

¿Corto o largo plazo?
Desde 2010 los trabajadores pueden decirle a su fondo en qué forma quiere invertir sus cesantías, dependiendo de sus necesidades. La idea es proteger a aquellos trabajadores que retiran sus ahorros periódicamente y que debido a la volatilidad de los mercados, llegan a perder dinero.

En este sistema de administración, conocido como multiportafolios, los afiliados cuentan con portafolios de corto y largo plazo. Cada uno tiene sus propias características de inversión, rentabilidad y tiempo de permanencia. De acuerdo con Asofondos, la clave a la hora de elegir es saber el uso que les dará a sus cesantías y por cuánto tiempo las mantendrá ahorradas.

El portafolio de largo plazo está orientado a los afiliados que conservarán sus cesantías por un periodo mayor a un año y la rentabilidad se calcula en un periodo acumulado de 24 meses; en el de corto plazo están aquellos afiliados que las utilizarán en un periodo corto de tiempo y su rentabilidad se calcula en un lapso acumulado de tres meses. Eso sí, a más tiempo, mayor retorno, pues las cifras indican que en periodos amplios de tiempo el portafolio de largo plazo genera mejores rentabilidades.

Según cálculos de Asofondos, un afiliado que a comienzos de 2010 tenía $100 depositados en el portafolio de largo plazo, y los retira a finales de 2011, habría obtenido un saldo de $110,35. Sin embargo, si ese mismo afiliado hubiera dejado esos $100 hasta finales de 2014, el monto de sus cesantías habría sido de $128,09. Si se toma el ejemplo anterior, pero asumiendo que los $100 están depositados en el portafolio de corto plazo, los resultados a finales de 2011 y 2014 serían de $107,36 y $120,5 respectivamente.

Así pues, en vista de que muy pronto le consignarán sus cesantías, lo mejor es pensar que tiene un ahorro, el cual le servirá en tiempos inciertos, o espere a que se acumulen más y constituyan un monto robusto para cumplir con sus sueños de comprar vivienda o pagar los estudios de su núcleo familiar. No las malgaste, pues son fruto de su trabajo y le ayudarán cuando menos lo espere y más lo necesite.

         

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enero
26 / 2016