¿Es hora de endeudarse?

¿Es recomendable endeudarse en esta época? Nuestra experta en finanzas personales le da los pro y los contras para tomar esta decisión.
 
¿Es hora de endeudarse?
Foto: Randy Mora
POR: 
Cristina Lucía Valdés Lezaca

Todos sabemos que después de una eufórica celebración viene el guayabo del día después. Y así ocurrió a finales del año pasado, cuando la economía venía creciendo a buen ritmo, así como el empleo, con una tasa de desocupación de un dígito. Y a pesar de los altibajos de la industria, el encarecimiento del dólar y la descolgada en los precios del petróleo, los colombianos andábamos alegres y derrochones, a tal punto que el dinero, así fuera plástico, no dejó de circular en las postrimerías del 2014 y comienzos de este año por tiendas, almacenes por departamentos, supermercados y concesionarios.

Pero ya a estas alturas del 2015, con un dólar que ronda los 2.500, inflación que se crece a causa de la devaluación y petróleo cuyos precios siguen cuesta abajo, a ese cielo despejado le han salido varias nubecillas que empañan el panorama. De acuerdo con la Encuesta de Opinión del Consumidor que realiza periódicamente Fedesarrollo en las cinco principales ciudades del país, en febrero pasado el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC), que mide las expectativas de los hogares y su percepción frente a la situación económica, se deterioró y llegó a niveles que no se veían desde agosto de 2013, al ubicarse en 14 %, mostrando un retroceso respecto a enero (18 %) y frente a febrero de 2014 (16 %). De acuerdo con este sondeo, ya los hogares no están tan confiados en que este sea un buen momento para comprar muebles, nevera, lavadora, televisor y otros artículos de esta índole. Y la desconfianza se explica porque ya el mismo Gobierno aceptó que la economía se desacelerará este año y habrá que tener mucha cautela con el gasto.

¿Es esta entonces una coyuntura propicia para endeudarse? En este punto, y como siempre lo hemos advertido en esta columna, no hay que caer en absolutismos. Todo depende del tipo de deuda que va a contraer, del bien que va a comprar, y si tiene con qué respaldar y responder por esa deuda.

Édgar Jiménez, profesor de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, admite que este año será un poco más difícil que el anterior, porque se verá un menor crecimiento, “y conservar el empleo no está en manos de todos. Por eso los consumidores deben pensar muy bien antes de endeudarse para adquirir un bien durable. Si quieren comprar apartamento o carro, tengan un margen de ahorro para responder por las cuotas, por si hay riesgo de quedar sin trabajo”, es su recomendación.

Por su parte, y como aconsejan los antiguos griegos, la máxima de “conócete a ti mismo” aplica a la hora de tomar un préstamo. Así lo indica Raúl Cardona, jefe de la carrera de Finanzas de Eafit, quien admite que endeudarse depende de la capacidad de pago que tengan las personas. “Para eso deben conocer muy bien sus capacidades económicas y sus ingresos, independientemente de la coyuntura”. Cardona es claro en que en estos momentos la economía se está debilitando, por los efectos de los menores ingresos petroleros y se espera un menor dinamismo de la demanda, por lo que puede haber un menor apetito por tomar créditos de consumo. “En épocas de vacas flacas hay que tratar de ahorrar, pues siempre hay riesgo de quedar sin empleo y de que los ingresos se reduzcan. Por eso se considera clave que haya cuidado en las decisiones de financiación que se tomen; es necesario optimizar los gastos”, advierte.

Si ya tomó el impulso

En todo caso, es importante tener en cuenta algunos aspectos claves antes de embarcarse en un crédito. El primer paso es conocer los costos de las transacciones más utilizadas para que seleccione la entidad financiera que más le convenga y así cuide su bolsillo. Vale la pena tener presente que cada entidad bancaria maneja distintas tasas y en ocasiones otorgan beneficios dependiendo del cliente y su historial.

Acá, y como lo recalca Alfredo Barragán, especialista en banca de la Universidad de los Andes, la recomendación es adquirir créditos que sean consecuentes con lo que le hace falta. “Si necesita un carro, pida crédito para su vehículo; si quiere comprar una casa, pida un crédito hipotecario. Es importante identificar la necesidad, comparar alternativas y a partir de este análisis tomar la decisión. Esto es perfilarse bien”.

Si, por ejemplo, desde hace tiempo usted viene ahorrando para comprar vivienda; no quiere que los precios sigan trepando; ya tiene listo el monto para pagar la cuota inicial; la cooperativa de su empresa le tiene un crédito preaprobado y encontró una buena oferta, no lo piense dos veces y láncese. Pero si se trata de caprichos o antojos y su compra puede esperar, no haga caso omiso de los consejos. Los expertos en el tema recomiendan prudencia.

En el caso de vivienda, los créditos hipotecarios tienen las tasas de interés más bajas que el resto, aunque no hay precios bajos de vivienda. “Esas tasas se explican por la creación de instrumentos por parte de los bancos para hacer más eficientes los créditos y así trasladar tipos bajos a los clientes”, dice Barragán. En la mayoría de las entidades financieras el promedio para el crédito de vivienda está en 12,5 % este trimestre.

Pero recuerde que comprar una vivienda requiere un esfuerzo financiero considerable, pues tendrá que afrontar todos los gastos asociados, ya que no sólo se trata del pago de la cuota del crédito durante varios años, sino de la cuota inicial del inmueble, los gastos de estudio de crédito, escrituración y registro, así como la instalación, mudanza y en muchos casos la adecuación de su nuevo hogar. También hay que tener en cuenta que deberá empezar a pagar el impuesto predial y de valorización.

Si lo que quiere es unirse al trancón y comprar carro, y ya tiene un ahorro para invertir en este bien durante 2015, tenga en cuenta que las entidades prestan a tasas que oscilan entre 10,7 % y 18 %, dependiendo del monto y los plazos del préstamo.

Otros gastos como electrodomésticos, computadores o educación, pueden sufragarse a través de los créditos de libre inversión, que al igual que las tarjetas de crédito manejan una tasa de interés más alta que la del resto de los servicios bancarios y cuyo costo también dependerá en gran medida del perfil del cliente. La tasa de interés para este tipo de crédito entre los bancos está entre 22 y 28 % en promedio. Y aquí también aparece uno de los medios de pago más apetecidos y utilizados por los colombianos a la hora de hacer compras para las que no se tiene efectivo, como son las tarjetas de crédito. Los bancos han mantenido tasas estables en los últimos meses, con un interés promedio de 28 % efectivo anual y si su idea consiste en pagar con plástico, la recomendación es cancelar a una cuota, para no pagar los intereses. Sin embargo, si se queda corto de flujo de caja puede prepagar la deuda, es decir, adelantar algunos pagos.

Un deudor informado y prevenido es un deudor feliz. No lo olvide si quiere que las deudas no arruinen su sueño.

         

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julio
9 / 2015