Los secretos de belleza de Margarita Ortega

“¡Margarita, feliz noche, que duermas!”, cuenta coloquialmente la actriz Margarita Ortega que le dice su piel todas las noches cuando ella, luego de quitarse el maquillaje, se pasa un hielo por la frente, su nariz, y los pómulos para refrescarla y liberarla de la carga de maquillaje, polución y luz del día. Este es apenas uno de los secretos de belleza de la periodista.

La belleza caleña

Ese es apenas uno de los secretos de belleza de esta caleña que lleva casi tres décadas en las pantallas de la televisión nacional e internacional. A eso le suma el sentirse siempre bien. “Es una frase de cajón”, dice. Pero su vida sana respalda esta idea cliché: vegetariana, deportista, practica la meditación y procura tener siempre una vida feliz.

En la vía de esta ideología, acaba de lanzar su libro Sin culpa, sin lactosa. “Alguien tiene que decirle a la gente que la vida sin leche no es aburrida; a veces hay que llevar la contraria cuando uno está convencido de la historia”, añade.

Las alergias eran una constante hace 20 años en la vida de Margarita Ortega. Casi no podía respirar, usaba inhaladores y se la pasaba en el servicio médico. Un médico le sugirió que cambiara su alimentación y los resultados la asombraron.

Dice que se encontró con la alimentación natural, pobró otros colores, texturas y sabores y se quedó desde entonces con una tendencia de comida menos industrializada. -¿Es fácil encontrar comida sana en la ciudad? -Debería serlo, responde. Es el origen, solo que nos han hecho creer lo contrario.

Comida y espíritu

La comida natural no solo la llevó a abandonar los inhaladores, sino que comenzó un viaje interior, en el que empezó a consultar otras lecturas, actividades físicas, a hacerse más preguntas y buscar las respuestas.

“Empecé a tener conciencia con la gente que me rodea y la naturaleza que siempre estaba presente en mi vida, pero que no había visto; empecé a preguntarme sobre la productividad, la industrialización y la manera como debemos vivir. Llegó el camino lleno de regalos en un conocimiento espiritual maravilloso, nuevo conocimiento intelectual; entonces comprendi que en esencia uno es lo que consume, o uno es la esencia de lo que consume y eso signitifa todo lo que lees, ves, escuchas, respiras, comes”.