Los datos más curiosos y extraños de la Copa Mundo de fútbol 2014
Adolfo Zableh
Calabozos por pelotas
Construir el estadio Arena Amazonia, en Manaos, costó 262 millones de dólares. Con capacidad para 42.000 espectadores, albergará cuatro partidos del mundial. Hasta ahí todo bien. Pero ¿qué van a hacer con el escenario una vez finalice el torneo? El año pasado, su antecesor, el estadio Vivaldo Lima, ya demolido, tuvo un promedio de asistencia de 807 personas por partido. Hasta ahora la única propuesta que ha tenido eco es la del juez Sabino Marques, del Tribunal de Justicia amazónico, que sugirió que el espacio se utilice como cárcel. Así, se le daría un respiro a la sobrepoblada prisión Raimundo Vidal Pessoa.
Lo harán, pero no lo quieren
Una reciente encuesta reveló que solo 50,7 % de los brasileños apoya la realización del mundial en su suelo. La resistencia tiene que ver con los gastos excesivos para la adecuación de las sedes en medio de las precarias condiciones económicas de muchos de los habitantes del país. Hace unos meses hubo una manifestación en 34 ciudades de Brasil, la cual dejó, de un solo tajo, 143 detenidos. Las autoridades esperan peores episodios durante el torneo.
Retrete a la cabeza
Una persona murió y tres personas resultaron heridas en la ciudad de Recife, que será sede del mundial, luego que hinchas del equipo local lanzaran un inodoro desde la parte alta de la gradería. Como Paulo Ricardo Gomes da Silva, de 26 años, fue identificado el hombre que falleció inmediatamente. El hecho ocurrió a comienzos de mayo y varias semanas después no había ningún detenido.
Más de Recife
En Brasil la gente tiene hambre, literalmente. En Recife, sede que albergará partidos como Costa de Marfil-Japón, Italia-Costa Rica y Estados Unidos-Alemania, la Policía pidió un aumento de sueldo de 50 % y el gobierno del estado de Pernambuco le ofreció solo 14 %. ¿Resultado? No hubo acuerdo, la Policía entró en huelga y los habitantes de la ciudad aprovecharon para saquear supermercados y camiones que transportaban comida. El gobierno central tuvo que enviar tropas del Ejército para controlar la situación.
Aceptamos todas las tarjetas
Aprosmig es la Asociación de Prostitutas de Minas Gerais. El gremio llegó a un acuerdo con Caixa Economica Federal, una entidad de fomento del Gobierno, para poder recibir pagos con tarjeta crédito y débito por parte de sus clientes. La medida fue pensada debido a la avalancha de turistas que se espera y por el peligro que representa andar en la calle con tanto dinero en efectivo. Los datáfonos serán entregados sin costo por la entidad.
No hay bolsillo que aguante
No se desinfle si no pudo ir al mundial. Piense que lo va a poder ver desde la comodidad de su casa gastando lo mínimo. Quien vaya a Brasil deberá haber ahorrado bastante ya que los precios están por las nubes. En Río de Janeiro, un hotel dos estrellas en Copacabana está alquilando habitaciones a 900 dólares la noche, mientras que una habitación improvisada de casa o apartamento se arrienda hasta por 200 dólares. Y un pasaje local de Río a Fortaleza alcanza los 800 dólares. São Paulo es ya de por sí la ciudad más cara del continente y la número 19 del mundo por encima de Nueva York y Londres. Según los economistas, los altos precios en el país se conocen como “Costo Brasil” y se deben a una mezcla de impuestos, gravámenes de importación, burocracia y mala infraestructura.
Cementerios con cara de estadios
La construcción de los doce estadios para el mundial tuvo como saldo ocho muertos. Tres fallecieron en São Paulo, tres más en Manaos, uno en Brasilia y otro en Cuiabá. Este último se llamaba Mohamed Ali Maciel Afonso, tenía 32 años, dejó dos hijos y laboraba para la empresa responsable de la iluminación, sonido y pantallas del Arena Pantanal. En palabras de Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, la entidad “ha vivido un infierno preparando el Mundial de Brasil”. Sin embargo, la situación palidece al lado de la construcción de los estadios para el Mundial de Qatar, en 2022. Según The Guardian y la ONG Amnistía Internacional, el país está usando mano de obra barata en las obras, en especial inmigrantes nepaleses e indios a quienes les quitan los papeles apenas llegan. De acuerdo con los informes, a los obreros no les pagan sus sueldos y los hacen trabajar en jornadas de más de 12 horas.
Nada está listo, nada funciona
Cuando faltaba un mes para el inicio del mundial, muchas de las obras no estaban ni cerca de acabarse. Al estadio Arena da Baixada, de Curitiba, le faltaban por instalar 10.000 de sus 41.500 asientos. Mientras tanto, las redes de telefonía y de datos estaban atrasadas en seis estadios, uno de ellos, el de Porto Alegre, donde los aficionados no pudieron subir a Internet las fotos que tomaron durante el partido inaugural jugado entre Inter y Peñarol. Aunque el atraso no es solo en los estadios. El aeropuerto Guarulhos, de São Paulo, el más grande del país, inauguró una nueva terminal que tuvo problemas tales como falta de sillas para sentarse, retrasos en vuelos y pérdida de maletas. Sin embargo, el mundial se juega pese a todo, eso no lo dude. A las patadas, sobre la marcha, como sea, así se vive este mundial.