Orlando Hurtado: “La salsa vive por Colombia”
Óscar Mena
De niño vivía la salsa en cada esquina de Cali. En la tienda, en el taxi, en el bus y hasta en la cuadra de su barrio San Carlos, con vista a las Torres de Maracaibo. Irónicamente, Orlando Hurtado no recuerda el momento exacto en el que decidió ser cantante, pues según él, fue la misma salsa la que se lo encontró a él. Desde los primeros compases que resonaban del Gran Combo de Puerto Rico y la Sonora Ponceña, hasta el golpe de bajo de las fiestas de barrio con el icónico sonido del boricua Bobby Valentín y la gloriosa orquesta de los Hermanos Lebrón. La salsa envolvió cada momento de su vida cotidiana.
Y como si su destino estuviera sellado, Orlando se dio a conocer por los grandes grupos orquestales del mundo como la Bronko de Venezuela, con la que trabajó 12 años de la mano del maestro Felix Shakaito para entonar: “Venenos para dos, coctel de amor. Que pone al rojo vivo el corazón” y despertar los corazones de los salseros.
Así sucedió también con la Orquesta de los hermanos Lebrón, con la que actualmente trabaja y tiene giras recurrentes en Estados Unidos y Latinoamérica. “La salsa tiene un sabor diferente afuera, porque se lleva a la gente que añora su tierra, pero definitivamente la salsa vive por Colombia. En Bogotá la gente se la goza sin pensar si ha escuchado o no la canción. En el Eje Cafetero hay mucho melómano y son bien exigentes. Y en Cali es donde se vive y se respira la salsa”, comenta Hurtado quien aprovecha cada pausa para cantar una que otra canción icónica de la salsa boricua.
El salto a solista
Orlando Hurtado ya es una de las figuras más icónicas de la salsa en Colombia. Y aunque su nombre no suene en las emisoras al nivel de Jairo Varela, el caleño desde su adolescencia llamó la atención de la orquesta de Wilson Saoko Manyoma y fue ganándose fama de líder vocal en diferentes orquestas hasta que llegó a los hermanos Lebrón, con quienes aún hoy en día sale de gira. Sin mencionar su trabajo con Delirio, el show de salsa más grande del mundo y su paso exitoso por la Voz Colombia, donde decidió participar para demostrar su talento a nivel solista.
“Todo cantante de orquesta sueña con ser solista en algún momento. Ser dueño de su propio producto. En 2008 grabé mi primer álbum en Estados Unidos y fue muy chévere y enriquecedor. Sin embargo, volví a Colombia y me enganché nuevamente con las orquestas, como la de Luisito Carrión, Cheo Feliciano, Marvin Santiago y todos los artistas grandes que venían de Puerto Rico”, comenta Hurtado.
Ahora vuelve a demostrar que está listo para continuar con su carrera de solista, un paso natural al que describe como una novedad de la que está dispuesto a aprender todos los días.
Duele el amor, la apuesta de Orlando Hurtado
Este álbum de estudio tiene el sello inconfundible de la salsa colombiana. “Si vemos, nuestra música suena al Pacífico colombiano. Nuestra salsa tiene el folclor de Buenaventura. Si escuchamos a Guayacán, por ejemplo, tiene mucho de la chirimía del Chocó y los conjuntos de marimba del sur. Esa es nuestra identidad y permanece viva en nuestra música”, explica Hurtado.
Justamente con esta visión, el caleño con más de 30 años en el mundo de la música lanzó un álbum para los melómanos de la salsa de golpe y para los amantes de la salsa romántica. “Es una combinación para esos dos públicos. La idea es despertar y enamorar al público con algo nuevo que refleje la vida cotidiana y lo lindo del amor y lo duro del desamor”, comenta el artista.
Orlando es un creyente del poder del amor y la vulnerabilidad. Su mensaje es claro: “el amor es el sentimiento más hermoso que podemos experimentar, incluso cuando duele. Por eso quiero que quienes escuchen este álbum se enamoren de la vida y de sí mismos, pues la belleza está en la capacidad de sentir y ser vulnerables”, explica Hurtado.
Duele el amor cuenta con 11 canciones escritas por Hurtado y Hugo Tovar, conocido como la pluma de oro, porque tiene un don para sintetizar ideas complejas. “Hay una canción que se llama No hay remedio y habla sobre la cotidianidad que se vive en el barrio”, cuenta Hurtado y canta parte de la canción: “Para la pendejada no hay remedio”.