De Colombia a YouTube, la industria nacional de videos musicales

Adrián David Osorio Ramírez
El video musical Mi gente, del reguetonero colombiano J Balvin y el dj francés Willy William en Medellín se publicó en junio de 2017. Hoy suma 3179 mil millones de reproducciones en YouTube y ocupa el puesto número treinta de los videos musicales más vistos en la historia de la plataforma.
Detrás del video está la productora audiovisual Treinta y seis, una empresa paisa que lidera el mercado de los videos musicales en Colombia y Latinoamérica, y que inició como el sueño de los antioqueños Harold Jiménez, Lucas Spot, Juan Pablo Valencia y Álex Sánchez hace 12 años. “En Medellín no había mucho acceso a equipos de producción audiovisual y tampoco una productora fuerte en el género urbano. Me junté con tres amigos y empezamos a grabar con una cámara de fotografía”, le cuenta a Diners Jiménez, director ejecutivo y cofundador de la compañía.
El primer video musical de Treinta y seis llegó de repente, de la mano del dúo Yandar & Yostin, cuyo mánager le propuso a Harold Jiménez rodar un video musical completo con apenas un día de anticipación. “Desde el momento en el que me llamó para hacerme la propuesta, hasta que dijimos ‘corte’, pasaron treinta y seis horas. Así comenzó esta historia”, recuerda.

Históricamente, los productos audiovisuales han sido una forma de catapultar la fama de los artistas musicales; incluso, cuando no existía la cultura del videoclip, las películas servían para engrandecer a figuras como el argentino Carlos Gardel y el mexicano Vicente Fernández, con el fin de transformarlos en íconos populares. Luego, canales de televisión como MTV y VH1 les dieron la posibilidad a los nuevos artistas de compartir su música con una audiencia mayor por medio de estos videos musicales.
A la par del surgimiento de la productora paisa, el género urbano crecía con unos jóvenes Karol G, Maluma y Reykon, en busca de la exposición que comenzaba a ganar Jose Álvaro Osorio Balvin.
Una década después, Treinta y seis superó los 300 videos musicales filmados, junto a artistas nacionales e internacionales como el propio J Balvin, Juanes, Piso 21, el puertorriqueño Luis Fonsi, el español Pablo Alborán y más recientemente la brasileña Anitta, con quienes obtuvieron su segundo premio MTV Video Music Award por Envolver.
La estética de Medellín en videos musicales
Intencionalmente distanciados de lo que proponían los productores audiovisuales boricuas una década atrás −una estética llena de carros lujosos, mansiones y mujeres voluptuosas−, Treinta y seis entendió que “el reguetón colombiano cuenta historias diferentes a las narrativas de los boricuas”, y así empezaron a traducirlo en un lenguaje audiovisual.
Desde entonces se ha gestado en Medellín una especie de hub audiovisual al que tanto cantantes urbanos como de otros géneros han acudido para integrar el sello paisa en sus producciones. “La industria musical ha cambiado en los últimos diez años y los videoclips se han vuelto esenciales por los smartphones, las aplicaciones, las redes sociales y el hecho de que todo el tiempo consumimos videos. Y Medellín se ha vuelto ese centro de producción audiovisual”, afirma Jiménez.
Además de esta productora, otros directores como el antioqueño Mateo García, conocido como Teograph, se han sumado a esta creciente ola audiovisual en Medellín. En su listado de colaboraciones se encuentran artistas de la talla del estadounidense Prince Royce, la dominicana Natti Natasha, el argentino Sael y los colombianos Feid y Manuel Turizo.
Precisamente por el trabajo junto a Teograph, la estilista de moda bogotana Daniela Riaño comenzó en esta industria de videos musicales en Medellín. “Yo vengo de la industria de la moda. Comencé vistiendo a Juanes para unas fotos, luego a Morat, hace cuatro años, y después Mateo me escribió para una producción en Medellín. Todo es una cadena de contactos porque desde entonces los mismos managers y artistas me solicitan para hacer el styling de sus videos”, le explica a Diners Riaño.
Su visión de la moda ha llevado a la bogotana a trabajar en producciones para artistas globales, como la británica Dua Lipa y el canadiense Shawn Mendes, ambos junto al director paisa Rafael Perez, conocido como Rafatoon, quien a su vez ha trabajado creando videos musicales animados para otros artistas pop como la estadounidense Katy Perry, la australiana Sia y la agrupación Linkin Park.
La visión bogotana
Mientras en Medellín el género urbano domina el ámbito audiovisual, en Bogotá también hay una creciente demanda por estos contenidos artísticos, que lideran directores como Salomón Simhon, quien ha trabajado con el bogotano Esteman, la banda Aterciopelados, el estadounidense DJ Khaled y el panameño Sech, además de productoras como Plan 9, que con un equipo de ocho directores como el caleño Simón Brand ha colaborado con artistas como el samario Lalo Ebratt y las agrupaciones Ventino y Diamante Eléctrico.
La directora audiovisual Sara Briceño explica que el aumento de demanda de videos musicales “fortalece la industria audiovisual y nos da la posibilidad a muchos directores de proponer cosas distintas y más grandes. Sin embargo, podría decir que en Bogotá se hace alrededor del 80 % de los comerciales que se producen en el país, pero en Medellín se filman más del 70 % de los videoclips”, explica Harold Jiménez.
Daniela Riaño coincide con Briceño en cuanto al contraste entre ambas ciudades: “en Medellín la industria no es tan numerosa, no es que haya 80 stylist y maquilladores. Yo diría que somos menos de 10 personas por profesión. Entonces, aunque cada productora compite por la mejor propuesta, el equipo de arte siempre es muy similar y todos nos conocemos. Por el contrario, en Bogotá hay muchos más equipos y profesionales en cada área, sobre todo en el ámbito publicitario”.

Para grabar el video musical de El aire que respiras, la canción de la cantante colombiana Nina Rodríguez, Sara Briceño codirigió junto a Leonardo Jurado. “El reto creativo fue no ser literales y generar una discusión a partir de la danza, sin necesidad de usar palabras o gestos muy obvios. Para esto trabajamos con el coreógrafo Rubén Montoya y los bailarines Eduardo Martínez y Zaira Mora”, comenta Jurado.
Un par de semanas después de la publicación del video, Briceño y Jurado recibieron la noticia de haber sido seleccionados en cuatro festivales audiovisuales internacionales: Praga, Berlín, Canadá y Estados Unidos. A los reconocimientos se sumaron dos especiales: el título a mejor actuación en el Experimental Dance & Music Film Festival de Canadá y el premio a mejor video musical de directora mujer en los Prague Music Video Awards. “Esto no solo reconoce nuestro trabajo y el de todo el equipo, sino que también pone el país en la industria internacional para que vean la clase de trabajo que estamos haciendo”, asegura Jurado.
Colombia, líder regional en videos musicales
No cabe duda de que en Colombia hay un fenómeno latente de videos musicales que logra atraer incluso a los artistas con más impacto a escala internacional. Para continuar el trabajo con estas grandes estrellas sin desatender a los nuevos talentos, Treinta y seis creó Los Creators, una productora junior dedicada a reclutar nuevos directores de videos musicales para nuevos artistas.
“Por nuestro nombre y modelo de producción trabajamos con artistas más conocidos, pero estábamos dejando de atender un nicho bastante grande. Los Creators es una especie de semillero de talentos para los directores y productores, que después pueden pasar a Treinta y seis”, detalla Jiménez.
El éxito de Colombia en esta industria es el resultado de la profesionalización de cada área involucrada: desde camarógrafos, productores, directores de fotografía, iluminadores y directores de arte, hasta maquilladores, estilistas de moda, editores, coloristas y más.
En Treinta y seis, por ejemplo, cada videoclip requiere entre 50 y 70 personas. “No solo en el set, sino que incluye hasta la parte legal, que para nosotros ha sido un reto porque convertir esto en un negocio sostenible en el tiempo es un desafío. Además, tenemos la misión de devolver algo a la ciudad y enseñarles a los nuevos talentos cómo se hacen bien las cosas, porque a pesar de ser una industria creativa, necesita, como todas, un nivel de disciplina y formalismo importantes”, dice Jiménez.

Dicha profesionalización de los equipos es uno de los motivos que más atrae a los artistas y disqueras a producir sus videos en Colombia. Este aspecto se suma a la fuerza de la industria musical propiamente, ya que se convierte en un destino integral para cualquier proyecto musical. “Hay un nivel creativo muy bueno en Colombia, y puntualmente en Medellín es atractivo porque también hay productores musicales, por lo que los artistas aprovechan para venir, hacer la producción musical, generar contactos en la industria y filmar el video de una vez”, cuenta Harold Jiménez.
En este punto entran en juego otros actores de la industria como las comisiones fílmicas de Bogotá y Medellín, que son los entes gubernamentales encargados de regular las producciones audiovisuales que tienen lugar en cada ciudad. Además, la Ley 155, de promoción cinematográfica en Colombia, que se extendió hasta el año 2032, creó el Certificado de inversión audiovisual, un incentivo para que las empresas extranjeras produzcan en seis formatos de contenido, que incluyen series de televisión, videos musicales, videojuegos, producción publicitaria audiovisual y series web.

Otra razón del atractivo del país son sus locaciones, ya que en Colombia se consiguen destinos muy diversos, que incluyen desde las playas del Caribe hasta los páramos de los Andes. Esto se une con la ubicación en el continente, que acorta los desplazamientos desde lugares como Miami y Los Ángeles, pero también desde otros como Argentina.
La buena calidad de los equipos audiovisuales convence, además, por su relación costo-beneficio, pues los presupuestos en pesos colombianos se distancian de los que se necesitan para locaciones estadounidenses. “Grabar en Estados Unidos es bastante costoso, y aquí tenemos una industria con la misma tecnología de allá. Es todo un ecosistema que hace que el dinero rinda más y que el presupuesto se vea más en pantalla”, detalla el director de Treinta y seis.
Lea también: Paul Mescal y el poder de los recuerdos en la película Aftersun