“El amor es tan impredecible como el clima de Bogotá”: psicólogo Alberto Barradas

El psicólogo clínico Alberto Barradas le contó a Diners la motivación detrás de su libro ‘A veces Cupido tiene mala puntería’, en el que comparte reflexiones sobre el amor, el sexo y la infidelidad.
 
“El amor es tan impredecible como el clima de Bogotá”: psicólogo Alberto Barradas
Foto: Foto Brian Kyed / Unsplash /
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Revista Diners

Durante más de 20 años ejerciendo como psicólogo, el 90 % de las consultas que ha recibido Alberto Barradas han estado relacionadas con un mismo tema: el amor. Despechados, enamorados, personas con problemas sexuales, orientaciones sexuales diversas son solo algunos de los pacientes que han estado frente a él en su consultorio.

El amor, además, es un tema que ha atravesado la vida de este psicólogo clínico venezolano. De hecho, dice que gracias a “una amante” conoció la psicología, a los 28 años, y dejó atrás sus días como taxista, tarotista y numerólogo.

“Por amante me refiero a una persona con la que no tenía una relación de amor sino una medio clandestina. Yo vivía una depresión bastante fuerte por problemas económicos y me fui a vivir con ella, y me recomendó leer Teoría psicoanalítica de las neurosis, un libro de Otto Fenichel de psicología académica, con el que buscaba ocupar mi mente”, le cuenta Alberto Barradas a Diners.

Al terminar el libro, el venezolano decidió que era su camino en la vida y un par de años después se graduó como psicólogo con título cum laude. Hoy en día es el director ejecutivo de Psicovivir Internacional, una red de más de 70 profesionales que brindan consultas psicológicas online y que él mismo fundó en Venezuela en 2018.

Foto cortesía Editorial Planeta

Con su experiencia personal y profesional, Alberto Barradas brinda conferencias a nivel regional y ha publicado los bestsellers ¡Esto se acabó! y A veces Cupido tiene mala puntería. En este último título, el psicólogo aborda preguntas alrededor del amor que todos nos hemos hecho a lo largo de la vida: ¿Vale la pena enamorarse? ¿Qué pasa cuando nos enamoramos de quien no debemos? ¿Cómo salir de una relación conflictiva?

A propósito de la reedición de A veces Cupido tiene mala puntería, con nuevos aportes de Barradas a partir de la pandemia, el venezolano visitó Bogotá y conversó con Diners sobre este tema que parece obsesionar a la humanidad.

En tantos años de humanidad el amor siempre ha sido una pregunta constante ¿por qué, en su caso, hablar de amor?

Ahora tengo 53 años, pero desde muy joven, quizás 14 años, siempre quise tener relaciones sentimentales y no lo conseguía. No sé por qué. Era un enamorado sin suerte. Entonces fue una adolescencia muy solitaria, así que conocí el amor desde el dolor.

Luego, empecé a tener relaciones y me convertí en un mujeriego empedernido, de lo que no me enorgullezco de ninguna manera. Esto, a su vez, me trajo muchos problemas del amor. Después tuve una novia, una segunda, y luego una tercera. Y conocí el amor, y era diferente.

Pero como eso suele acabarse, conocí también el despecho. Más tarde entré a una época de libertad sexual, en donde comencé a practicar todas las vertientes sexuales habidas y por haber, entonces no era solo amor sino sexo.

Hasta que llegó la psicología y me dio un contexto teórico y práctico de mis complejos e inseguridades. Así desarrollé un concepto personal del amor y de sexualidad, pero empecé a darme cuenta de que mi dolor y mi soledad, también lo vivían los otros. Y nadie habla de eso. Solo se habla del amor como algo lindo y bonito, que lo es, sin duda, pero hay demasiada gente hablando bien del amor, alguien tenía que hablar mal.

Al leer por primera vez el título del libro me causa curiosidad la referencia a este ser mitológico de Cupido ¿por qué usarlo como contexto del libro?

Cupido tiene una simbología mítica muy interesante. La escultura de Psique reanimada por el beso del amor, de Antonio Canova, está en el Museo del Louvre y es increíble porque evidencia que la gente que no ama, que solo razona, es muy infeliz. Pero la gente que solo ama y no razona, también es infeliz. 

Así que escogí a este personaje porque a nivel de la imaginería social, todo el mundo sabe quién es cupido, sabe que es el encargado de enamorarte, pero no es el amor en sí. 

Y de alguna manera quería ejemplificar que el problema no es el amor, sino de quien nos enamoramos, cómo lo ejercemos y hacia dónde lo dirigimos. Ahí comienzan todos los problemas de los seres humanos.

A veces cupido tiene mala puntería
Foto cortesía Editorial Planeta

Por el título también puede entenderse que la culpa de todos los problemas en el amor es de Cupido ¿qué tanto de esto cree usted?

El amor es enseñado, tú no naces amando. Naces necesitado, con hambre. En consecuencia, el amor se va enseñando y los primeros que lo hacen son tus padres. Así que cuando entras en el amor adulto, eres un híbrido entre lo que has vivido, o no, y lo que te han enseñado y has visto en tu familia.

Esa es tu programación y ahí está el error, porque es posible que hayas crecido en una familia donde el amor estaba ligado al maltrato, a la agresión o al abandono. Pero te enseñaron que tienes que respetar a las mujeres. Y ahí hay un corto circuito entre ambas cosas.

De nuevo, el amor no es el problema, es cómo estás acercándote al amor, son las enseñanzas que recibiste sobre el amor. Eso es básicamente una clase práctica de psicología.

Una cosa es abordar el tema del amor desde la consulta psicológica, pero ¿cómo es escribir sobre el amor y qué tan alejado de lo biográfico se puede dar lujo de ser?

Mi libro es biográfico, no estoy hablando sobre mí pero sí son mis pensamientos. Aunque tengo una ventaja especial al tener un conocimiento personal, emocional, vivencial, empírico, aunado con mis estudios en psicología.

Entonces ligo mi experiencia biográfica, que también es de mis pacientes, con la psicología. Hablo del amor real, del verdadero, no del perfecto y para toda la vida, sino del amor que está lleno de drama, conflictos e inseguridades. 

Mi libro es para la gente que tiene conflictos en el amor, la gente que está bien que ni lo compre. Aunque el que pretenda que tiene asegurada una relación sentimental exitosa no sabe nada de la vida. Todas las relaciones sentimentales del mundo son un compendio de incertidumbre, la única certidumbre es que cada uno entrega su vulnerabilidad y confía en el otro. Lo demás es impredecible, como el clima de Bogotá (risas).

¿Cómo fue el proceso de escritura?

Es interesante porque el libro lo escribí estando despechado. Mi esposa me había botado porque yo le había sido infiel. Y no se me ocurrió mejor idea que escribir el libro. Por eso fue escrito en diferentes facetas.

Empieza estando despechado, luego transcurre estando yo en terapia, por lo que mucho tiene que ver con mi experiencia como paciente. Y la otra parte del libro es cuando me reconcilié con mi esposa. Son como tres historias. Y en cada etapa fui metiendo toda la teoría psicológica, clínica y académica, de cómo funcionaban estos procesos entre nosotros. De hecho, esta es la segunda edición del libro, con más capítulos, porque aquí escribí cosas que me enseñó la pandemia.

Hoy en día todas las conversaciones alrededor del amor tienden a ponerle este apellido de “tóxico”, ¿por qué se habla tanto de este tipo de amor hoy en día?

Tienes razón, antes no se hablaba de toxicidad. Yo entiendo una relación tóxica como una relación de sufrimiento. Hay que entender que tú no decides de quién te enamoras, pero sí cuánto tiempo te quedas con esa persona.

Así que cuando entras en esto por voluntad propia y por tu propia voluntad te quedas sufriendo, eres tóxico. Entendido tóxico como algo que te hace daño. Lo que ocurre ahora es que a cualquier detalle le decimos tóxico, cuando no es así. Entre seres humanos siempre va a haber conflictos. Y ahí está la capacidad personal de negociar, superar y aprender. Pero eso necesita esfuerzo.

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diciembre
22 / 2022