Colombia, el destino audiovisual más competitivo en Latinoamérica

Adrián David Osorio Ramírez
Duma y Fatimah son dos jóvenes que se conocen en Bahía, un barrio ficticio del Caribe colombiano y se enamoran al ritmo de la champeta. Al bailar este género musical autóctono de Cartagena obtienen poderes sobrenaturales. Este es, a simples rasgos, el argumento de la nueva serie original de Disney+.
Champeta, el ritmo de la Tierra está prevista para estrenarse en 53 países por medio de la plataforma de streaming. La serie invita a conocer más sobre las poblaciones afrodescendientes de la zona, la cultura palenquera y su legado. “Es un proyecto muy colombiano que muestra los paisajes de Guatavita, Zipaquirá, Honda y Santa Marta”, le explica a Diners Luisa Bendeck, productora ejecutiva de la serie.

Mientras que en Disney bailan al sonido de la champeta, en Amazon se preparan para el lanzamiento de Cochina envidia. Esta comedia negra cuenta la historia de cuatro amigas, basada en la obra de teatro Veneno, escrita y protagonizada por la colombiana Carolina Cuervo. En Netflix, por su parte, continúan los anuncios de series producidas en Colombia. Ritmo salvaje, una historia de jóvenes actores y bailarines dirigida por Simón Brand, se estrenará el próximo 2 de marzo.
Además de ser producidas en Colombia, estas series tienen en común ser beneficiarias del incentivo CINA (Certificados de Inversión Audiovisual) otorgado por el gobierno de Colombia. En 2021, treinta proyectos –entre series, miniseries y realities– recibieron estos incentivos, con una inversión total en el país de 677.232 millones de pesos, de acuerdo con Proimágenes.
Para este nuevo año, el país avanza como líder en la industria de la región. De hecho, Bogotá se convertirá en sede del Cineposium, la conferencia global de la Asociación Internacional de Comisionados Fílmicos (AFCI). Será la primera vez que el evento se realice en América Latina.
Estímulos e incentivos audiovisuales
El hecho de que una actriz de la talla de Charlize Theron (Monster) recorriera las calles de Cartagena para la cinta Ni en tus sueños, Daniel Radcliffe (Harry Potter) grabara sus escenas de Jungla entre Guaduas y Honda, o que Luke Evans (Drácula) filme una serie para Apple Tv+ en Bogotá, se debe en gran medida a los esfuerzos gubernamentales por impulsar la industria cinematográfica.

Dichos esfuerzos tienen origen en la Ley General de Cultura (Ley 397 de 1997). En ese momento se conformó el Ministerio de Cultura y el Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica, función que asumió Proimágenes. Luego, con la llegada de la Ley de Cine (Ley 814 de 2003), se crearon el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) y una lista de estímulos a la producción de cine colombiano y deducciones tributarias que fomentaron la cinematografía nacional. Desde la implementación de esta ley se han estrenado 393 películas nacionales, de acuerdo con el Ministerio de Cultura.
Nueva Ley del Cine
Lo anterior permitió que en 2012 se aprobara la nueva Ley del Cine (Ley 1556 de 2012), que desde entonces busca promover el territorio nacional como destino para la producción cinematográfica. La legislación estableció dos incentivos: el Fondo Fílmico Colombia (FFC) y los Certificados de Inversión Audiovisual (CINA). El primero es un fondo que otorga contraprestaciones a proyectos nacionales (series, largometrajes y videos musicales) y consiste en una devolución en efectivo de acuerdo con los gastos en servicios audiovisuales y logísticos (hotelería, alimentación y transporte) contratados en Colombia.
Los CINA, en cambio, son certificados con un valor equivalente al 35 % de los gastos de producciones extranjeras en servicios audiovisuales y logísticos en el país. En este caso, los productores que reciben este incentivo pueden negociarlo y transferirlo a personas declarantes del impuesto de renta en Colombia y funciona como un descuento de este tributo. En 2020 se logró prorrogar la Ley 1556 hasta 2032. Además, se diversificaron los tipos de proyectos audiovisuales extranjeros que pueden acceder al beneficio, sumando a la lista videojuegos, animación y productos publicitarios.
Cine colombiano
Cada año, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) abre la convocatoria para que los cineastas colombianos se postulen a los estímulos automáticos y por concurso, que buscan cubrir las diferentes etapas de una producción.
Algunas de las categorías son escritura de guion y producción de largometrajes. Ambas fueron obtenidas por el director bogotano César Heredia para su ópera prima Salvador. María Fernanda Barrientos, fundadora de Corte Films y productora de la cinta, explica que “el FDC es la principal financiación de las películas independientes colombianas. Además, es un premio, no hay que devolver el dinero que, en nuestro caso, fueron alrededor de 700 millones de pesos”.

En el caso de los incentivos del Fondo Fílmico Colombia (FFC), estos han hecho que grandes proyectos cinematográficos de carácter internacional tengan sede en Colombia. Sin duda, el más notable en el último año es Memoria, la película del director tailandés Apichatpong Weerasethakul que recibió el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes.
Memoria, que fue producida por la antioqueña Diana Bustamante y su empresa Burning, recibió el incentivo por contraprestación del Fondo Fílmico Colombia. “Aunque es una película con relevancia internacional, no es un largometraje de estudio. Entonces fue importante asegurar esos 1.300 millones de pesos en incentivos. Esa es una llave dorada que abre el resto de las financiaciones. En total, Memoria invirtió en Colombia 6.800 millones de pesos”, asegura Bustamante.

Contenido audiovisual hecho en Colombia
Netflix, el principal servicio de entretenimiento por streaming en el mundo, puso su mirada en Colombia hace varios años, cuando trajo al país la producción de Narcos. Sin embargo, su relación con la industria nacional se consolidó por medio de Distrito salvaje, la serie realizada por la productora colombiana Dynamo que se convirtió en el primer proyecto 100 % nacional de la compañía estadounidense.
“Desde su inicio en 2006, Dynamo ha estado muy activa con el aprovechamiento de los incentivos del gobierno, que han permitido el crecimiento de la industria. Y gracias a esto hemos sido capaces de vender a Colombia muy bien por fuera –dice Andrés Vargas, director de operaciones de la productora–. “Dynamo ha traído al país proyectos grandes, de manera que ha sido un beneficio mutuo. Ahora estamos haciendo una de las series más ambiciosas en Latinoamérica para Apple Tv+”.

Luego de más producciones con tinte local, como Siempre bruja, Frontera verde y El Robo del siglo, Netflix decidió abrir una oficina en Bogotá en 2021. La noticia llegó acompañada del compromiso de rodar más de treinta nuevas series, documentales y especiales en Colombia entre 2021 y 2022.
Productoras internacionales
ViacomCBS Networks International, el conglomerado de medios de comunicación estadounidense, se sumó a las apuestas por Colombia al convertirse en accionista mayoritario de Fox TeleColombia. Su llegada al país promete aportar dinamismo a la producción audiovisual y generar nuevos empleos en el sector.
Angélica Mayolo, ministra de Cultura, le contó a Diners que hay “más de 16 productoras internacionales que desarrollan series y películas en Colombia. Los proyectos de estas plataformas tienen un gasto total en el país estimado de más de 902 mil millones de pesos y contratarán a más de 5.300 colombianos, sin incluir extras ni figurantes. Hablamos de los mejores del mundo que han creído en nosotros”.
Las ventajas de filmar en el país
Cada año la lista de producciones cinematográficas que se producen y filman en Colombia crece. Para Andrés Vargas, algunas de las razones del liderazgo del país en la industria son “su ubicación geográfica y clima. También la diversidad de paisajes, lo que permite hacer distintos tipos de producciones y falsear locaciones. Puedes ir a Cartagena y falsear Cuba, o ir a uno de nuestros desiertos y falsear uno grande. Lo mismo con la selva”.

Además, “Colombia está en el centro del continente, con distancias relativamente cortas con las capitales del Cono Sur y ciudades de Estados Unidos. Y el hecho de estar sobre la línea del ecuador nos da un número de horas con luz día constante durante el año y unas temperaturas estables”, dice Ricardo Cantor, gerente de artes audiovisuales de Idartes.
Otro de los factores más atractivos para la industria internacional es la calidad del talento colombiano, desde el punto de vista de creación y producción. “Los norteamericanos valoran mucho el trabajo de los equipos colombianos. Si sumas eso a la eficiencia de costos por el valor del dólar, somos líderes por encima de México y Argentina, los que iniciaron con este tema”, sentencia el director de operaciones de Dynamo.
Los puntos débiles
A pesar de ello, los profesionales colombianos consideran que todavía hay un camino por recorrer para consolidar el trabajo de las últimas dos décadas. “Sigo creyendo que esta es una ley importante, pero que debería estar más encaminada a fomentar la industria nacional y no solo a la prestación de servicios, porque nos convertimos en el lugar en donde otros vienen a hacer sus historias. Lo interesante sería que, en esta necesidad de contenidos audiovisuales, Colombia fuera un jugador más interesante como generador de narrativas”, afirma la productora Diana Bustamante.

En cuanto a los procesos de rodaje, Andrés Vargas cuenta que “la debilidad innata de Colombia es su infraestructura, que hace costosos y complicados los desplazamientos. Algunos productores me han dicho que, por temas de logística, Bogotá puede llegar a ser más costosa para rodar que Nueva York o Los Ángeles. Es algo con lo que nos enfrentamos y hoy hemos aprendido a sobrevivir”.
El camino para 2022
Para este año, el Ministerio de Cultura espera continuar atrayendo producciones extranjeras al país y proyecta una inversión de 800.000 millones de pesos. Mientras que Proimágenes espera recibir sesenta nuevos proyectos para el CINA y diez para el FFC.
“Continuaremos trabajando para que Colombia se convierta en uno de los países más incluyentes y diversos de la región en producción de contenidos a través de estrategias de fortalecimiento enfocadas en la población étnica para la equidad racial, en contribuir a la paridad de género y en lograr producciones audiovisuales sostenibles y amigables con el medioambiente”, explica la ministra Angélica Mayolo.

De esta manera, con sus ventajas y desventajas, Colombia continúa en el camino de convertirse en una potencia audiovisual. Lo confirman el Premio Goya a mejor película iberoamericana que recibió El olvido que seremos y las tres nominaciones que recibió Encanto a los Óscar 2022.
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