Angélica Blandón: “Esta película es una invitación para reenamorarnos de Bogotá”
Óscar Mena
Una visita inesperada cuenta la historia de Monserrate -interpretada por Angélica Blandón-, una joven colombiana que vive en Estados Unidos y que tiene que volver al país para arreglar unos asuntos pendientes.
En el camino se encuentra con un estadounidense enamorado de Colombia (Andrew Narváez) y una familia muy pintoresca que le hace renacer su pasión por el país de la bandera tricolor.
“Esta película de Famor Botero es de las pocas comedias románticas que se han hecho en el país. Gracias a su escuela estadounidense y conocimiento en Colombia ha sabido jugársela con una historia fresca y divertida para el público”, comenta Blandón sobre la película que se estrena este 18 de noviembre en salas de cine.
En Diners conversamos con la actriz paisa, reconocida mundialmente por la cinta Paraíso Travel, sobre su papel en Una visita inesperada, su primer encuentro con la comedia romántica y su visión de la industria del cine nacional:
¿Podría elegir un momento importante de su carrera de los últimos 10 años?
He pasado por momentos emocionales muy fuertes que han transformado mi manera de actuar. He descubierto estos años que a veces tenemos sueños muy grandes, pero se olvida el camino para llegar allá y cuando el resultado no es el esperado, puede ser frustrante; sin embargo si se disfruta el camino es menos doloroso.
Creo que en estos años la lección más grande que he podido aprender es que toca disfrutar los procesos.
¿Qué tanto hay de Angélica Blandón en Monserrate?
De alguna manera todos los personajes son un reflejo de lo que uno es. Lo que pasa es que tú le subes y le bajas ciertos aspectos de la personalidad.
Monserrate es una chica más naif (ingenua, sensible y simple), muy obsesiva con el trabajo y que tiene unas metas muy particulares, pero también tiene una vida amorosa frustrada. Entonces lo que hago es ‘subirle el volumen’ a la Angélica en sus momentos más duros de amor y soledad; a la que le sale todo mal en una semana.
¿Cuáles fueron los retos que enfrentó durante el rodaje de Una visita inesperada?
El primero, sin duda, fue el lenguaje. Entender que era una comedia romántica, que tiene un timing actoral y que al ser una película coral, debía entrar en el juego completamente.
El segundo fue romper la cuarta pared. Nunca lo había hecho frente a las cámara, sí en el teatro. Uno está más acostumbrado con el público pero es raro en el cine, eso de hablarle directamente a la cámara es una apuesta difícil, pero hay que creerle a la idea para que funcione.
¿Cómo es la experiencia de trabajar con personajes que no son actores, como es el caso del comediante Freddy Beltrán?
Él ha explorado la comedia desde el stand-up y otros escenarios muy valiosos. Y, aunque aquí se juntan actores nuevos y emergentes, creo que para todos fue como una primera vez, porque yo nunca había entrado en ese juego de hacer una película romántica y de comedia. Creo que hay una primera vez para todo. A veces por más experiencia que uno tenga, siempre hay algo que falta.
¿Volvería a participar en una comedia romántica?
¡Qué delicia sería que ese fuera el género de la vida de uno! Pero no, la vida es más compleja. Nosotros tenemos mucho drama, thriller y suspenso.
A mí me gusta más el drama porque es el primer camino para abordar, además tiene muchas vertientes, pero me quedo con la posibilidad de seguir explorando.
Aún tengo mucha carrera por delante, la posibilidad de seguir trabajando con Famor y seguir haciendo cine en Colombia y otros países.
La película llega como un bálsamo en medio de tantas malas noticias…
Es una oportunidad para que a través del entretenimiento nos reconectemos con el amor. La pandemia y el confinamiento han separado familias, parejas y estuvimos saturados de lo cotidiano.
Esta película nos invita a reenamorarnos de lo simple y de Bogotá. Nos muestra que no todo es lo que quieren los políticos, sino lo que nosotros como colombianos podemos crear en sociedad.
¿Para dónde cree que va la industria del cine en Colombia?
Hemos aprendido a trabajar de muchas maneras, a interactuar más desde lo digital. Antes pensábamos que la globalización iba llegando de a poco, pero ahora es el momento donde está más cerca de nosotros. También hemos aprendido a contar las cosas de otra forma.
Espero que el futuro sea bueno, que el Covid-19 baje y que podamos superar esta etapa y seguir fortalecidos con estas historias que la gente escribió en esos tiempos cuando estuvo encerrada.
Cuéntenos un poco sobre Yo Bruja, la obra de teatro que tiene en el teatro Casa E Borrero…
Es un formato que experimenta el director Daniel Calderón en el que incluye al WhatsApp como un medio de comunicación entre la obra y los espectadores.
Aquí la gente tiene que prender el celular, meterse a un chat grupal con todos los espectadores y explorar los caminos que le ofrecemos, es decir, que al celular le llegan gifs, mensajes de texto y audios.
El proyecto es un poco de la locura que nos deja la pandemia. También es un acto revolucionario por incluir esta tecnología, además de su mensaje feminista y los trabajos de coreografías que tienen bastante esfuerzo físico.
También le puede interesar: Angélica Blandón, la protagonista de Fragmentos de Amor