¡Nomadland es la mejor película de los Premios Óscar 2021

Mario Amaya
Nomadland ganó a mejor película en la ceremonia de los Premios Óscar 2021. Recordamos esta entrevista con Frances McDormand, su protagonista.
Después de la crisis financiera de 2008, la mayoría de industrias de un pueblo en la zona rural de Nevada, Estados Unidos, se fue a la quiebra. En 2011, ante la difícil situación que enfrenta Fern, una mujer madura, sin trabajo y viuda, decide emprender un viaje: recorrer el oeste de Estados Unidos en una van y ver cómo sobrevivir.
A grandes rasgos, esta es la historia de Nomadland, la tercera película dirigida por la asiática Chloé Zhao, basada en el libro homónimo de Jessica Bruder y que ganó el León de Oro en el pasado Festival de Cine de Venecia y varios premios en otros festivales como el de Toronto y el de la Asociación de Críticos de Estados Unidos.
La cinta, que mezcla la ficción con testimonios de personas que en la realidad viven así, es una indagación profunda, pacientemente investigada, sobre el creciente número de estadounidenses para los cuales una existencia estable es imposible de conseguir y buscan una forma de sobrevivir en vehículos denominados “casas rodantes”.
“Profundamente íntima y conmovedoramente bella”. “Una película tan necesaria como sublime”. “Exquisita y poderosa”, son algunas de las frases que han dicho los críticos sobre la historia y el papel de McDormand, quien inicialmente solo iba a producirla y no a protagonizarla.
Nomadland ganó el León de Oro en el pasado Festival de Cine de Venecia. / Foto: Cortesía Searchlight Pictures
La actriz, nacida en Chicago en 1957, se hizo mundialmente famosa por su interpretación de Marge Gunderson en la película Fargo, de los hermanos Cohen, papel que le valió su primer Óscar.
Desde ese momento, la polifacética actriz ha dejado una huella con sus actuaciones en películas como Arde Mississippi, Casi famosos, Tierra de hombres o El hombre que nunca estuvo allí. En 2018, su papel en Tres anuncios por un crimen le valió su quinta nominación al Óscar y su segunda estatuilla como mejor actriz. Muchos aseguran ahora que con su papel en Nomadland podría ganar su tercer Óscar.
McDormand, casada con el cineasta Joel Cohen, es una militante feminista, que mantiene su vida personal privada, no gusta de las galas, los autógrafos ni las redes sociales y siempre elige con sumo cuidado las películas en las que va a actuar. “No busco una buena película. Busco escritores que generen una conversación cultural”, afirmó en una entrevista al periódico El País.
Diners conversó con la talentosa actriz a través de una videollamada desde su casa en el norte de California.
La cinta mezcla la ficción con testimonios de personas que en la realidad viven como nómadas / Foto: Cortesía Searchlight Pictures
A lo largo de su carrera ha interpretado a mujeres fuertes de zonas rurales. ¿A qué se debe esto?
Bueno, provengo de una familia de clase trabajadora del estado de Illinois, que vivía principalmente en áreas rurales, con muchos terrenos agrícolas, y luego nos mudamos cerca de una pequeña fábrica de acero en Monossen, al lado de Pittsburgh, Pensilvania, así que represento a las personas que conozco, a las que me criaron. Pero eso no implica que siempre haya querido actuar en roles de este tipo. Me interesan muchas cosas y me encantaría, por ejemplo, actuar en una película en un idioma distinto al inglés. Podría ser una buena espía… (risas).
¿Cómo se relaciona con un personaje que pierde su estilo de vida para entrar a vivir sin un rumbo fijo?
Afortunadamente, no he perdido a nadie cercano a mí, como sucede con Fern, mi personaje en esta película, con excepción de mis padres, que vivieron una vida plena y feliz hasta su vejez. Sin embargo, es parte de mi trabajo como actriz hacer creer a los demás que me ha sucedido. Y creo que por el poder de mi oficio puedo hacerte creer cosas. Puedes confiar en mí, seguirme a un territorio emocional que parece empático, puedo llevarte a un lugar donde no has estado antes, pero que no parece tan extraño.
Esa es, quizás, una de las cosas más gratificantes de haber hecho mi trabajo durante los últimos cuarenta años. Aprendí desde muy temprano a tener mi propia vida emocional. No quería ser una de esas actrices que se vuelven locas, y por eso sé fingir muy bien.
La cinta ganó dos Globos de Oro: Mejor película dramática y Mejor director a Chloé Zhao, quien además es la primera mujer asiática en ser nominada a mejor dirección / Foto: Cortesía Searchlight Pictures
¿Qué le llamó primero la atención de la comunidad nómada?
Sus elecciones pueden volverlos un poco locos, más ansiosos o estresados porque llevan una vida poco convencional. Toman decisiones de una manera muy específica porque no se sienten apoyados por el sistema. Y aunque es una historia creada, también se basó en todo el tiempo que llevo con mi esposo y lo que eso significa, para luego poder encontrarme, con la libertad, la tristeza y la alegría de estar sola y depender de mí misma, como este personaje lo hace.
Esta película, de alguna forma, le recuerda el inicio de la vida laboral. ¿Qué tipo de trabajos extraños tuvo que hacer para mantenerse en esta carrera de la actuación?
Empecé a trabajar cuando tenía 15 años. Lavé platos en restaurantes, como lo hacíamos muchos de nosotros, cuidé niños, todos esos trabajos… Cuando estaba en la universidad trabajé en la cafetería y en la escuela de teatro estuve en el departamento de vestuario. Durante los veranos administraba una lavandería, planchaba y doblaba ropa. Recuerdo que la primera vez dejé un calcetín rojo con la ropa blanca de una mujer y todo se volvió rosado. ¡Fue un desastre!, pero ella pagó y me sorprendió que lo hiciera. Eso sí, todo estaba muy bien doblado (risas).
Todas las experiencias son aprendizajes para el futuro…
Cierto, y tuve múltiples trabajos y experiencias. Cada vez que me mudaba de apartamento cuanto estudiaba en la escuela de posgrado, vendía algunas cosas en la calle para obtener suficiente dinero. De hecho, en una de esas ocasiones vendí una flauta –de lo que siempre me arrepiento–, y se lo conté como una anécdota a la directora Chloé Zhao. Por eso Fern toca la flauta en la película, porque ella pensó que sería divertido ver cuánto podía recordar.
Pero tuve mucha suerte cuando me gradué de la escuela de teatro. Solo tenía tres trabajos que no estaban relacionados con la actuación. Trabajé como cajera en un restaurante de Nueva York, transcribí textos y respondí correo de fans para la banda de rock AC/DC. Así pude mantenerme para seguir en la actuación.
La actriz, nacida en Chicago, ha ganado el Óscar a mejor actriz en dos oportunidades. / Foto: Cortesía Joshua Richards
La película muestra, por un lado, el valor hacia las cosas materiales de esta cultura, somos juzgados por lo que poseemos. Y también muestra a una persona desapegada de todo, que aún mantiene su dignidad, su sentido de sí misma. En parte, la pandemia actual ha revaluado eso, ¿lo siente así?
Es tan fortuita la forma como nos conocimos, que hicimos la película, que fuimos invitados a las vidas de los habitantes de las furgonetas y ahora la historia que estamos siendo capaces de contar en este momento. Todos estamos pasando mucho más tiempo con nosotros mismos y dentro de nuestros hogares empezamos a revaluar lo que es importante en la vida.
Algo que he hecho casi todos los meses desde marzo pasado es limpiar mis armarios, mi despensa, mis cajones. Nosotros, mi familia, siempre hemos vivido con lo mínimo necesario, en apartamentos y en lugares pequeños. Así que trato de deshacerme de cosas, y la película resultó interesante para mí porque vivo frugalmente. Y cuando comencé a imaginarme viviendo en la camioneta y a conocer gente que vivía en un Prius, me pareció extraordinario.
¿Cómo puede alguien vivir en un Prius?
Este hombre, llamado Dave, hizo que el interior de un Prius fuera uno de los espacios de vida más elegantes que he visto. En un momento fue alfarero, así que tomó unas tabletas de teca que tenía en su estudio de cerámica y las colocó frente al tablero de instrumentos hasta la parte trasera del automóvil, en el lado del pasajero, y esa era la encimera de su cocina todas las mañanas. Luego, por la noche, desenrollaba su saco de dormir y esa era su cama. Y eso te da una idea de lo poco que realmente necesitas para sobrevivir. Todos estamos reevaluando cómo hemos sido manipulados por el sistema capitalista. Pero, en realidad, creo que tendremos que mejorar en eso de aprender a no ser tan consumistas si queremos sobrevivir como una civilización a largo plazo.
El estreno de la película en las salas de cine del país será el 15 de abril. / Foto: Cortesía Joshua Richards
Usted sigue llevando a la audiencia en estos viajes a través de aspectos no tan conocidos de Estados Unidos. ¿Qué siente que ha cambiado más en este país a través de los años?
Una de las cosas más asombrosas para mí –tengo 63 años–, es que fui a la escuela secundaria en una ciudad siderúrgica, en Pensilvania, con gente que se graduó y comenzó a trabajar en una acería a los 18 años. Gente que pudo comprar un automóvil y una vivienda, casarse y formar una familia, trabajar toda la vida y luego obtener una pensión, y seguir en el mismo pueblo y en la misma casa. Y, bueno, eso es lo que querían. Tuvieron la oportunidad de hacer eso. Les tomó mucho trabajo y lo construyeron sobre una industria que, al mismo tiempo, contaminaba todos los ríos y el aire, y no era sostenible, pero había una oportunidad. Si trabajabas duro, entonces podrías tener una vida y tener todo lo necesario, no una ganancia material extrema, pero sí suficiente para darte una vida feliz.
Eso ya no es posible. Y de hecho, incluso si lo hicieras, muchos de los habitantes de las furgonetas han descubierto que no se puede mantener una vida de ningún tipo con 500 dólares al mes, no hay posibilidad. No puedes tener una casa ni pagar tus facturas, debes seguir trabajando siempre. Y no es que trabajar sea malo, es la forma tan inequitativa como la sociedad ahora distribuye el capital. Porque la gente quiere trabajar, pero también tener una vida plena.
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