Atentado Utoya, un testimonio desgarrador

Juan Sebastián Alba Torres
El 22 de julio de 2011 ocurrió uno de los episodios más graves de violencia en Noruega. Fueron asesinados 77 personas por Anders Behring Breivik, empresario ultraderechista que tras poner un coche bomba en Oslo, llegó a la pequeña isla de Utoya y durante 45 minutos les disparó, sin ningún reparo, a los jóvenes que acampaban en este lugar.
Erik Poppe (La decisión del rey) reconstruyó este episodio desde la vista de Kaja, una chica de 18 años que se encontraba en el lugar. Casi en tiempo real y con la cámara tras ella por toda la isla, el espectador se convierte en uno más de los chicos que estaban allí.
La película es cruda y por momentos puede abrumar al espectador con el sonido de los tiros, la desesperación de Kaja y el resto de jóvenes que corren en busca de refugio frente a la amenaza. La cinta se presentó en la Berlinale y causó gran polémica por su temática. Sin embargo, el director fue cuidadoso al narrar el episodio desde la perspectiva de un personaje ficticio, para no herir tantas susceptibilidades.