Game of Thrones: El fantasma de Harrenhal
Gabriela Sáenz Laverde
En el momento en que Catelynn Stark está negociando con Renly Baratheon una paz que parece ser la mejor idea para todos los reinos, la sombra monstruosa que salió la semana pasada de Melisandre entra a su carpa y asesina a Renly. Pésimo para nuestros personajes, porque Renly es un buen rey, y la idea de dejar a Robb gobernar en el norte es sensata. Recordemos que Robb es el único de todos los que están peleando que no tiene como meta sentarse en el Trono de Hierro.
Con la muerte de Renly, los soldados acusan a Brianne, la guerrera gigante, de haberlo asesinado. Solo ella y Catelynn saben la verdad, y ambas huyen en medio de la noche. Más adelante, mientras descansan en un claro de un bosque, Brianne jura buscar venganza contra Stannis Baratheon por el asesinato de Renly. Parece que Brianne sentía algo más que lealtad por Renly, pues alcanza a comentar que solo cuando murió pudo abrazarlo. Naturalmente, la pobre Brianne no sabía que a Renly no le gustaban las mujeres. Catelynn le asegura que si sigue a Robb podrá derrotar a Stannis, pues los enemigos de Renly son los enemigos de Robb. Brianne le contesta que no conoce a Robb, pero la seguirá a ella y dará su vida si es necesario, siempre y cuando la deje matar a Stannis cuando llegue el momento. Catelynn contesta que la dejará, y jura que en su casa siempre tendrá un lugar, una silla en su mesa, y que nunca le pedirá nada que la deshonre.
Mientras tanto en el campamento, la viuda de Renly sabe que ya no tiene poder, mientras su hermano, Loras (el amante del rey), es el único que parece mostrar algo de tristeza ante su muerte. El oportunista Littlefinger les ofrece sus condolencias mientras les avisa que todo el ejército ha declarado su lealtad a Stannis. Loras huye, pues prefiere morir antes que traicionar a Renly, mientras la reina, Margaerys, le dice a Littlefinger que ella no quiere ser una reina. Ella quiere ser “la” reina. Desde ya se puede ver que la viudita se va a convertir en otra Cersei.
En King’s Landing, Tyrion Lannister está preocupado. Principalmente porque nadie más parece estar preocupado por el hecho de que los Lannister están perdiendo la guerra. A los televidentes nos preocupa que nadie lo respete cuando sigue dando muestras de ser el único adulto responsable. Cersei, como siempre, es soberbia, y asegura que el rey (el despreciable Joffrey) tiene listas unas armas secretas contra el ejército de Stannis. Lancel, su informante, le cuenta que las armas secretas son fuegos salvajes, una especie de granadas mágicas medievales que se lanzan con catapultas y van quemando todo lo que encuentran a su paso. Lo que no parece haber cruzado la mente de Joffrey ni la de Cersei, es que ese tipo de armas son tan peligrosas que si las usaran lo más probable es que King’s Landing también ardiera rápidamente en llamas. Consternado, descubre que Cersei ya tiene en su poder más de 7 mil fuegos salvajes. Además, en las calles de King’s Landing hay predicadores contra Joffrey. Ya todo el mundo sabe que Joffrey es producto del incesto, lo que no molesta a Tyrion. Pero cuando lo culpan a él de ser el titiritero del rey, se ofende. Ni los reyes, ni el pueblo entienden que Tyrion es el bueno del paseo.
Danaerys está por fin pasándolo bien. En Qarth la están tratando como a una reina, llenándola de regalos, y la ciudad es preciosa. Sus súbditos, sin embargo, están pensando cómo pueden llevarse las estatuas de oro de los anfitriones, y parece que las doncellas tienen una rivalidad por convertirse en la favorita de la Khalisi.
En una fiesta, el anfitrión Xaro (que en un episodio anterior se hizo responsable por la presencia de los dothraki en Quarth) le propone matrimonio y le asegura que con su ayuda, volverá a King’s Landing a sentarse en el trono de Hierro. De paso aprovecha para contarle lo que ella se había perdido por andar trasegando en el desierto: la muerte de Robert Baratheon, la guerra entre todos los reinos, etc.
Si Danaerys está pasándolo bien, Jon Snow está pasándolo muy mal. Se imagina uno el rodaje de esta serie para el pobre Kit Harington (el actor), en un lugar que parece ser Islandia. Es el norte profundo, mucho más allá del Muro, y mucho más allá de la casa de Craster. La Guardia Negra sabe que los habitantes de esa parte del mundo se están uniendo en su propio ejército, y sabe también que el líder solía ser uno de ellos. Esto significa que los soldados de este pueblo salvaje conocen su modus operandi, por lo que la Guardia Negra debe adelantarse a cualquier movimiento. Además, sigue estando la amenaza de estos personajes raros medio zombies que todo el mundo insiste que se extinguieron hace mil años pero Jon mató uno recientemente y todos los sabemos.
Finalmente, Arya está sirviendo en Harrenhal a Tywin Lannister, quien le pregunta de qué comarca es, pues sabe que es una niña del Norte. Vale la pena recalcar lo importante que es poner atención en las clases de geografía, pues a Arya casi la corchan cuando trata de mentir sobre su procedencia. Se equivoca con la bandera y el lema del primer reino que nombra, pero acierta con el segundo y así logra despistar a Tywin. Eso, obviamente, es porque si se enteran de que es la hija de Ned Stark, la matan en el acto.
Más adelante se le acerca Jaquen, uno de los prisioneros que salvó de un incendio en el segundo capítulo. Él le dice que por haber salvado tres vidas, él matará a tres personas que ella le indique. El primero es el torturador de la semana pasada. Como si fuera el mago de Aladino, Jaquen contesta “sus deseos son órdenes”, y el personaje aparece muerto.
Qué capítulo más complejo. Si se nos quedó algo por fuera, por favor háganoslo saber en la sección de comentarios.