Oscar Isaac llegó para quedarse
Revista Diners
Es bueno ser Oscar Isaac. En 2013, cuando protagonizó Inside Llewyn Davis bajo la dirección de los hermanos Coen y recibió su primera nominación a los Globo de Oro, el rumor de su nombre empezó a tomar la forma de una bola de nieve que se convirtió, inevitablemente, en una avalancha. Avalancha que cogió una fuerza insuperable en 2015 cuando protagonizó Ex Machina (la película que lanzó también al estrellato a la ganadora del Óscar Alicia Vikander), y que estalló finalmente con el papel del piloto de combate Poe Dameron en Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza.
El superestrellato ha llegado, entonces, para este guatemalteco de papá cubano y criado en Miami, graduado de la prestigiosa academia Julliard, a quien la revista Time acaba de elegir como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Comparte ese honor con personajes de la talla de Leonardo DiCaprio, el diseñador de Givenchi Riccardo Tisci y el precandidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos Bernie Sanders. Su interpretación del alcalde de Yonkers (Nueva York), Nick Wasicsko, en la miniserie de HBO Show me a Hero le valió su primer Globo de Oro en lo que seguramente será una larga lista de premios en los próximos años.
[diners1]
Su papel de Nathan Bateman en Ex Machina fue uno de los que impulsó su carrera por su complejidad y exigencia.
[/diners1]
Pero antes de la fama y el estrellato, Isaac ya tenía un interesante cuerpo de trabajo. Por ejemplo, en 2011 fue uno de los protagonistas de W.E., la película de Madonna sobre Eduardo VIII y Wallis Simpson, que aunque fue un fracaso de taquilla, tiene un importante seguimiento de culto por la hermosura de la propuesta estética y su banda sonora. Ese mismo año hizo parte de la película Ten Years, la historia de un grupo de amigos de secundaria que se reencuentran una noche para celebrar diez años de graduados. Como dato curioso, en esta cinta compartió escenario con Channing Tatum, Jenna Dewan Tatum, Kate Mara y Chris Pratt, hoy todos grandes nombres de Hollywood que entonces apenas estaban dándose a conocer. Pocas veces un director de casting logra hacer semejante moñona.
Ahora se le mide a ser el villano (villanísimo) Apocalypse en la nueva entrega de la saga X-Men. Su personaje es un mutante antiguo, increíblemente formidable, que se despierta tras miles de años de sueño y decide que el mundo de los años ochenta (época en que se desarrolla la trama de los “jóvenes” X-Men) necesita un gran reinicio. La cantidad de maquillaje y el aparatoso disfraz lo dejan irreconocible y es un papel completamente distinto para un actor que ha sido comparado más con Robert De Niro y Al Pacino que con Hugh Jackman (Wolverine) o Chris Evans (Capitán América).
¿Qué tan familiarizado estaba con los X-Men?
¡Era un gran fan de los cómics de X-Men! En particular, coleccionaba los de X-Factor, que me gustaban mucho, y que incluyen la primera aparición de Apocalypse. De hecho fue por eso, por lo mucho que amo al personaje, que cuando descubrí que estaban haciendo una película de X-Men con Apocalypse como el villano, la busqué. Me daba mucha curiosidad lo que iban a hacer con eso.
[diners1]
Para convertirse en Apocalypse el trabajo de maquillaje duraba cuatro horas. Solo para ponerse el traje empleaba 40 minutos.
[/diners1]
¿Cómo le planteó al director Bryan Singer lo que iban a hacer con él?
La idea, básicamente, es “imagina que Dios lleva enterrado los últimos 3.000 años, despierta mañana, echa un vistazo y se da cuenta de que lo hemos arruinado todo. ¡Así no se supone que debería ser! Y decide cambiar las cosas. Dios despierta y se enfurece”. Es el concepto del segundo regreso de Cristo, que viene a llevarse a los elegidos y el resto será destruido junto con el mundo. Es verdaderamente intenso, de un gran peso, y este personaje encarna esa idea. O al menos, a alguien que cree que esa constituye su misión. Del otro lado, del lado no religioso, es “¿y si este tipo fuera el primer mutante, y si su poder fuera que sea el primer ser que en realidad, físicamente, pueda separar su conciencia de su cuerpo, que tenga, por propósito, un alma biológica?”. También es esa noción de ciencia-ficción que me pareció interesante de una forma divertida y compleja.
¿Cómo fue trabajar con Bryan Singer?
Es increíblemente colaborador, muy inteligente, sincronizado con los temas de la historia y con lo que estábamos tratando de llevar a cabo. La pasé muy bien con él y con el productor, Simon Kinberg, simplemente hablando de cómo hacer algo interesante y especial con ese personaje, y no solo para el público, sino también para nosotros, ¿qué queríamos explorar para poder hacerlo personal? Y estuvo muy abierto a esas ideas y a jugar con los temas y con el diálogo. Realmente disfruté eso.
Las películas de X-Men siempre tienen grandes temas, y se siente como si Bryan también aportara eso.
Sí. Está ocurriendo una purga, así que eso es parte del tema principal. Y esta idea de un dios colérico y lo que eso significa. Pero apocalipsis, como palabra, no necesariamente quiere decir destruir. Significa revelar, y él está revelando el auténtico potencial de su poder, de las personas que eligen seguirlo. En parte es por qué lo siguen: porque ven que este ser realmente permite que surjan sus yos más poderosos. Y es una de sus mayores fortalezas, su poder de persuasión.
[diners1]
El papel que realizó en la comedia dramática Inside Llewyn Davis le valió su primera nominación al Globo de Oro.
[/diners1]
¿Cómo lo hicieron cobrar vida?, ¿fue difícil?
El diseño fue desafiante. Hicieron una cápsula para mi cabeza; una prótesis llena de pegante, plástico y tubos. Lo divertido fue que pude expresar mucho a través de todo eso. El traje pesaba como 20 kilos; tenía que llevar un mecanismo de enfriamiento debajo y mi movimiento era increíblemente limitado. Así que para mí se convirtió en un desafío cómo expresar eso de forma distinta. Obviamente, no estamos haciendo naturalismo aquí; es más parecido a la tragedia griega y al teatro japonés kabuki. De hecho, vi algo de kabuki y les puse atención a los rasgos físicos que usaban, porque para ellos, aun los gestos más pequeños son muy importantes. Luego tuve que descubrir cómo trabajar adentro de eso. Lo que parecía más expresivo, lo que era demasiado, lo que no era suficiente.
¿Hicieron más fácil ponerse y quitarse el disfraz de Apocalypse?
Sí, eso fue todo un proceso. Al principio consistió en un trabajo de maquillaje de tres a cuatro horas, y a medida que transcurrió el tiempo lo bajamos a aproximadamente una hora, algo bastante impresionante. Y tuve gente maravillosa de vestuario que fue mi equipo en todo momento; dos que me arrancaban el traje, porque el calor era muy intenso, y entraban los de maquillaje y trataban de arreglarlo entre tomas. Todos encontraron la forma de hacerlo muy rápido. Al comienzo me tomaba 40 minutos ponerme el traje y le bajamos a 15 minutos. Y esto sin mencionar lo que se añade por computadora después a aspectos del personaje, sobre todo en ciertos momentos de la película. Así que, verdaderamente, fue un esfuerzo de todo un equipo para que este personaje cobrara vida.
¿Cómo le dio la bienvenida el elenco? Parece un grupo divertido.
Aparte de ser Apocalypse, trabajar con Michael Fassbender, James McAvoy, Nick Hoult y Jen Lawrence, en particular, fue muy divertido. Son muy graciosos, relajados, y ya han participado en dos de estas películas, así que eso me ayudó mucho a tener un sentido de cómo trabajan. Al principio, la mayor parte de mis escenas eran con Michael y esa fue una amistad instantánea y tan grandiosa como pensé que lo sería. Así que eso fue la parte más memorable para mí, poder conocer a estas personas y trabajar con ellas.
[diners1]
Ha sido comparado con leyendas del cine como Robert DeNiro y Al Pacino. Aquí en el rol de Abel Morales en A most violent year.
[/diners1]
¿Jennifer fue empática por la situación del maquillaje?
¡Ay, sí! ¡Era su hermano azul! Sentí su dolor, eso es seguro.
¿Hay algo que le alegre haberle aportado a Apocalypse?
Creo que conectarlo a una idea espiritual real; ese aspecto fue interesante para mí. Hubo algunas cosas que se nos ocurrieron, en términos del diálogo, que me alegraron mucho, pero no puedo decir nada al respecto sin revelar cosas. Queríamos algunas cosas inesperadas.
Días del futuro pasado fue enorme en términos de la escala y el éxito. ¿Qué podemos esperar de Apocalypse?
Lo que podemos esperar es la idea de que la familia sigue siendo algo importante. Es una escala enorme; esta es la mayor hasta ahora. Y conflictos reales para ellos, de las primeras veces que los tienen. Están luchando los unos contra los otros, no solo por la supervivencia del mundo, sino también por lo que son los X-Men.
¿Y ahora va a querer que se haga Apocalypse vs. Drácula?
¡Sí!, por supuesto. ¡Será una nueva serie de películas!