Lorne Michaels: el genio detrás de Saturday Night Live
Gabriela Sáenz Laverde
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En 1976, Lorne Michaels apareció en las pantallas de SNL con un cheque por 3000 dólares y se lo ofreció, ante los 22 millones de personas que veían su programa, a los Beatles para que se reunieran y aparecieran en Saturday Night Live. Lo que Lorne no supo en ese momento es que Lennon y McCartney estaban juntos viendo SNL en el apartamento de Lennon del edificio Dakota, a pocas calles del Rockefeller Center, donde se transmite SNL y durante un rato pensaron en la posibilidad de ir a recoger el cheque.
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Es un grito de batalla: “Live, from New York, It’s Saturday Night!”. Hordas de comediantes ensayan frente al espejo la frase que sueñan decir: la que abrirá todas las puertas, la que construirá su carrera.
Con ella comienza Saturday Night Live, el programa de comedia que en septiembre arranca su temporada cuarenta, y que ha marcado desde su nacimiento la pauta en los programas de humor, al menos en este lado del mundo.
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El especial de la celebración de 40 años promete ser uno de los eventos más emocionantes de la historia de la televisión.
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Prueba de esto es que el firmamento de la risa está colmado de personajes que, de una u otra forma, han estado relacionados con el programa que Lorne Michaels, un hombre de pelo blanco, silencioso y cáustico, creó en 1975. Aún hoy, cuando Andy Samberg recibe un Globo de Oro como mejor actor de comedia, Tina Fey y Amy Poehler marcan la pauta como presentadoras de ceremonias de premiación, o Jimmy Fallon y Seth Meyers son los dueños de los espacios del “late night”, la influencia de Michaels sigue vigente. Un tipo que, paradójicamente, ríe poco e intimida a muchos.
El esquema de SNL (la sigla más famosa del universo televisivo) es siempre el mismo: un monólogo cómico del anfitrión invitado; tres o cuatro segmentos (sketches); una pausa a cargo del invitado musical; un “noticiero” (Weekend Update, donde se analizan las noticias de la semana); más sketches y una segunda aparición del invitado musical.
Tanto los anfitriones como los invitados han sido personajes definitivos de la cultura. Desde Rudy Giuliani, alcalde de Nueva York durante los ataques del 11 de septiembre, hasta Paul McCartney han pasado por el set del Rockefeller. Así como Justin Bieber, Drew Barrymore, la banda inglesa One Direction, Helen Mirren, Paul Simon, o cualquier personaje que esté dejando huella en el mundo. Todos aparecerán en el radar de Lorne Michaels y en SNL.
Según Fey, “Lorne creó un programa que ha impactado la cultura por más de 35 años. Nadie más en el mundo ha sido capaz de repetir esta hazaña”. Michaels, dice la publicación especializada The Hollywood Reporter, es algo así como el mago de Oz de la comedia. Y quizá sí lo sea si miramos a quiénes ha “descubierto”: Adam Sandler, Jimmy Fallon, Kristen Wiig (nominada a Óscar por el guion de Bridesmaids), Fey, Conan O’Brien, Will Ferrell, Chevy Chase, Bill Murray, Andy Samberg, Mike Myers, Amy Poehler, entre otros.
NACIDO PARA ABRIR CAMINOS
Esta historia comenzó en 1974, cuando Michaels, canadiense-israelí de 28 años, se mudó a una sombría Nueva York, jarto de su vida en California, donde escribía programas de comedia del estilo de “I love Lucy”, para crear un nuevo formato en televisión. Con el apoyo de Dick Ebersol, vicepresidente de NBC, y Chevy Chase, desde ese entonces un tipo muy alto con un sentido del humor extraño, reunió a un grupo de desadaptados que reclutó en escuelas de teatro, improvisación y clubes de stand-up. Así nacieron los “Not ready for prime time players” (O actores que aún no están listos para el Prime time), quienes, visionariamente, serían los primeros grandes íconos de la comedia moderna: John Belushi, Chase, Aykroyd y la difunta Gilda Radner, quien le abrió el camino a otras mujeres como Fey y Wiig.
“Al ser tan tarde en la noche (11:30 p. m.) no necesitaba una audiencia muy grande, el estándar podía ser más flexible”, recuerda Lorne en Vanity Fair. “Queríamos redefinir la comedia como los Beatles redefinieron la música pop”. Su grupo de desadaptados se convertiría en el reflejo del Zeitgeist de un Estados Unidos post-Nixon, desilusionado del “sueño americano”.
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El “club de las 5 apariciones” es un chiste recurrente entre los anfitriones y un honor para quienes lo logran. Actualmente, Alec Baldwin y Steve Martin se disputan la corona de ser la celebridad que más veces ha sido anfitrión de SNL.
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Porque SNL no hace distinción a la hora de meterse con las personalidades públicas, indistintamente de su raza, filiación política o religión. Su segmento “Weekend Update” es tan popular que en época de elecciones tiene su propio espacio los jueves a las ocho de la noche. La razón es sencilla: para Michaels, lo chistoso siempre debe ser provocativo, nunca condescendiente.
NUNCA MEDIAS TINTAS
Las controversias no han faltado. Durante la primera temporada de SNL, el creador les exigió a los ejecutivos de NBC, bajo amenaza de renunciar, invitar a Richard Pryor como anfitrión a pesar de su polémico stand up. O en 1992, cuando la invitada musical Sinead O’Connor rompió una foto del papa Juan Pablo II llamándolo “el enemigo real”. Tampoco los episodios conmovedores, como cuando el cantautor Paul Simon inauguró la temporada 2001-2002 junto a Rudolph Giuliani y el cuerpo de bomberos y policías de Nueva York, dos semanas después de los ataques a las Torres Gemelas. Lorne le pidió permiso a Giuliani para reír y el mundo recuperó entonces un poco la esperanza que había perdido el 11 de septiembre. Las maravillas de la televisión en directo.
Pero hay que dar un paso atrás. En 1980, a pesar del éxito, Michaels renunció al programa y despidió al resto. “Sentí que ya no era una prioridad para NBC”, le contó al Hollywood Reporter. Estuvo alejado durante cinco años, y la calidad del programa, indudablemente, cayó. Fue la época en que llegaron Robert Downey Jr. y Julia Louis-Dreyfus y aunque hoy ambos son grandes estrellas, en su momento el desempeño fue tan desastroso que los ejecutivos de NBC le rogaron a Michaels que volviera. En un famoso segmento de fin de temporada 84-85, una bomba destruyó el estudio con todo el elenco dentro… Michaels anunció su regreso y mantuvo únicamente a John Lovitz. Comenzaba una nueva era dorada, que sigue sólida hasta hoy.
Michaels se reúne semanalmente con el elenco y los escritores para definir el guion del capítulo que transmitirá ese sábado. Es una rutina que se ha repetido todas las semanas desde el otoño de 1975. Oz en su torre, hasta el fin de los tiempos.