¿Por qué Amour, de Michael Haneke fue la mejor película de Europa?

Carlos Vallejo
El artículo ¿Por qué Amour, de Michael Haneke fue la mejor película de Europa? fue publicado originalmente en Revista Diners de febrero de 2013
Michael Haneke no se guarda nada. Desde la primera escena todo queda claro: unos bomberos fuerzan la puerta de una casa, entran tapándose la nariz en señal de fetidez y descubren en una cama a una anciana muerta que pareciera estar apaciblemente dormida, vestida elegantemente y adornada con pétalos de rosas.
Ya lo sabemos todo: la señora ha fallecido y alguien ha preparado su último lecho con dedicación y delicadeza. Entonces viene la segunda escena, en la que la misma mujer sale de un recital de música, vital, feliz y sobre todo enamorada de su pareja, un hombre tan viejo como ella.
Y desde ese punto, Haneke se sumerge en una cotidianidad que se vuelve dolorosa por una penosa y destructiva enfermedad que pondrá a prueba su amor mientras avanza sin que haya mucho por hacer.
Amour, una obra de arte en pantalla grande
Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes –tal como había ocurrido también con La cinta blanca– y del Globo de Oro como Mejor película extranjera, Amor parte como una de las favoritas para los premios Óscar de la Academia gracias a sus importantes nominaciones:
Emmanuelle Riva es la actriz de mayor edad nominada en la historia de los premios con mejor película, mejor director, mejor guion original, mejor película extranjera y mejor actriz.
El gran actor francés Jean-Louis Trintignant y Riva encarnan a unos personajes que están cercados por la muerte. Lo que recuerda al clásico de 1959 de Hiroshima Mon Amour
Según Haneke, que se dio a conocer con películas como La profesora de piano, Caché y Funny Games, lo que quería era “hablar del fin del amor, del amor que se acaba”. Una vez más, el director logra lo que pretende con precisión y sensibilidad, construyendo un relato que se adentra en dramas universales como la vejez, el amor y el fin de la vida y que resulta tan devastador como hermoso y necesario.