Detrás de toda rockstar hay una gran corista
Esteban Duperly
A 20 pasos de la fama
(20 feet form stardom)
País: Estados Unidos.
Director: Morgan Neville.Duración: 91 min.
Género: Documental.
Cinema Paraíso, CineColombia, Cinemanía
Rape, murder! / oh it’s just a shot away / it’s just a shot away. ¿Quién canta esas, las líneas más fuertes y provocadoras de la canción Gimme shelter de los Rolling Stones? Mick Jagger, desde luego. Pues no. La respuesta es Lisa Fischer, pero no lo sabemos. Nadie lo sabe porque es una corista, una back singer de la banda, y ellas siempre han estado en segundo plano, llevándose el crédito de nada, aunque sus voces muchas veces sean mejores y más afinadas que las de las estrellas para quienes hacen coros y armonías vocales. David Bowie, Bruce Springsteen, Stevie Wonder, Lou Reed, y hasta Elvis Presley tuvieron coristas y eso hizo también parte de su éxito.
El documental A 20 pasos de la fama, cuyo título hace referencia a la posición que en el escenario ocupaban, y siempre han ocupado, los coros, se encarga precisamente de traer a esas mujeres hacia el frente de la tarima y permitir que por primera vez las ilumine el cañón de luz de la celebridad. O al menos el de la justicia. Porque lo que hace esta pieza, ganadora del premio Óscar de su categoría en 2014, es hacer justicia: cuenta la historia de quiénes eran, cuáles eran sus circunstancias, cómo surgieron, y de qué tamaño era el verdadero talento de un puñado de cantantes de respaldo, quienes a partir de la década de los sesenta hicieron del rock and roll un género con tanta alma y espíritu. Y el uso de esta frase es literal: casi todas –afroamericanas– surgieron en las iglesias gospel y se entrenaron vocalmente en las melodías del soul.
Basado en una estructura de reportaje periodístico, con entrevistas presenciales bien iluminadas y encuadradas, más secuencias de vida cotidiana filmadas con cámara al hombro –la firma de todo documental– queda registrada la forma como, hoy en día, viven estas cantantes. Unas han rodado con más suerte que otras. Algunas, incluso, consiguieron hacer carrera como solistas, pero nunca alcanzaron gran fama. Pero, a pesar del paso de los años, todas han conservado sus potentes cuerdas vocales intactas, como lo demuestra una emotiva reunión de reencuentro en torno a un micrófono de estudio.
Attodo esto se suman los testimonios de los viejos roqueros de siempre, y una copiosa cantidad de metraje de archivo, que nos permite verlas cuando eran jóvenes, bellas, sensuales, y andaban de gira por el mundo haciendo un trabajo tan importante como anónimo: los coros para las mejores bandas de rock. Es hora de que les demos un aplauso a esas mujeres que cantan un poco escondidas, en la parte más oscura del escenario.