Pequeños formatos de cine colombiano en Nueva York
Gloria Esquivel
Una pareja de adolescentes caleños que intentan reconciliarse gracias a una lámpara que tiene la forma de un sol. La frustración amorosa de un joven bogotano que en una misma noche pierde a su novia y a su abuela. La historia de un detective felino que con el mejor tono del film noir busca detener a un malvado científico loco. Estos son solo algunos de los cortometrajes colombianos que se vieron el pasado jueves 27 de marzo en el Instituto Cervantes, ubicado en el corazón de Manhattan.
MI ABUELA teaser from HIERROanimación on Vimeo.
Con un público conformado en su mayoría por inmigrantes latinoamericanos de esta ciudad y con la presentación de Jaime Manrique (director del festival Bogoshorts) se proyectaron Solecito, del caleño Oscar Ruiz Navia; Mi abuela, corto animado dirigido por Carlos Smith; Flores, de Marcela Gómez; Esa única mujer, dirigido por Carlos Medina; y Animalario, dirigida por Sergio Medina. Los hijos del Catatumbo, corto documental de Diana Ojeda, que también estaba dentro de la selección no pudo mostrarse y posteriormente se organizará su proyección.
Esta selección de cortos es una novedad para esta segunda edición del Colombian Film Festival en Nueva York. La idea detrás de este festival que arrancó el pasado 25 de marzo con una alfombra roja en el movido sector de Tribecca para la premier de Default, la nueva película de Simon Brand, es la de acercar a la diáspora colombiana que vive en Estados Unidos con el cine que se está realizando actualmente en el país. Fundado por Juan Carvajal y Adriana Aristizábal, este año el festival también estrena una competencia en donde la película ganadora será presentada en la próxima edición de Films From The South Festival en Noruega. Detrás de esta iniciativa está la idea de que el cine nacional se convierta en una ventana cultural hacia lo que está pasando en Colombia y lograr que las películas viajen y participen en circuitos internacionales.
Así mismo, la muestra de cortos inauguró el Bogoshorts World Tour, que busca llevar esta selección itinerante de cortometrajes nacionales a 15 ciudades como México D.F, París, Sao Paolo y Buenos Aires durante todo el 2014. Para Manrique, la importancia de mostrar los cortometrajes que se están produciendo en Colombia en escenarios como el Colombian Film Festival de Nueva York es “Por un lado conectar con la movida del cortometraje mundial, difundir los nombres de los directores y que el público de los festivales internacionales vea el cine que se está realizando”. Además, él que ha estado a la cabeza del festival Bogoshorts desde sus inicios como InVitro Visual, asegura que los cortometrajes sirven como una máquina del tiempo pues “dentro de cinco o seis años los nombres de los directores de cortometrajes serán los que sonarán con sus películas”.
Y esto se ve, por ejemplo, en el caso de Solecito que abrió la proyección en Nueva York y que es dirigido por el caleño Óscar Ruíz Navia, ahora reconocido por El vuelco del cangrejo. Lo cierto es que, como dice Manrique, “estos cortos son un reflejo de lo que pasa en el cine colombiano. Casi nada se parece a nada y revela una cinematografía diversa que está en proceso de consolidación”. El cortometraje, al tener menos restricciones comerciales, goza de mayor libertad creativa y se convierte en un laboratorio para equipos de producción que comienzan a trabajar juntos para contar una historia.
El 28 de marzo la muestra se muda a Queens, y la selección de Bogoshorts se podrá ver en el Boulevard Theater de Jackson Heights (barrio colombiano de la gran manzana) junto con el trabajo de estudiantes colombianos del Frank Sinatra School of the Arts.