El futuro del cine en la edición 63 del FICCI
Adrián David Osorio Ramírez
Cinco años después de su primera visita al Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, FICCI, el cineasta alemán Ansgar Vogt todavía recuerda la sensación que le produjo encontrarse con un público joven en las salas de cine.
“Lo noté de inmediato y me pareció asombroso. En Colombia, hay un interés importante de la gente joven por asistir a un festival de cine como este. En otros países tienen problemas para movilizar esta clase de audiencia, mientras que aquí el público crece junto al festival. Ellos son el futuro”, le confiesa a Diners desde Cartagena, su nuevo lugar de residencia.
Y Vogt sabe de lo que habla cuando se refiere al futuro del cine. Durante quince años, él trabajó como programador de la sección “Forum” del Festival Internacional de Cine de Berlín, un espacio dedicado a ampliar la comprensión de qué es el cine, poner a prueba sus límites y aportar nuevas perspectivas sobre cómo se relaciona esta industria con el mundo.
Para aquella edición de 2019, Ansgar Vogt asistió a Cartagena como consultor externo y un año después lo nombraron jefe de Programación. Posteriormente, en octubre de 2023, lo designaron director artístico, para que continuara con la gestión hecha por el cineasta colombiano Felipe Aljure, con quien trabajó de la mano los últimos cinco años.
Unos meses antes, el cineasta y productor de cine y televisión cartagenero Alessandro Basile había asumido la Dirección General del FICCI. Con esta nueva dupla en su liderazgo, la edición número 63 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que tendrá lugar del 16 al 21 de abril, será una edición de transición.
“El FICCI es un festival muy grande y por eso no puedes hacerlo todo en una primera edición. Además, no queremos cambiarlo todo. Desde el año pasado hemos ido anotando ideas, pero muchas otras aparecerán a lo largo del proceso”, explica Vogt.
Inclusión: públicos, género y formatos
Con la dirección artística del festival de cine más antiguo de Latinoamérica sobre los hombros, Ansgar Vogt sabía que tenía tantos retos como oportunidades.
“El primer desafío fue el hecho de ser alemán, por lo que tuve que mudarme a Cartagena. Luego necesitaba encontrar una visión, pues, a mi juicio, solo puedes ser director artístico si tienes una visión. No es solamente ver películas, aunque es una parte importante, sino que también debes encontrar líneas transversales para hacer del festival uno solo y desarrollar una estrategia para entender la posición del FICCI en el mundo de la cinematografía”, dice.
En términos generales, Vogt le apuesta a un festival en el que la inclusión y la calidad son el estandarte. Lo anterior lo explica desde la intención de convocar a más jóvenes en las secciones de industria, incentivar a los cineastas que proponen temas alrededor del género y romper las barreras que dividen los documentales de las ficciones.
Precisamente, para trasladar ese público joven que lo impactó en su primer FICCI a las secciones de industria, Ansgar Vogt propuso crear el Ópera Prima Lab, un espacio pensado para consolidar las nuevas voces y propuestas del cine nacional. Así, seis de estos nuevos creadores, que ya han producido cortos pero no largometrajes, podrán acceder a mentorías de expertos de la industria nacional e internacional, y luego presentar su proyecto a empresas e instituciones del sector.
“De esta manera logramos, además, que la parte del festival enfocada en la industria ya no comience en la coproducción, con la sección ‘Encuentros’, sino donde todo proyecto comienza, con una idea y un primer guion. Adicionalmente, en la parte de academia estamos diseñando eventos y masterclasses enfocados en los estudiantes”, detalla Vogt.
En cuanto al género, el Comité Curador del FICCI identificó un interés por los temas ligados a la identidad de género, la sexualidad y lo queer. Películas de los cinco continentes ponen su mirada en estos aspectos, por lo que en la presente edición entregarán un reconocimiento a las visiones destacadas en este ámbito.
Esta fluidez se extiende hasta los géneros cinematográficos. Este año, por primera vez, el festival dejará de segmentar las secciones principales por documentales y ficción, y unirá ambas propuestas —así como aquellas en la mitad— en categorías específicas de Colombia, Iberoamérica e internacional.
“El mundo está cambiando. Por eso, cuando ves una película es cada vez más difícil separarla como documental y ficción. Muchos de los largometrajes que vimos no se pueden clasificar de esta manera. En la sección ‘Colombia’, particularmente, tenemos muy buenas propuestas; desde narrativas lineales, ficción, documentales, hasta filmes experimentales, todo unido por la calidad”, le asegura a Diners.
FICCI, tan local como internacional
Este nuevo énfasis se une con la característica principal del FICCI: su casa, Cartagena. “Para quienes son de otras partes del mundo les resulta muy interesante venir a esta ciudad y poder ver producciones locales. Esta es una plataforma inmensa para observar proyectos que no ven en Europa o Asia, regidos por altos estándares de calidad”, continúa el director artístico.
Es por esto por lo que el FICCI les continúa apostando a las secciones “De Indias” y “Tierra adentro”, enfocadas en las producciones hechas en Cartagena y al interior del país respectivamente, además de incluir, por primera vez, los filmes locales en la sección “Colombia”.
Vale la pena anotar que, a la par con lo anterior, esta raíz en lo local se complementa con una exposición internacional. En este ámbito, este año el festival tendrá como invitados especiales a la directora de cine y guionista española Isabel Coixet Castillo y al director de cine iraní, ganador del Óscar, Asghar Farhadi. También contará con la participación del director antioqueño Sergio Cabrera.
Aparte de estos invitados especiales, Ansgar Vogt explica que su misión es incluir “las voces de aquellos que no son superestrellas ganadoras del Óscar, pero que son voces muy importantes. Este año identificamos a tres y los traemos con una retrospectiva de sus cortometrajes: Lois Patiño, de España, y Gustavo Vinagre y Leonardo Martinelli, de Brasil”.
“Definitivamente, no es un festival como Berlín, Cannes o Venecia, donde se estrenan las grandes películas. Y eso está bien. Aquí lo que hacemos es identificar a los jóvenes creadores, apoyar sus primeros cortos, ver sus proyectos, y luego, en unos tres o cuatro años, van a ser ellos los que tengan su premier mundial en Europa. No puedo leer el futuro, pero lo que llevo haciendo por más de una década es ver el talento e identificarlo”, concluye.
* Alianza Estratégica