‘Poor Things’: Yorgos Lanthimos habla sobre su extraña película con Emma Stone
Mario Amaya
Poor Things es un filme oscuramente divertido, en el que se narra la vida de Bella Baxter, una joven que crece de una manera inusual, gracias al doctor Godwin Baxter, quien la resucita de un cuerpo sin vida, encontrado en un río, pero con el cerebro de un bebé en la cabeza. Es, sin duda, una historia poco convencional del director griego Yorgos Lanthimos y una de las películas que van a dar que hablar por el resto del año.
La actriz estadounidense Emma Stone (La La Land) es quien interpreta a Bella Baxter; conocida como Victoria en su existencia anterior, se convierte en una mujer ansiosa por aprender, libre de las convenciones sociales de la época. Stone la retrata al comienzo como si fuera una niña que da sus primeros pasos y pronuncia sus primeras palabras. Al final, Bella evoluciona y pasa a convertirse en una persona mundana, que habla un francés fluido y es experta en anatomía.
Este es, según la crítica, uno de los mejores papeles de Emma Stone, y aquí demuestra la química que tiene con Lanthimos, con quien ya ha trabajado en cuatro de sus películas (ambos contaron que grabaron en secreto una quinta cinta en Grecia, llamada Bleat).
Poor Things es, además, visualmente impactante, con escenarios llenos de detalles surrealistas y trajes victorianos extravagantes. La película nos transporta a lo que parece ser Londres en el siglo XIX, pero con elementos extraños que alteran el tiempo y el espacio. Los coches son mitad caballo y mitad carruaje, las aves tienen rostro de tiburón y extrañas quimeras recorren las calles. El doctor Baxter (representado por Willem Dafoe) es un científico loco y embalsamador, marcado por los tormentos de su padre, que lidera el esfuerzo por resucitar a Bella. Su pupilo, el doctor Max McCandles (Ramy Youssef), espera casarse con ella al final del proyecto.
A medida que Bella aprende sobre la vida, descubre también el sexo. Su viaje, entonces, se convierte en una narrativa sobre el despertar sexual y en cómo el deseo moldea nuestras decisiones. El encuentro de Bella con el abogado Duncan Wedderburn (interpretado por Mark Ruffalo) se suma a sus aventuras, llenas de encuentros apasionados.
Los diálogos son agudos y mordaces, una característica del guionista Tony McNamara, reconocido por el guion de La favorita, cinta también dirigida por Lanthimos. Aunque el director griego es conocido por explorar la degradación, el horror y la tristeza en sus películas anteriores, como Dogtooth, La langosta, El sacrificio del ciervo sagrado o La favorita, Poor Things se destaca por ser una comedia sexual, llena de empatía y optimismo sobre los nuevos comienzos.
Diners conversó con Lanthimos en Venecia (Italia), tras la presentación de la película, que recibió una ovación de diez minutos y terminó llevándose el León de Oro como mejor filme de la Mostra de Cine de Venecia en su edición número 80.
Su estilo visual es sorprendente en toda su filmografía. ¿Surge de la historia y de los personajes de cada película, o es algo que quiere hacer deliberadamente para enfatizar?
Creo que es una combinación de ambas. Siempre empiezo por la película, y pienso en cómo se siente bien filmar un determinado tipo de situación, personajes o historia, pero también hay un aspecto de lo que me interesa, en general, en materia de hacer cine y desarrollar una cierta clase de estética que sirva a la forma en que quiero contar historias y llevarla más allá con cada cinta. Llevarla más allá no significa necesariamente ir al extremo, aunque en este caso lo parezca.
¿Por qué esta historia de Poor Things, ahora?
Probablemente, porque dijimos: “Oh, hagamos algo diferente. No nos aburramos”. Y esta película en particular tiene algo que ver con la creación de un mundo. Tan pronto como leí la novela, me di cuenta de que necesitábamos construir uno para que ella lo habitara. Sin embargo, no podía ser el mundo tal como lo conocemos; debía estar ligeramente sesgado y ajustado, según su perspectiva. Eso nos llevó a construir todo en un estudio y agregar estos elementos que no son realistas. Y creo que también se prestaba para filmar de cierta manera.
Entonces eso se realza, o a veces se atenúa, o se usa el blanco y negro, o se usa el color, viendo una parte del mundo solo en blanco y negro. Y luego se inicia un viaje, y después se regresa al mismo lugar y se ve desde una perspectiva diferente en color. Creo que la historia tuvo mucho que ver con lo que estaba pasando y cómo construimos este mundo, pero también con una exploración personal del cine, la realización de películas y la fotografía en general.
En las notas de producción, hay una línea de Emma Stone que dice: “¿Qué haría una mujer si pudiera comenzar desde cero?”. Siento que esta película representa un rol completamente nuevo para ella, además de que también es productora…
Sí. Emma Stone estuvo involucrada en el proyecto desde muy temprano, porque en 2011 ya había leído la novela del escritor escocés Alasdair Gray; yo fui a conocer a Gray y obtuve su bendición para adaptar la novela al cine, pero me tomó varios años llegar hasta aquí. Mientras hacíamos La favorita con Emma, ya tenía el proyecto en mente, y me parece que ya habíamos comenzado a trabajar en el guion con Tony McNamara.
Así se lo mencioné a Emma tan pronto como terminamos La favorita, y ella se mostró muy emocionada con la idea de interpretar este personaje. Quería estar involucrada tanto como fuera posible, así que desde entonces la mantuve al corriente de todos los borradores, las ideas sobre el diseño del mundo y las personas con las que íbamos a trabajar. Creo que eso también la ayudó, incluso con su actuación, porque tuvo esta idea en la mente un largo rato.
Después, cuando llegó el momento de hacerlo realidad, había convivido con este personaje por mucho tiempo. No necesariamente de manera consciente, pero siempre estaba con ella, creo, y ser parte de cada aspecto de la película enriqueció la historia en todos los sentidos.
¿Cuánto proviene de la novela y cuánto ha cambiado para convertirla en una obra de Lanthimos?
Es una película muy difícil de describir. Tuvimos que cambiar un poco la estructura de la novela, en la que había elementos más políticos y temas específicos que interesaban a Gray. Pero desde el principio, tan pronto como leí la novela, decidimos que sería su historia, su punto de vista; eso fue lo que me atrajo de inmediato al material.
Este personaje, a diferencia de cualquier otro personaje que haya leído antes, tiene una mente abierta, dispuesto a comenzar cualquier cosa libremente, sin ninguna vergüenza o prejuicio; desea, simplemente, experimentar el mundo a su manera. Sentimos que esta era la línea que debíamos seguir para convertirla en una película. Así que eliminamos algunas cosas, pero el humor de la película, el tono, varios de los personajes, los lugares, al igual que gran parte de la esencia de la novela, están presentes.
Parte de la belleza radica también en el asombro, en la forma en que Bella percibe los lugares y las personas que conoce. ¿Fue algo que quiso hacer por algún motivo?
Dar esa vuelta al mundo fue parte de su viaje en términos de educación y experiencia. Comenzamos desde Londres, para dar la idea de un ambiente que se siente extremadamente contemporáneo. Hablar de la libertad, la forma en que pensamos y percibimos el mundo, la posición de las mujeres en la sociedad, o de los hombres también, la relación entre ambos sexos… Eso sigue siendo muy contemporáneo.
Además, el libro se escribió en los años noventa, así que es curioso que no haya cambiado mucho desde entonces. Pero sí, simplemente lo encuentro bastante contemporáneo en todos los aspectos. Utilicé una forma particular de elementos de la novela gótica y de una historia de época, en este caso, para hablar de temas contemporáneos.
Mucho de la historia se narra por medio del sexo. ¿Cómo abordó esto con Emma Stone? Porque es, sin duda, bastante explícito para los parámetros comerciales…
Sí, es extraño, ¿verdad? ¿Por qué no hay ya sexo en las películas? Sí, es una lástima que Emma no pueda estar aquí para hablar más al respecto, es extraño que todo tenga que venir de mí. En primer lugar, era una parte muy intrínseca de la novela en sí, su libertad en todo, incluyendo la sexualidad. Y en segundo término, era muy importante para mí no hacer una película que fuera recatada, porque eso sería traicionar completamente al personaje principal. Así que debíamos tener confianza y, nuevamente, el personaje no tiene vergüenza, por lo que Emma no debía sentir vergüenza de su cuerpo, de la desnudez y de participar en esas escenas, y ella lo entendió de inmediato.
Lo genial de Emma y yo es que ahora hemos completado cuatro películas juntos, así que pueden entender que hay un lenguaje común y podemos comunicarnos sin tener que explicar todo o hablar demasiado de las cosas. Así que tan pronto empecé a decir algo como lo que acabo de expresar, ella manifestó: “Sí, por supuesto, entiendo. Es Bella. Haremos lo que necesitemos hacer”. Y a partir de ahí, todo fue una gran experiencia.