Sound of Freedom, la taquillera película grabada en Colombia en medio de una controversia

Revista Diners
Muchos pensarían que en un verano donde Barbie y Oppenheimer son las películas de estreno ninguna otra producción tendría oportunidad de triunfar. Sin embargo, Sound of Freedom, una película independiente y de poco presupuesto, ha sorprendido por su éxito en la taquilla de Estados Unidos desde el pasado 4 de julio cuando se estrenó.
La película, dirigida y coescrita por el mexicano Alejandro Monteverde y grabada en Colombia, cuenta la historia de Tim Ballard, interpretado por Jim Caviezel, un ex agente del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que deja su puesto y toda su vida en ese país para rescatar a dos hermanos, y en el camino también liberar a varios niños, de una red colombiana de tráfico sexual.
Y aunque por el momento únicamente está en Estados Unidos, ya varios países latinoamericanos, entre esos Colombia, confirmaron fecha de estreno a finales de agosto a pesar de la polémica.
¿Por qué hay polémica alrededor de Sound of Freedom?
Más de una persona que rodea la creación de esta película está generando controversia, pero comencemos por partes. Sound of Freedom se grabó hace ya varios años y tras acuerdos fallidos con 20th Century Fox, Netflix y otras compañías, por fin encontró un aliado en Angel Studios, una distribuidora pequeña que se centra en producciones cristianas y conservadoras.
Caviezel, el protagonista, es cristiano devoto y muy amigo de Donald Trump, tanto así que el expresidente tuvo una proyección privada de la película en su club de golf. Sin embargo, la problemática va más encaminada a su conexión con QAnon, un movimiento de internet enfocado en teorías conspirativas de la extrema derecha que, de hecho, fue gran motivador de la conspiración que llevó al asalto del Capitolio.
En el caso del tráfico de niños, QAnon asegura que existe una “élite progresista que alimenta desde Estados Unidos una siniestra organización global de tráfico sexual de menores” que, además, señala específicamente a los liberales.
A pesar de que Angel Studios ha intentado separarse de los lazos que los conectan a QAnon con un artículo publicado en la productora llamado Sound of Freedom: The True Story Behind the Movie, en el cual aseguran que la película fue grabada antes de que QAnon comenzara con estas teorías, lo cierto es que Caviezel no ha hecho el trabajo fácil y hace poco habló en un podcast sobre la producción en el cual advirtió que “todo el imperio adrenocromo” está impulsando la trata de niños.
Como si esto fuera poco, Eduardo Verástegui, productor de la película, también ha hecho que las personas relacionen la producción con un tinte político, ya que Verástegui es seguidor del partido político Vox, tiene una “fundación” en Los Ángeles en contra del aborto, fue muy cercano al sacerdote Marcial Maciel, quien abusó de más de 60 niños, y muchas otras cosas asociadas con la extrema derecha y el cristianismo desbordado.
Y finalmente, la persona en la que la película está basada, Tim Ballard, que allí se presenta como el héroe de la historia, en varias ocasiones ha comentado sobre las teorías conspirativas ya mencionadas alrededor de la trata de niños y señala a la “agenda woke”, especialmente a la comunidad LGBTIQ+, de ser los mayores culpables de esta problemática lo cual deja mucho que decir teniendo en cuenta que en varias estadísticas se afirma que los mayores predadores sexuales son hombres heterosexuales.
En fin, lo cierto es que más allá de la temática de la película, que quien la vea sabe que es una problemática real que afecta a países como Colombia, que debe resolverse y a la cual se le tiene que dar visibilidad, la discusión recae en las intenciones de sus creadores al hacerla y cómo ellos utilizan este tema para crear más historias.
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