Juana Acosta, sin diminutivo y con iberoamérica en sus manos
Adrián David Osorio Ramírez
En el año 2000, cuando en la industria nacional la conocían como Juanita, con diminutivo, la actriz caleña presentó Kalibre 35, su primer protagónico en la pantalla grande, durante el Festival Internacional de Cine de Cartagena. Han pasado 23 años desde entonces y Juana Acosta regresa al FICCI con una carrera digna de homenajear pero con la misma pasión que aquella joven de 23 años.
“Tengo las mismas ganas, el mismo entusiasmo y la misma pasión, pero con más experiencia, más oficio, más peso por la vida y por la maternidad, que creo que me aportó mucho a mi vida y me completó. Soy muy actriz, pero también soy muy madre”, le contó a Diners.
Aunque reside hace 20 años en España, su proyecto El Perdón, una puesta escena en la que combina danza y actuación para relatar el asesinato de su padre, a sus 16 años, la trajo de gira por Colombia durante 2022 y 2023. Ahora, regresa al Festival Internacional de Cine de Cartagena como la primera persona en recibir un premio a la Trayectoría Internacional en la Industria Audiovisual durante la versión 39 de los Premios India Catalina.
Desde Cartagena, en donde Juana Acosta celebra junto a su hermana, la también actriz Valentina Acosta, su madre y sus amigas más cercanas, Diners conversó con la caleña sobre volver su mirada a Colombia y este reconocimiento.
Juana, ¿cómo se sintió al realizar esa última función de El Perdón en Cali, la ciudad de su padre?
Fue una de las noches más especiales, mágicas e inolvidables de mi vida. Yo siento que lo que sucedió esa noche en el Teatro Jorge Isaacs fue un acto psicomágico: poder cerrar el perdón rodeada de toda mi familia, todos los hermanos de mi padre, mis hermanos y amigos de mi papá de toda la vida.
Realmente este es un espectáculo que me ha traído muchas alegrías, ha sido un proceso catártico y sanador para mí, pero también muy exigente a nivel físico y emocional, y he hecho casi 80 funciones. Y todos los ciclos hay que saber iniciarlos, pero también cerrarlos, y ya El perdón cumplió su ciclo.
¿Había más presión al presentarse frente a toda su familia paterna?
Sí, había muchos nervios, aunque mis hermanos habían visto El Perdón en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Pero, claro, esta también es la historia de mi familia, y yo lo he tratado con mucho amor y respeto, pero siempre hay nervios de compartirlo con los miembros de mi familia.
Además ellos colaboraron en el proceso de creación del espectáculo porque yo entrevisté a mis hermanos y a los hermanos de mi papá para recuperar la figura de mi papá a través del recuerdo de todos. A mi papá lo mataron hace 30 años y el recuerdo es muy subjetivo. En definitiva, El perdón ha sido el proceso artístico más potente que he vivido.
Calité Films, la productora que fundó junto a su hermana Valentina, nace por esta necesidad de contar historias en clave femenina. ¿Cuál es esa primera historia narrada por una mujer la marcó profundamente?
La verdad la primera historia que me marcó en la vida fue Alicia en el país de las maravillas (risas). Todas esas puertas que se abrían al imaginario me marcaron tanto que incluso me cambié el nombre durante una temporada, entonces me presentaba como Alicia.
Y eso buscamos con Calité, contar historias en donde seamos las mujeres donde llevamos la acción, porque no hay tantas historias así. Estamos tejiendo redes de mujeres creadoras, además de buscar un equilibrio entre Latinoamérica y Europa, pero sí que hay una necesidad de contar historias que a mi hermana y a mí nos mueven como mujeres, madres y latinoamericanas.
Nos ha traído mucha satisfacción, de hecho ya rodamos nuestra primera película como productoras, que es Al otro lado del Jardín, entre Bogotá y Medellín. Además nuestros referentes están aquí: voces femeninas latinoamericanas.
Habla de referentes… ¿con qué mujeres directoras sueña trabajar?
En España hay una directora que admiro mucho que es Carla Simón, que ganó el Oso de Oro de la Berlinale con Alcarrás, que me encanta. También hay otra nueva directora, que lanzó su película Cinco Lobitos, que se llama Alauda Ruiz de Azúa, es muy talentosa. Clara Rocket, también, con su película Libertad. Ahora hay una ola de buenas directoras españolas, muchas.
Y, en Colombia, Laura Mora es mí favorita. Soy muy fan de Matar a Jesús y tengo muchas ganas de ver Los reyes del mundo. La admiro y amo su narrativa, cómo cuenta las historias. Con ella también tenemos algo en común y es que a las dos nos mataron a nuestros papás y Matar a Jesús fue una de esas películas que me ayudó mucho en el proceso de creación de El Perdón.
Su vida está rodeada de mujeres, no solo en la ficción, sino también en la realidad, en su familia… Las mujeres de Juana Acosta ¿cómo las describe?
Total, yo vivo en un matriarcado. Y amo a las mujeres, por eso me rodeo de muchas. La primera gran feminista en mi vida fue mi abuela Laura, la mamá de mi mamá, una mujer con una mente abierta y avanzada para su época.
Pero también tengo muchas amigas, siempre he desconfiado de las mujeres que no tienen amigas, porque me sorprende que haya mujeres sin la capacidad de compartir, conectar y empatizar con la energía femenina, aunque es muy personal.
Tengo un grupo de amigas que adoro y me encanta juntarlas. Este año celebré un cumpleaños con 30 amigas que vinieron a mi casa a comer ajiaco. Fue hermoso. Por cierto, grandes amigas mías se han vuelto buenas amigas entre ellas, es algo que genero de manera natural.
¿Cómo recibió la noticia del homenaje del FICCI y los Premios India Catalina a su trayectoría internacional?
Con una alegría enorme, es algo que nunca esperas. Nunca se trabaja para conseguir este tipo de reconocimientos, pero para mí lo importante de este homenaje en concreto es que me da mucha alegría que sea en mi país, ser reconocida en Colombia y en un festival tan importante como este, el festival en el que estrené mi primera película.