‘Top Gun: Maverick’ la película de acción y nostalgia nominada a los premios Óscar
Revista Diners
Top Gun: Maverick es de las grandes sorpresas de los premios Óscar 2023. Además de estar nominada a mejor película, tiene grandes chances de llevarse la estatuilla dorada por mejor guion adaptado y efectos visuales. Y no solo por cumplir con las expectativas de todo nostálgico que creció en los años 80 con el sueño de ser piloto, sino por presentar una historia robusta en la que 30 años después Iceman (Val Edward Kilmer) es general de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, mientras que Pete Mitchell “Maverick” (Tom Cruise) sigue volando aviones y metiéndose en líos.
Y es justo aquí, cuando la historia parece ser una secuela para recaudar miles de dólares, que el director Joseph Kosinski presenta una narrativa profunda para atrapar a los conocedores de Top Gun: Maverick y los nuevos seguidores que buscaba cautivar.
En esta ocasión, Maverick está a punto de ser reemplazado por drones y convertirse en una pieza de intercambio, cuando lo mandan a ser el guía de un equipo de jóvenes pilotos, entre ellos Rooster el hijo de su mejor amigo, Nick ‘Goose’ Bradshaw, que murió en un accidente en la primera película de Top Gun.
Un bombardeo de nostalgia
Los primeros minutos de Top Gun: Maverick están compuestos por una carga importante de nostalgia en el que la estética de los años 80 bañada por el sol está presente, así como la imagen de Maverick montando en moto hacía el atardecer, las acrobacias de los aviones y los paisajes en los que aparece la bandera estadounidense, como sucede en la versión de 1986 dirigida por Tony Scott -lanzada en el gobierno de Ronald Reagan y en el final de la Guerra Fría-.
Luego de eso viene un golpe con la realidad en la que el protagonista ya no es el joven piloto de hace 30 años, por lo que lucha por mantenerse fiel a sus convicciones, a pesar de que eso resulta un obstáculo en su carrera militar.
Entre tanto, su conflicto principal con Rooster resulta importante dentro del argumento, que enlaza la secuela con la primera película, en la que dos hombres están dispuestos a defender sus convicciones.
Otro punto valioso para rescatar es que Top Gun: Maverick no muestra un enemigo en particular. En las escenas nunca se menciona una ubicación geográfica o símbolo enemigo, solo se trata de una analogía a las escenas clásicas de acción, sobre lo elaboradas y costosas de las escenas del cine actual.
Detalles que importan
Los diálogos y las imágenes de Top Gun: Maverick están acompañadas de secuencias de vuelo que le agregan un componente emotivo y realmente emocionante a la película. Joseph Kosinski buscó que la mayoría de escenas de acrobacias aéreas fueran reales y, por supuesto, realizadas por el mismo Tom Cruise, quien se caracteriza por no tener un doble de acción.
El director también deja espacios para explicar de forma sencilla y natural qué le sucede al cuerpo cuando es expuesto a las fuerzas G -medida de aceleración sobre la gravedad que se siente dentro de un jet-, lo que también sirve de argumento para las escenas más importantes de Top Gun: Maverick.
Entre tanto, el regreso de Val Edward Kilmer a la pantalla grande también resulta emocionante ya que el actor de 63 años se había retirado de la actuación en 2015, cuando perdió la voz por un cáncer de garganta que trató con radioterapia y quimioterapia.
“Top Gun: Maverick es quizás una declaración seria de la tesis de que las historias de la pantalla grande pueden y deben ser geniales”, dice Porao Scott de New York Times.
Y es que sus 2 horas con 11 minutos no se sienten porque las secuelas de acción están precedidas de buenos diálogos, lo que la convierte en una historia que se sostiene en el tiempo sin necesidad de ver la primera película.
“Algunos personajes pueden llamar a Cruise como una reliquia de otro tiempo, pero sigue siendo la excepción a todas las reglas. Lo que realmente evita que la película se sienta como un himno al excepcionalismo estadounidense es lo sobrenatural que es Tom Cruise en estos días”, comenta Jesse Hassenger de The Guardian.