Belfast: un autorretrato de la guerra, la migración y la inocencia
Adrián David Osorio Ramírez
Belfast
Kenneth Branagh
★★★★★
“Lo que hace cada historia diferente no es dónde termina, sino el lugar donde comienza”. Belfast, la capital de Irlanda del Norte, fue testigo y víctima del inicio del conflicto entre quienes querían preservar lazos con el Reino Unido –protestantes– y los republicanos irlandeses –católicos–.
En Belfast inicia también la historia de Kenneth Branagh, el director de éxitos como Thor y Muerte en el Nilo y actor de otros títulos destacados como Harry Potter y la cámara secreta y My week with Marilyn. En el seno de una familia protestante, pero en medio de un barrio católico, nació Kenneth Charles Branagh, en la misma década en la que se desató el conflicto en su ciudad natal.
A sus 61 años -40 de ellos entre producciones de cine y teatro-, el norirlandés decidió mirar atrás y plasmar en la pantalla grande una pequeña pero trascendental etapa de su vida. En Belfast, Branagh presenta un relato profundamente personal, en el que la violencia y la migración son protagonistas. Por coincidencia, su estreno en Colombia coincide con la crisis migratoria ucraniana, la más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La familia de Belfast
Con el comienzo de los conflictos armados el 8 de octubre de 1968, Irlanda del Norte se hundió en tres décadas de violencia. En la calle 15 de Belfast, la calle de Buddy -el pequeño protagonista- la intimidación inició una tarde y desde entonces nada nunca fue igual.
Buddy, interpretado magistralmente por el joven actor Jude Hill, está en los últimos años de su niñez, a punto de convertirse en un adolescente. Su vida transcurre entre sus últimas travesuras de niño y su primer encuentro con el enamoramiento.
Su padre, a quien da vida Jamie Dorman (Cincuenta sombras de Grey), trabaja en construcción al otro lado del Reino Unido, en Inglaterra, por lo que solo lo ve algunas semanas al año. A cargo de su cuidado se encuentra su madre -una intensa y preocupada Catriona Balfe (Outlander)-, y su hermano mayor Will, en la piel del joven Lewis McAskie (Here Before).
A unas cuadras de su casa viven sus abuelos paternos, dos figuras importantísimas para él y su manera de descifrar la vida. Su abuelo Granny es un envejecido y enfermo Ciarán Hinds (Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: parte 2). Por su parte, la ganadora del Óscar a mejor actriz de reparto por Shakespeare in love, Judi Dench, es la comprensiva y atenta abuela Pop.
De Irlanda del Norte a Inglaterra
Con su padre trabajando en Inglaterra y el ambiente violento de Belfast, Buddy guía a los espectadores -desde su visión pura y a la expectativa- por los cuestionamientos, miedos y problemas que conllevan la guerra y la migración hacia Londres.
Entre tanto, su imaginación desbordante y pasión por el cine comienzan a vislumbrarse en medio del caos. Aquellos momentos claros oscuros, en los que luego de un ataque violento sucede una escena que hace reir a la sala de cine entera, le dan sentido a la decisión de Branagh de recordar su infancia a blanco y negro.
Belfast es un relato familiar con el que es difícil no sensibilizarse. El aspecto vulnerable de Jude Hill es enternecedor y atrapante. La historia de la migración impacta a cualquiera -mucho más con los sucesos en Ucrania-. Y el retrato romantizado de una ciudad en caos siempre le viene bien a los apasionados cinéfilos.
De allí que este coming of age (el género cinematográfico que se centra en el crecimiento del protagonista) haya logrado siete nominaciones a los Globos de Oro, seis a los BAFTA y siete a los Óscar, entre ellas mejor película y mejor director. Una apuesta vulnerable de Kenneth Branagh que resultó en un futuro clásico del cine.
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