La noche de los forasteros, una novela que encarna a los salseros

Reseña de La noche de los forasteros, un libro que resalta lo mejor del ritmo y el gozo de la la salsa clásica. Un guiño a la obra de Andrés Caicedo.
 
La noche de los forasteros, una novela que encarna a los salseros
Foto: Angélica Villalba
POR: 
Lizeth Romero Pérez

La noche de los forasteros, es una novela con una estructura narrativa no lineal y vertiginosa, que te atrapa con descripciones vivaces de aquellos lugares donde el ritmo y el gozo de la salsa clásica vive encarnada en el melómano y el bailador, descritos también en su humanidad y en el devenir que los aqueja más allá del ser rumbero que celebra la dicha y desahoga el sufrimiento al son de la clave y el bongó.

Ambientada en una ciudad que no se nombra, pero que evoca las esquinas de aquellas urbes donde la salsa es la banda sonora de la movida nocturna y de las pasiones de sus moradores; esta novela, invita al lector a hacerse parte de su historia casi como un voyeur, escondido y expiando desde el rincón más próximo como se tejieron los acontecimientos determinantes de la vida de Andrés, el personaje principal, un profesor de sociología de 44 años e inmigrante, que regresa luego de veinte años a su sitio de origen para escarbar en un pasado plagado secretos y traiciones que terminan por moldear su presente.

Un país lejano e indiferente, la belleza de una amante prohibida pero amada y la memoria de un amigo asesinado en plena juventud; se aborda cada hecho entre nostalgia y desidia, recordando al protagonista que aún no se extinguen las pasiones que movieron al joven Andrés, haciéndolo reevaluar los preceptos que da por sentados y ciertos en plena madurez.

La trama

Dos mujeres como principales en la trama, Gina y Diana, caras diferentes de la misma moneda, extremos contrarios de padecimientos iguales, realzadas por sus anhelos y a la vez desdibujadas por circunstancias que las obligaron a guardarse bajo un manto de corrección moral y social, que sofocó a la mujer ardorosa y deseosa de un espacio idóneo donde concretar sus anhelos, pero perdida siempre entre dilemas que se resolvieron sacrificando el deseo feroz del espíritu por la seguridad de la mano “cuidadora” del amor, que en este caso solo se cristalizó para ellas como renuncia a lo genuinamente querido, para una de forma dolorosa, para otra de forma cínica y en apariencia ventajosa.

Lo anterior es clave en la narración, toda vez que marca el tempo de la trama y nos permite explorar los matices emocionales que causaron dichas acciones.

Este libro marcado por la dualidad, nos presenta también dos historias paralelas que se yuxtaponen a través de los capítulos que componen este relato -cada uno repleto de buena música- resueltos con el dinamismo propio de escritores avezados en el oficio que saben enriquecer sus creaciones con giros inesperados.

Atmósfera surreal

Como un bello gesto por parte del autor, se encabeza cada capítulo con una narración poética y sensual que parece tratar de personajes de otra dimensión concebidos para la atmósfera surreal de un bar de salsa, donde la música embriaga con la riqueza de su expresión y el sentir aterciopelado que contiene el verso musicalizado. Marcando clara diferencia con la narrativa cruda con que se cuenta lo sucedido entre Andrés y su núcleo.

El amor, la muerte, la amistad y la lujuria se entremezclan en una simbiosis casi rítmica manteniendo al lector a la expectativa en cada aparte del libro, teniendo a la música como principal hilo conductor de este viaje.

Al final de La noche de los forasteros, las historias desarrolladas en la obra que desde el principio parecían separadas y ajenas entre sí, se terminan uniendo como melodía y letra de una salsa “dura”, brindándonos una revelación que estalla poderosa y sonora como la despedida de una orquesta maravillosa.


¿Y usted ya se leyó La noche de los forasteros?

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mayo
29 / 2021