Literatura y arquitectura conducen la obra de Jorge Méndez Blake

Una de las primeras obras instaladas en el Salón Nacional de Artistas, que este año se celebra en Medellín entre el 6 de septiembre y el 3 de noviembre, es Ariadna, creación del arquitecto mexicano, amante de la literatura.
 
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Claudia Arias

Está en la antigua sede del Museo de Antioquia, hoy denominada Casa del Encuentro, la cual ha cambiado mucho desde los tiempos en que allí se albergaba toda la colección de la institución. Su espacio se define desde un patio, un poco como los antiguos patios centrales de las grandes casonas de pueblo, donde inicia Ariadna, obra del artista mexicano Jorge Méndez Blake, que recuerda al personaje de la mitología griega.

Cuando llegamos a conversar con él, un día de la semana entera que le tomó el montaje, mi acompañante dijo muy acertadamente que los cuadros de colores dispuestos en las paredes, parecían la paleta de colores Pantone. Se trata de cuadros rectangulares de color, separados unos y otros con una pequeña franja y en tonos pasteles, aunque sin conservar la linealidad de tono con cambio de intensidad que tiene la herramienta de trabajo de tantos diseñadores; y se ven en una de las paredes del patio y en dos del espacio techado contiguo en el que continúa la instalación.

Justo allí, y con ayuda de dos personas, Méndez trabajaba en la armazón de la estructura de ladrillos que conforman el laberinto a través del cual una mujer circula “leyendo” uno de los cuatro libros que el artista dispuso para tal fin. En sus palabras: “Ariadna se compone de un mural, una instalación de esculturas de ladrillo y una acción en la que una mujer, por momentos, camina ‘leyendo’ entre la construcción”.

¿Y qué pasa cuando ella no esté?, pregunto; entonces el artista recuerda cómo las obras de arte se activan con el público, lo que en este caso sería que, en ausencia de la lectora, los visitantes tomen alguno de los cuatro libros que intenta leer el personaje, para hacer lo propio o que, incluso, recreen la misma acción de la mujer al circular por la obra. Para Jorge Méndez su instalación es una especie de laberinto, rodeado de una biblioteca.

Los libros no son nada nuevos en la obra de este artista nacido en Guadalajara hacer 39 años, ciudad en la que reside, aunque con muchos movimientos alrededor del mundo para estudiar y exponer. Normalmente se inclina por autores clásicos de los siglos XIX y XX como Joyce, Hawthorne, Melville y Borges, pero en Ariadna lo que tiene son “antilibros”, o sea libros que no se puedan leer: uno con imágenes de ruinas clásicas, otro con una línea punteada –como el hilo de Ariadna–, uno vacío y uno más con finales de novelas de diferentes autores, fragmentos. Así que en esta obra le interesa más lo que no se puede leer, que lo que realmente se lee.

La formación de arquitecto de Méndez Blake se adivina mucho más allá del uso de construcciones de ladrillo, recurrente en sus obras, pues los espacios que conforma en sus instalaciones son una buena mezcla de estética, simetría y solidez, pero su producción artística no se agota ahí. Murales de gran factura y mucha destreza técnica y esculturas, también se encuentran entre sus trabajos, que se han visto en exposiciones individuales y colectivas en su país natal, Estados Unidos, Canadá, varios países europeos e incluso Australia y Nueva Zelanda.

Aun estudiando el artista combinaba su labor en algún despacho de arquitectura, con su producción artística, pero pronto se dio cuenta de que debía elegir y se quedó con el arte, tanto que los primeros años después de ello, se alejó un poco de su formación. Pero entonces retomó el camino de los trazos y los planos y recordó cuántas cosas podía sacar de allí para su nueva profesión. Hoy Jorge Méndez Blake es un convencido del gran aporte que hace su formación a su trabajo, que le permite tener una concepción espacial que no todos los artistas logran, por eso la arquitectura, sumada a su gusto por la literatura, son los hilos que conducen su obra.

Imagen: Jorge Méndez Blake, Proyecto para biblioteca parque IV, 2011. Lápiz de color sobre papel,120 x 150 cm.

         

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septiembre
5 / 2013