“El realismo sucio español no existe”, entrevista a Ray Loriga
Jhonny R. Quintero
Ray se queja un poco de la “pujanza paisa” que lo hace madrugar y tener que ir de un lado a otro. Pide una cerveza, “que sea rubia”, especifica. Llegó a Medellín para presentar su novela más reciente, Za Za el emperador de Ibiza. Habla entre calada y calada a los cigarrillos, que fuma uno después de otro. Lo han comparado con Bukowski y con Burroughs, lo han criticado por publicar una novela juvenil (El bebedor de lágrimas), que escribió “porque necesitaba el dinero”, dijo en una entrevista.
El bebedor de lágrimas recibió varias críticas, ¿era una parodia?
Era exactamente una parodia. Nació de la idea de una editora de Alfaguara Juvenil, que me sugirió hacer una novela para jóvenes, y le dije que si lo hacía sería una parodia de todas estas novelas malísimas que leen ahora los pobres chavales, que son pésimas la mayoría. Creo que hubo un error porque al principio pretendí publicarla con seudónimo y revelar la sorpresa después, pero la editorial dijo que mejor con mi nombre, pensando que así iban a vender más. A mí me divirtió mucho escribirlo y me gustó. Enrique (Vila-Matas) fue el único que me mandó un mail enseguida, “me he leído la novela de los fantasmas, es cojonuda”.
Ha dicho que su novela Za Za el emperador de Ibiza es un libro para usted mismo, ¿cómo es eso?
Es una manera de expresarlo, pero de alguna forma quería reírme escribiendo el libro, y si conseguía hacer reír a los demás, pues mejor, y parece que así ha sido. Es el libro más directamente humorístico que he escrito, y llegando hasta situaciones delirantes. Estaba escribiendo una novela que es, como dirían los italianos, pesante, y de pronto la dejé de lado por algo más divertente, que es Za Za. Me apetecía algo que me hiciera reír, no sé, por la situación en España, la crisis. Es una respuesta a la lógica de lo general, que me aburre tanto normalmente.
Vea también: Cómo reírse de/con Ray Loriga
La novela parece tener, en el humor y en el tono, una influencia de Houellebecq.
Es un escritor que leo, siempre con interés. Coincido con él en algo y es en la sensación de desconcierto y extrañeza. Es un escritor que demuestra lo incómodo que es pensar sobre las cosas de manera angulada, no aceptar las cosas tal y como te las cuentan, y lo extraño que le parece el mundo alrededor.
Se ha dicho mucho sobre la influencia de la literatura Beat en sus libros, ¿siente que es así?
En concreto tres escritores: William Burroughs, Allen Ginsberg y Jack Kerouac, han sido los que han dejado una impronta en mí como lector y por ende como escritor. Tres escritores radicalmente distintos, a pesar de haber sido amigos y de una misma generación. Pero a esos tres se suman a otros cien escritores. De ellos me influenció la posición antiacadémica de la literatura, cierta sensación de la voz por encima de la corriente general, la aproximación más pasional que fría a la hora de escribir.
Lo han encasillado como parte del “realismo sucio español” ¿existe eso?
En Wikipedia sí, pero según yo, no. De hecho creo que el concepto de realismo sucio no se entendió muy bien en España, y desde luego Wikipedia no lo entiende. Bukowski nunca fue considerado por la crítica como realismo sucio. Es un nombre que se le da a una corriente específica que fundamentalmente conlleva otros escritores como Raymond Carver o Richard Ford. Piensan que es una cosa de hablar de putas, de pollas, en cambio el término estaba acoplado a unos escritores que hablaban de una realidad átona, sin grandes pasiones, que hablan de la nada del día a día, del pequeño reloj de arena, del desgaste de vivir en una burguesía, una pesadumbre de una vida no épica, esta vida donde el pulso de identidad se pierde. Es una literatura que me gusta y he leído siempre.
A pesar de que ha dado muchos giros en sus libros, ¿cree que escribe siempre sobre lo mismo?
De alguna manera he intentado que no. A mí hay escritores que me gustan mucho, que son escritores de lo que llamamos “de una sola nota”. Todas las novelas de Simenón son novelas de Simenón. Me gusta mucho Agatha Christie, y sus novelas son parecidas en el esquema en el estilo. Los de Bukowski son como un solo libro, los puedes poner todos juntos y es casi un libro completo. Comencé a escribir a los 20, y yo pensaba que iba a ser un escritor de esos, y luego me sorprendí a mí mismo viendo que no. Debe ser que todo lo que he ido leyendo, ha ido abriendo un abanico de distintos intereses, distintos tonos.
¿Y hay en su escritura una obsesión con algún tema?
Hay algo que noto constante al mirarlo todo junto, pero no sé si era consciente, y es la impostura como posición de defensa vital, es decir, engañar a los demás para no engañarse uno mismo, y la profunda extrañeza ante todo, no solo ante la realidad social sino ante las relaciones entre seres humanos, a los patrones de pasión, de conducta, patrones casi espirituales, y con la dificultad de la identidad propia. Todos mis personajes participan de esa energía de sentirse voluntariamente desplazados por preservar su identidad. Muchos de ellos participan del apasionamiento casi místico e ingenuo, de héroes y adolescentes, del pesimismo cínico. Esa sensación de bajarse de la noria, que es el mundo que gira y gira.