Leímos ‘Hábitos Atómicos’ para que usted no tenga que hacerlo

El libro más vendido de los últimos tiempos sigue dando de qué hablar en Colombia y el mundo. Aquí encontrará un resumen de sus temas más relevantes.
 
Leímos ‘Hábitos Atómicos’ para que usted no tenga que hacerlo
Foto: Hábitos Atómicos
POR: 
Óscar Mena

Con más de 15 millones de ejemplares vendidos, Hábitos Atómicos es el libro de superventas en todo el mundo. Su autor James Clear no es un maestro de la escritura, ni un gran erudito, pero tiene claro que la sencillez a la hora de escribir es la mejor arma que puede desarrollar una persona. 

Por otro lado, su publicación mundial -en plena pandemia- resultó caer de perla para los lectores encerrados que estaban buscando desarrollar sus habilidades blandas desde casa. Toda esa mezcla inédita de acontecimientos le dieron a Clear el empujón que necesitaba para tener entre manos un best-seller que hasta hoy sigue siendo uno de los libros más vendidos en la Filbo 2024 y bibliotecas del país.

¿Qué hace tan especial a Hábitos Atómicos?

Este libro de 336 páginas cumple con lo que promete en su portada. Además de estar redactado de una forma sencilla y fácil de entender, Clear ofrece un manual para desarrollar un hábito perdurable en el tiempo.

Sin duda, esto ayudó a que su mensaje llegara a todo el mundo para mostrar que un hábito puede revertir la mala suerte de una persona e incluso convertirla, literalmente, en otro ser gracias a un conjunto de pequeñas -casi diminutas- decisiones que puede tomar en el día a día. 

Por otro lado, Clear no es solo un dicharachero con exceso de positivismo, sino que sus experiencias del libro las contrasta con artículos científicos, provenientes de la biología, la neurociencia, la filosofía y la psicología moderna.

Y aunque lo que dice el autor de 38 años no es nuevo, sí resulta revelador cuando se pone en práctica, pues su base es moldear el cerebro con repeticiones diarias.

Así empieza Hábitos Atómicos

James Clear empieza el libro con la definición de atómico, en la que señala que es una cantidad extremadamente pequeña de cosas, así como la unidad más pequeña e irreductible que forma parte de un sistema mayor. Luego, hace lo mismo con hábito, de la que expresa que es una rutina que se realiza de forma regular o que es una respuesta automática ante una situación específica. 

Después, el autor empieza a relatar un accidente que tuvo con un bate de béisbol -con el que le rompieron la cara- y al que los médicos le dijeron que no se podía recuperar para ser el gran deportista que soñaba. Sin embargo, Clear logra debutar y, aunque no fue campeón en la MLB, resalta que logró hacer lo que soñaba de adolescente.

Del blog a libro

El autor expresa que todo el contenido del libro ya estaba publicado en su blog personal de noviembre de 2012, donde empezó a compartir los beneficios que encontró en los hábitos atómicos que lo hicieron debutar en el mundo del béisbol profesional. 

Con cada mes, Clear fue ganando seguidores hasta llegar a su primer millar de suscriptores, luego le siguieron invitaciones a conferencias, charlas deportivas a grandes de la NBA y la NFL, hasta convertirse en un personaje reconocido en el mundo de las conferencias motivacionales.

Después explica que gracias a la popularidad creó toda una academia para desarrollar hábitos atómicos en empresarios y altos ejecutivos. Y es así como llega la publicación de este libro en 2018 en Estados Unidos y 2020 en todo el mundo.

Las mejoras del 1 por ciento

El autor, de forma estratégica, se las arregló para incluir en cada página del libro las palabras hábitos atómicos, bien sea juntas o separadas, siempre están presentes, como una forma de martillar la mente del lector y quedarse grabadas con el concepto de este libro.

De ahí que Clear haga especial énfasis en que los pequeños hábitos generan una gran diferencia, porque “un enorme éxito no requiere una acción igual de significativa, porque las mejoras del 1 % son mucho mejores a la larga”, relata el autor.

Por otro lado, el autor insiste en que los hábitos son el interés compuesto de la superación personal y que no hay que desestimar cada pequeño cambio que podamos hacer en nuestras vidas. “Olvídese de las metas y enfóquese en los sistemas. Esa es la mejor sabiduría para alcanzar lo que queremos”.

Esto lleva al autor a explicar que a medida que los hábitos de una persona cambia, también cambia su identidad, pues “somos lo que hacemos”. También busca que el lector se crea el cuento de que cuando practica un deporte se trate como a un deportista, o si está aprendiendo a tocar un instrumento se trate como a un músico profesional, porque es la forma en la que empezará a ganar confianza en sí mismo.

Realizar un hábito sin esfuerzo

Clear explica biológicamente que la mente consciente es un cuello de botella del cerebro y que como resultado hace que las personas empleen gran energía en realizar una tarea determinada. Sin embargo, eso no pasa cuando hay un hábito asentado, pues estos al ser una tarea repetitiva liberan una carga cognitiva que reduce considerablemente el esfuerzo, liberando el cerebro para otras tareas más importantes.

En pocas palabras, los hábitos atómicos le permitirán trabajar en modo automático si sabe implementarlos de la mejor manera. El autor también encuentra un espacio en el libro para hablar de la gente que no cree en los hábitos o que trata a su sistema como algo aburrido. Incluso los trata de necios, al no querer poner en práctica un sistema que cualquier persona puede implementar en su vida. 

También explica que en la medida que empieza a agregar hábitos positivos en su vida, debe ir desechando los hábitos perjudiciales, pues lastimosamente la humanidad tiende a inclinarse por lo fácil y lo que le hace daño a la larga. 

Las cuatro leyes del cambio de conducta

Este es el corazón del libro de Hábitos Atómicos. James Clear diseñó cuatro leyes -que según él son infalibles- para llegar a desarrollar hábitos atómicos que pueda practicar sin esfuerzo.

Sin embargo, también explica que si estas leyes no se siguen al pie de la letra pueden ser como palancas más puestas que harán imposible lograr un cambio en su vida. 

Las cuatro leyes del cambio de conducta son: Hacerlo obvio; hacerlo atractivo, hacerlo sencillo y hacerlo satisfactorio, es decir, obtener una recompensa cuantiosa por el resultado.

A partir de este punto el autor empieza a desentrañar cada una de las leyes para que el lector entienda a fondo cómo aplicarlas, para ello lo invita a que realice una lista de sus actuales hábitos, desde que se despierta, hasta que se va a dormir.

Usar el mal para el bien

James Clear utiliza en Hábitos Atómicos diferentes ejemplos de la historia como el de Denis Diderot y su ensayo Lamento por mi bata vieja en la que explica, cómo Catalina La Grande le compró su biblioteca por mil libras y con este dinero pudo pagar la boda de su hija y comprarse una bata escarlata, que hizo ver viejo todo lo que estaba en su hogar, por lo que empezó a reemplazar estos objetos por nuevos artilugios hasta quedar sin dinero.

“A este comportamiento se le conoce como efecto Diderot, que encierra a la gente en una espiral de consumo y desencadena una conducta negativa, que en este momento vamos a utilizar a nuestro favor”, comenta Clear en su libro.

De esta forma utiliza el ejemplo de Diderot para empezar a cambiar hábitos negativos por positivos hasta tener “toda una casa de hábitos atómicos”.

Atractivo y sencillo, los primeros pasos para forjar hábitos atómicos

Clear comenta que la ciencia alimentaria crea productos atractivos para los consumidores, desde el grado de crujiente óptimo de las papas fritas, hasta cuántas burbujas debe tener una gaseosa. En otras palabras el arte de lo orosensorial.

Lo mismo explica con la pornografía en internet, que está diseñada para ser verdaderamente estimulante, incluso si lo que muestran es irreal, o como sucede en el mundo de la moda, donde los modelos no se reconocen en la imagen final de sus campañas publicitarias. “La recompensa de nuestros tiempos está más concentrada, por lo que necesitamos hacer de nuestros hábitos algo mucho más atractivo que lo que está alrededor”.

De esta forma el autor busca que en la rutina diaria agregue la palabra oportunidad a todo lo que realice en el día hasta que su cerebro lo identifique como una palabra más del día. “Cuando usted ve la oportunidad de levantarse de la cama, lavarse los dientes y salir a trabajar, encuentra una herramienta atractiva para encarar las tareas del día. Y lo mejor de todo es que es verdad”.

La revisión de los hábitos atómicos

El autor busca que realice un exámen consciente en la medida que incluya nuevos hábitos a su rutina. “La reflexión y la revisión mejoran los hábitos porque usted es consciente de sus errores. Esto también ayuda a que no se obsesione paso a paso y además le da un tiempo ideal para tener un cambio de conducta ideal”, cuenta Clear. 

Luego de revisar, explica que muchas personas encuentran frenos en su vida frente a nuevos hábitos que no les permite triunfar en la vida. La mayoría están relacionados a creencias que no le permiten crecer como debe ser. 

“Imagínese una balanza en la que conforme cambia un mal hábito o creencia por un hábito atómico, se pone un grano de arena en el plato positivo. Cuantos más granos sume, más sencillo será crear hábitos positivos en su vida”, explica el autor nacido en Hamilton, Ohio, Estados Unidos. 

Mantener la felicidad intacta

Clear explica que la primera vez que obtuvo 1000 suscriptores en su página web se sintió tan emocionado que salió con su familia y novia a cenar. A los meses, empezó a obtener esa cantidad de suscriptores en un día, pero no le generó tanto placer. “Luego recordé que debía celebrar también, porque se hizo realidad lo que era un sueño unos meses atrás”. 

A esto se le suma el deseo y el anhelo como mecanismo para forjar nuevos hábitos atómicos. “Los sentimientos nos motivan a actuar, así que todo influye en nuestra manera de sentir, querer y buscar nuevas conductas, por eso hay que estimar en sobremanera lo que nos da felicidad”, explica Clear.

Finalmente, el autor concluye su texto advirtiendo que este ejercicio de generar hábitos atómicos puede ser difícil para las nuevas generaciones, ya que por su juventud tienden a decepcionarse de forma más fácil a diferencia de una persona que ha sabido fracasar en el proceso y de todas formas tomarlo como un aprendizaje hasta convertirlo en un hábito atómico.

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abril
30 / 2024