Booklovers, la serie de Jorge Carrión para los amantes de los libros

La serie Booklovers recorre librerías y bibliotecas de Ciudad de México, Buenos Aires, Barcelona y más ciudades. En Colombia se puede ver en la plataforma CaixaForum+.
 
Booklovers, la serie de Jorge Carrión para los amantes de los libros
Foto: cortesías Booklovers / Pexels / Unsplash /
POR: 
Yhonatan Loaiza

Cuando era joven, el escritor catalán Jorge Carrión -creador de Booklovers– fue descubriendo poco a poco lugares mágicos que guardaban tesoros y abrían puertas a nuevos mundos. Fue una revelación que marcó el camino vital de este autor, reconocido por libros de no ficción como Librerías (2013) y Contra Amazon (2019), y novelas como Los muertos (2010) y Membrana (2021), que anticipó el frenesí que vive el mundo contemporáneo con la inteligencia artificial. 

Esos lugares eran nada menos que librerías y bibliotecas personales, como la de Jaume Brufau, un profesor suyo que fue la primera persona cercana que le mostró esos paraísos íntimos en los que se atesoran cientos de libros. El escritor catalán también recuerda especialmente la librería Gigamesh de Barcelona, especializada en fantasía, ciencia ficción y terror. 

“En ese entonces, estaba en un semisótano muy particular en Barcelona y me iba en tren desde Mataró, donde vivía, para buscar libros allí, y descubrí las revistas, los fanzines y la cultura de los aficionados a la ciencia ficción; por tanto, descubrí en ella un mundo”, cuenta Carrión, que además es un reconocido ensayista cultural y codirector del máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

Ahora, el escritor invita a los amantes de la lectura a recorrer librerías y bibliotecas icónicas de ciudades de Latinoamérica y Europa en su serie Booklovers, que se puede ver en la plataforma de streaming de CaixaForum+. 

libreria de avila buenos aires
La Librería de Ávila es la librería más antigua de la capital argentina. Foto Leandro Kibisz / Wikimedia Commons

Algunos de los espacios que el escritor recorre en esta serie son la icónica librería Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires, la biblioteca Vasconcelos —una joya arquitectónica y cultural de Ciudad de México— y la imponente biblioteca del Dipòsit de les Aigües de Barcelona. Esta última, que se construyó a finales del siglo XIX, tuvo como primera función regular las aguas del parque de la Ciutadella, y tras ser consagrada a los libros por la Universidad Pompeu Fabra, ha recibido a visitantes tan ilustres como el escritor italiano Umberto Eco, creador de la célebre novela El nombre de la rosa.

Además de esos sitios imprescindibles, en la serie se exploran librerías y editoriales independientes de esta lista de ciudades, entre las que se incluyen Lisboa y Madrid. Esa variedad de espacios también se refleja en los personajes entrevistados, que van desde escritores tan importantes como Elena Poniatowska, Leila Guerriero y Enrique Vila-Matas, hasta otros protagonistas de la escena literaria.

Según Carrión, la serie Booklovers está regida por esa lógica de la bibliodiversidad, en la que se reflejan tanto la diversidad humana como la arquitectónica y espacial.

“Intenté que hubiera la mayor variedad posible, tanto de edades como de trayectorias y de oficios. Por eso, en el caso de Buenos Aires, el capítulo empieza con María Gómez, la editora artesanal de Eloísa Cartonera, que es un proyecto muy independiente; sigue con La Internacional Argentina y Francisco Garamona, que también es una editorial muy underground; pero entre un personaje y otro está el Ateneo Grand Splendid, de una gran cadena de librerías”, cuenta el escritor. 

Entre espacio y espacio, entre testimonio y testimonio, en Booklovers se cuelan frases de una gran potencia metafórica tanto de Carrión como de sus personajes. “Escribir es traducir el mundo a una cadencia, a una música propia. Es llenar un vacío”, dice el escritor catalán, mientras que Poniatowska asegura, por su parte, que una casa que te recibe con libros es inmediatamente un abrazo.

Biblioteca gabriel garcia marquez
La Biblioteca Gabriel García Márquez es una biblioteca pública situada en el barrio barcelonés de Sant Martí de Provençals. Foto Mónica Planellas / Shutterstock

De acuerdo con el autor, lo primero que existió de cada capítulo de Booklovers fue un esquema que partía de una hipótesis de trabajo y de interpretación sobre cada ciudad, como por qué en el modernismo catalán hay tantos motivos vegetales, en el caso de Barcelona, y por qué se puede decir que la cultura argentina es una máquina de traducción, en el caso de Buenos Aires. 

La estructura se complementa con los espacios, las voces de los personajes y los textos escritos por Carrión. De esta manera, se configura una travesía que demuestra cómo la cultura literaria de cada una de las ciudades protagonistas está estrechamente relacionada con su historia y su desarrollo artístico. Y es que para Carrión una ciudad es un palimpsesto, es una sucesión de estratos, de escrituras y reescrituras, y lo que hace Booklovers es intentar representar esa polifonía e intentar hacer converger el pasado con el presente de cada ciudad. 

“En el caso de Barcelona, por ejemplo, hablamos del Quijote, que en la segunda parte aparece en esta ciudad, y hablamos del archivo Anagrama; pero también hablamos de la nueva biblioteca Gabriel García Márquez, que se acaba de inaugurar y que es un éxito en materia de público, también entre gente muy joven. Y por eso en la serie, aunque hay mucho libro en papel, mucha tradición, también vemos redes sociales o pódcast porque la literatura también es digital”, explica.

Además de ese panorama general, las bibliotecas personales también son ventanas a la intimidad de sus dueños; son, según Carrión, espejos no solo de nuestra psicología, sino también de nuestra biografía.

La biblioteca del escritor catalán, por ejemplo, está ordenada por partes: en el estudio tiene la literatura contemporánea; en el pasillo, el cómic, y en el comedor, los clásicos y el ensayo. Al lado de la mesa del comedor del salón, que es el lugar en el que Carrión escribe, están los ejemplares de no ficción que tienen que ver con los temas en los que está trabajando actualmente, desde los libros hasta la ciencia y la tecnología.

Biblioteca Central
de la Universidad
Nacional Autónoma de méxico
Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Foto Javarman / Shutterstock

“Yo, para recordar dónde estuve, qué hice o a quién conocí en cierto momento, acudo a mi biblioteca. Sin ir más lejos, he estado ojeando un ejemplar del libro que publicó la librería de Buenos Aires Clásica y Moderna en su septuagésimo aniversario y me he encontrado con la dedicatoria de la librera Natu Poblet, que me regaló ese libro hace diez años, en diciembre de 2013, cuando fui a Clásica y Moderna a presentar Librerías con Ricardo Piglia. Evidentemente, esa dedicatoria me ha emocionado”, rememora. 

Booklovers también se configura como una posibilidad de acceder a momentos que marcaron la ruta creativa de esos autores que intervienen en cada uno de sus capítulos. Es así como el escritor catalán Enrique Vila-Matas relata cómo en la década de los setenta solía frecuentar tres librerías en Barcelona, y en una de ellas, en Paseo de Gracia, el autor solía buscar los libros prohibidos que el dependiente escondía debajo del mostrador.

Por su parte, Leila Guerriero, una de las más importantes escritoras de no ficción de Hispanoamérica, cuenta en el primer capítulo de la serie que su relación con los libros se podría calificar de salvación. “Sin los libros no podría vivir, y me gusta pensar que los libros que a mí me interesan tampoco podrían vivir sin mí”, asegura la escritora, que acaba de lanzar su libro La llamada.   

La autora argentina recuerda que esa relación con la lectura se inició incluso antes de que ella tuviera libros en las manos, a través de las historias que le contaba su padre y que salían de libros de Horacio Quiroga y Ray Bradbury. Además, añade que hay libros que la deslumbraron y que incluso la repararon, como El oficio de vivir, del escritor italiano Cesare Pavese, que se suicidó a los 41 años.

“La verdad es que no tengo esa sensación que tiene Leila de que un libro le salvó la vida. Tampoco tengo ningún libro, ningún autor con una relación digamos de maestría absoluta o de modelo vital, algo que, por ejemplo, al escritor uruguayo Mario Levrero le pasó con Franz Kafka. Pero, sin duda, los libros me han enseñado cosas básicas de la vida”, asegura Carrión.

Aunque el escritor considera que las primeras lecturas no definen el tipo de lector que cada uno va a ser, porque casi todos empezamos leyendo publicaciones como cuentos infantiles y cómics, y a partir de ahí cada cual sigue su propio camino, para él sí hay un elemento primigenio que determina el nacimiento creativo de cada autor. 

Biblioteca Vasconcelos
en Ciudad de México
Interior de la Biblioteca Vasconcelos en Ciudad de México. Foto Brester Irina / Shutterstock

“Lo que sí que tenemos en común todos los escritores es uno o varios mitos de origen, es decir, a partir de las vivencias y de las lecturas de la infancia y de la juventud construimos nuestra propia narrativa de por qué tomamos la absurda decisión de dedicarnos a escribir y a leer”, añade el autor.

Para Carrión, cada país tiene su propia relación con los libros. Incluso, hablando del suyo, España, el escritor encuentra muchos cambios, diferencias y matices entre Madrid y Barcelona; por esto considera que sería muy difícil determinar diferencias entre las culturas literarias de Europa y América Latina. 

“Aquí en España, en Barcelona, damos los libros por garantizados. Tenemos una abundancia brutal, para mí maravillosa, pero entiendo que eso hace que quizá les des menos valor, porque tienes infinitos títulos en las librerías y a tu disposición muchos en las bibliotecas públicas. La mayoría de las editoriales son españolas; por tanto, imagino que en Latinoamérica hay más deseo, porque son más difíciles de conseguir”, afirma el escritor.

Y aunque en esta cartografía literaria de Booklovers no aparece un destino colombiano, Carrión sí recuerda con felicidad sus recorridos por librerías de Bogotá, de Medellín, de Cali y de Cartagena de Indias. De hecho, asegura que siempre que regresa a Colombia intenta volver a sus librerías favoritas, como Casa Tomada de Bogotá o Palinuro de Medellín, que se define como una librería de “libros leídos”. 

“Esa es una etiqueta muy característica, muy propia y que me encanta defender, porque efectivamente los libros no se usan, y, por tanto, no pueden ser libros usados, y los libros no envejecen así como así, de modo que no son libros viejos. Y sí, en cambio, cuando son de segunda mano, o de segunda mirada, son libros leídos”, asegura Carrión sobre Palinuro.

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marzo
6 / 2024