Frida Kahlo: una exposición inmersiva que muestra a la artista más allá del cliché

Adrián David Osorio Ramírez
Frida Kahlo murió el 13 de julio de 1954 en Coyoacán (México). Horas antes, escribió en su diario unas últimas palabras: “Gracias a las enfermeras, a los camilleros, a las afanadoras y mozos del Hospital Inglés. Gracias al Dr. Vargas, a Navarro, al Dr. Polo y a mi fuerza de voluntad”.
El cuaderno, que contenía frases, bocetos y dibujos como en una especie de catarsis de sus últimos diez años de vida, fue relegado a un pequeño baño de la Casa Azul, el lugar en el que Frida vivió con el artista Diego Rivera. Por orden de su esposo, el libro debía permanecer allí durante diez años, junto a sus medicinas y vestidos.
Sin embargo, al morir Rivera, tres años más tarde, su amiga Dolores Olmedo decidió que la cápsula del tiempo permanecería custodiada y bajo llave un par de décadas más, hasta la publicación del diario completo en 1995, un hecho que permitió a investigadores y coleccionistas acercarse a la artista mexicana y a su obra desde otra perspectiva.
El diario de Frida Kahlo: un íntimo autorretrato es la inspiración de la exposición “Vida y obra de Frida Kahlo”, una experiencia inmersiva que combina arte, cine y performance por medio de proyecciones en 360° de sus obras, animaciones cuadro a cuadro y una banda sonora original, a cargo del compositor y pianista Arturo Cardelús.

Esta muestra, creada por la productora Acciona Cultura, compañía líder en el desarrollo de museos y nuevas experiencias artísticas, llega al museo interactivo Maloka City Hall de Bogotá el 11 de julio de 2023, luego de su paso por Madrid, Coventry y Buenos Aires. La tecnología del lugar permitirá que los más de 30.000 visitantes que se espera recibir experimenten de una manera disruptiva las obras maestras de Kahlo, desde El venado herido y el Autorretrato dedicado al Dr. Eloesser, hasta párrafos de su diario.
Roxana Velásquez, directora ejecutiva del Museo de Arte de San Diego, y Deidré Guevara, curadora de la muestra “Frida y yo” en el Centro Pompidou de París, fueron las encargadas de realizar la curaduría para “Vida y obra de Frida Kahlo”, que ya suma más de diez premios internacionales, entre los que se destacan el Innovation by Design Award al Mejor Diseño de Experiencia 2022.
Desde México, la maestra en Educación del Arte Deidré Guevara conversó con Diners sobre el reto de retratar a Frida de manera inmersiva y crear una exposición sin su obra física.
¿Cómo nació su estrecha relación con la obra de Frida Kahlo?
Frida y yo llevamos juntas más de diez años. Ya no entiendo mi vida sin ella. La relación surgió como un feliz accidente, cuando le propuse al Centro Pompidou desarrollar una exposición para niños. Como sabía que Frida es la mexicana más famosa del mundo, pensé en centrar la muestra en su obra; por fortuna, aceptaron sin dudarlo.
¿Y de qué manera llega la propuesta de participar en esta exposición inmersiva?
Acciona Cultural contactó a Roxana y ella me propuso a mí. Fue una cocuraduría, y las dos estuvimos de acuerdo en mostrar a Frida más allá del cliché de la mujer sufrida, de trenzas y falda larga. Para nosotras, lo más importante era mostrar a una mujer transgresora para su tiempo y que no era un milagro de la mercadotecnia.
La exposición está dividida en tres partes. ¿Cómo es ese recorrido que crearon para el público global?
La primera parte se basa en la idea de celebrar a Frida, a esta mujer triunfadora, no a la que uno siempre ve golpeada por el accidente y lastimada por las infidelidades. Esta es una mujer admirada por André Breton, el padre del surrealismo; una mujer de la que Picasso decía que ni él ni Diego Rivera pintaban como ella… La Frida activista y comunista.
Luego, indudablemente, tenía que venir un núcleo biográfico, que explica quién fue, dónde nació, cómo aprendió a pintar, cómo fue su accidente y su relación con Diego Rivera. Es el eje en el que contamos los temas indispensables para dialogar con su obra.

Y el tercer núcleo es su obra y los elementos que la conforman. Entonces allí hablamos de la Casa Azul, de su jardín, de sus mascotas y de su inspiración por el México prehispánico.
Todo esto inspirado por el diario de Frida Kahlo…
Sí. Es que el diario parte en dos la forma de entender a la pintora. Yo siempre me he preguntado qué pensará Frida de que todos andemos leyendo su diario, porque cuando te encuentras con este libro entiendes que hay dos Fridas: una es la que posa magnífica en los cuadros y otra es la del diario, una mujer con miedos, desilusiones, ilusiones y enamorada.
Así que uno no puede enfrentarse a un cuadro de ella sin ubicarse en el año y ver lo que estaba pasando en su vida, así como lo que estaba haciendo Diego Rivera.
¿Cómo asumieron el reto de realizar una exposición sin tener las obras físicas de la artista?
Lo importante era tener muy claro el guion de la exposición, definir bien la línea, analizarlo y cuestionarlo. Después de eso, viene la pregunta de rigor: ¿cómo lo contamos? Y lo padre de estas exposiciones es que tienes todos los recursos disponibles: sonido, imágenes, efectos, que te ayudan a acentuar lo que quieres contar, algo que no lo da el cuadro.
¿Y cómo funcionan los derechos de autor en este caso en los que no aparece la obra pero sí se reproduce?
Diego Rivera fue un visionario, y cuando Frida murió, él heredó los derechos de su obra. Así que diseñó un fideicomiso junto con su amiga Dolores Olmera en el Banco de México, que es un comité que concede los derechos de reproducción de la obra de ambos.

Es una maravilla. Por eso Frida Kahlo tiene la difusión que tiene, porque no hay primos, ni nietos, ni sobrinos, sino un fideicomiso que, con lo recaudado, sostiene a los museos.
¿Por qué el público debería acercarse a la obra de Frida Kahlo a través de esta exposición inmersiva?
Lo divertido de esta clase de experiencias es que es otra forma de acercarse al arte. Nada va a suplir el estar frente a un cuadro, pero es como un buen libro o una buena película. Trabajamos mucho respecto al mensaje que queríamos dar y cómo sorprender al público. Por eso apuesto a que si van a la exposición por lo menos se van a enterar de un dato que no sabían sobre Frida y eso los va a motivar a conocerla, no desde el punto de vista cliché, sino saber cómo era la otra Frida, la triunfadora y vanguardista.
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