50 preguntas a Jaime Bayly
Beatriz Parga
Publicado originalmente en Revista Diners Ed. 476 de noviembre 2009
Bayly prefiere su casa y un buen libro a una salida nocturna, aparte de que no soporta a los borrachos. También se sabe que es bisexual, irrespetuoso e irreverente hasta consigo mismo. A continuación, cincuenta preguntas que le ayudarán al lector de Diners a conocer a Jaime Bayly.
¿Por qué es usted tan irreverente?
No sé. Pregúntele a mi madre.
¿Es cierto que en una rueda de prensa le dijo a Alan García que estaba medicado y tomaba lithium, y por eso le tocó salir del Perú cuando él resultó elegido Presidente?
No fue exactamente así. En 1985, a pocas semanas de que ganara las elecciones presidenciales, le pregunté a Alan si era verdad que había sido sometido a una cura del sueño. En efecto, era verdad. Alan se molestó y cuando ganó me sacó de la televisión peruana. Luego su Gobierno demostró que la cura de sueño fue insuficiente y que lo despertaron antes de tiempo.
¿Por qué su rebeldía?
No lo sé. Pregúntele a mi padre. El problema es que está muerto.
¿Fue buen o mal estudiante? ¿Dónde estudió?
Pésimo estudiante. Estudié en un colegio inglés de Lima y en una universidad católica de esa misma ciudad. Pero nunca estudié. Nunca me gustó que me obligaran a leer tales o cuales libros. Siempre fui un asno para las matemáticas. Me gusta leer lo que yo elijo, no lo que me imponen.
¿Hasta qué año vivió en Perú? ¿Puede hacer un resumen de su recorrido por el mundo antes de vivir en República Dominicana y Miami?
Nací en 1965. Viví en Lima hasta 1985. Entonces ganó Alan García y me fui a vivir en Santo Domingo y San Juan y Miami, con visitas esporádicas a Lima. En 1990 apoyé la campaña de Vargas Llosa. Cuando perdió, me fui a vivir en Madrid y luego en Washington donde me casé y nació mi hija mayor, y luego en Miami donde nació mi hija menor.
¿Desde cuándo se dio cuenta de que se iba a dedicar al periodismo?
Cuando tenía quince años y entré a trabajar en La Prensa de Lima.
¿Prefiere ser periodista o escritor?
Escritor. Pero no sería escritor si no hubiera sido periodista.
¿Cree que se ve bien en pantalla?
No lo sé, porque no me veo.
¿Qué le disgusta de su apariencia personal?
Mi prominente barriga, que parece un embarazo de seis meses.
¿Quién le corta el pelo?
Mi madre, por supuesto.
¿Alguna vez su peluquero ha pensado en cambiarle el estilo?
Eso depende de mi madre, pero ella en cuestiones de estilo es muy ortodoxa.
¿Se haría un afro?
No. Pero haría el amor con un afro.
¿Cree que su peinado tiene que ver con su sex appeal o su imagen?
Lo que yo llevo en la cabeza no puede llamarse un peinado. Podría calificarse como una planta, un arbusto, un matorral o una palmera mustia.
¿Prefiere tener sex appeal con las mujeres o con los hombres?
No sé de lo que me está hablando, señora. Yo soy un hombre mayor y no tengo ningún interés en los asuntos del sur del ombligo.
¿Qué público es más fiel, el masculino o el femenino?
El masculino que quisiera ser femenino.
¿Qué le han dicho de Bogotá?
Que tenga cuidado con los sicarios de Chávez.
¿Qué tiene miedo de encontrar en Bogotá?
A los sicarios de Chávez en moto. Pero si me disparan, les arrojaré un salivazo. Mi saliva es venenosa, produce muerte súbita.
¿Laura Bozzo le produce pesadillas?
No. Me da pena.
¿Tiene miedo de una demanda de ella?
No. Tengo miedo de parecerme a ella.
¿Qué piensa del presidente venezolano Hugo Chávez?
Que es una cosa rarísima que un soldado venezolano haya terminado siendo el comediante más divertido de Latinoamérica.
¿Le gustaría ser amigo del presidente Álvaro Uribe?
No, a menos que él insista. Yo soy un ermitaño. Tener amigos me da pereza.
Si pudiera hacerles llegar un mensaje a las Farc, ¿qué les diría?
Que se rindan. Que están derrotados. Que dejen de joder.
¿Qué le molesta más, la estupidez o la chabacanería?
Una cosa suele producir la otra. No conviene molestarse porque todos podemos ser estúpidos y chabacanos.
¿Qué motivó su salida de La Mega en Miami?
Que NTN-24 me hizo una mejor oferta para dirigir mi programa desde Bogotá para toda Latinoamérica y Estados Unidos.
¿Es cierto que todo el problema con La Mega empezó porque usted se quejó en pantalla de un aire acondicionado demasiado frío?
Sí. Yo me quejé y nadie entibiaba el estudio helado y eso me puso de mal humor y dije que estábamos en Anchorage, Alaska, y parece que la broma no les hizo gracia.
¿Puede decir algo de su salida de La Mega?
Que les agradezco mucho los tres años en los que me permitieron hacer mi programa con ellos y les deseo todo lo mejor.
En el plano personal, ¿quién es su amigo?
Mis hijas son mis mejores amigas, o eso quisiera pensar.
Recientemente escribió en una columna que si se fuera a morir le gustaría darle el penúltimo beso a su amigo y el último beso a su esposa. ¿Sigue pensando igual?
Sí, claro.
¿Qué diferencia hay entre amar a un hombre y amar a una mujer?
Un cierto bulto en la entrepierna.
¿Es cristiano, agnóstico, budista o católico?
Soy agnóstico, salvo cuando estoy en un avión que se mueve mucho. En ese momento de turbulencia, soy de todas las religiones.
Se sabe que Paulo Coelho transitó por varias creencias antes de regresar al catolicismo. ¿Podría ser esa su situación?
Nunca digas Nunca. Si los curas católicos fuesen como el padre Alberto, yo iría a misa todos los días.
¿Cree que es un loco sin remedio o un remedio para las locuras de la política?
Para ser escritor tienes que estar un poco loco. Y para salir en televisión tienes que estar rematadamente loco.
¿En alguna parte le han prohibido hablar de política?
Sí, claro. Y cuando lo hacen, me voy a otra parte.
¿Alguna vez le ha hecho llegar alguna queja Hugo Chávez por sus constantes burlas?
No, Chávez personalmente no, pero sí sus matones, sicarios y apandillados, que me amenazan de muerte muy a menudo, más a menudo que mi ex suegra. Yo les digo: ojalá tengan la decencia de cumplir su promesa, caballeros.
De todos los presidentes latinoamericanos, ¿quién cree que lo está haciendo mejor que nadie?
Uribe, sin duda.
¿Qué consejo le daría al presidente Uribe?
Ninguno. No doy consejos cuando no me los piden.
Si pudiera cambiar algo en su vida, ¿qué cambiaría?
Me hubiera gustado tener un hijo hombre. Me hubiera gustado ser amigo de mi padre. Pero no se pudo.
¿Ha puesto alguna condición para su nuevo programa?
Solo una: que me den absoluta libertad para decir lo que pienso.
¿El programa será de monólogos, análisis político o entrevistas?
Será un programa sobre política latinoamericana, o sea un programa humorístico.
¿Bebe? ¿Brandy, whisky, cerveza u otra bebida?
No. Solo agua y jugos. Nada de alcohol.
¿Fuma… cualquier cosa?
No. Nada. Ya fumé bastante de joven.
¿Qué libro está leyendo ahora?
Demasiada nieve alrededor, de Javier Marías.
¿Cuál es su autor favorito?
Javier Marías.
¿Cuál es su plato preferido?
Un buen lomo a la parrilla.
¿Hace gimnasia o practica un deporte?
Sí. Doy vueltas en la cama. Hoy leí en el periódico que corrieron una maratón en Bogotá. A los dos kilómetros murió un hombre de cuarenta años. A los cuatro kilómetros murió uno de sesenta. Yo prefiero quedarme en mi cama leyendo.
¿Quién es su mejor amigo o amiga, por fuera del círculo de los afectos más inmediatos?
Yo soy mi mejor amigo y mi mejor amiga.
¿Qué hora del día es la que más le gusta?
Las horas calladas de la madrugada.
¿Qué día es el que prefiere y cuál detesta?
Ningún día es detestable si recordamos el pequeño milagro de que estamos vivos.
¿En Miami y Bogotá maneja o tiene chofer?
No manejo. Me manejan. En los autos y en la vida.
¿Cuál es su personaje favorito?
El Chavo del Ocho. Y su sucesor, Hugo Chávez, que ha venido a alborotar la vecindad y ha terminado pareciéndose al Señor Barriga.