Gloria Zea y siete colombianos revelaron a Diners su amor de película
Ángela María González
Publicado originalmente Ed. 258 de septiembre 1991
¿Qué quién era mi amor de película?.. Algunos lo saben con exactitud y detalles, como Hernando Santos, que pagó por ver a Hedy Lamarr desnuda 17 veces, o Carlos Muñoz, que tuvo dos novias de película al mismo tiempo.
Otros, en cambio, han tenido amores extraños, como el de María Elvira Samper por Peter Pan. Diners quiso conocer esos amores cinematográficos que tuvieron en su adolescencia distintas personalidades del país, y saber también sobre sus primeros amores de la vida real.
Aunque suele haber solo un primer amor recordado con alegría y cierta nostalgia, la mayoría pasó algún día por uno de esos “dolores” platónicos, como el de Luis Alfredo Sánchez por su prima mayor, o bien, por uno secreto, como el inconfesable de Álvaro Bejarano o el apenas mencionable de Cristina Pastrana.
Distintas generaciones, diferentes amores de película y un solo amor verdadero. ¿Recuerda usted los suyos? El Día del Amor y la Amistad, que se celebra este mes, puede ser una buena disculpa para devolverse a esos viejos tiempos y sonreír.
Gloria Zea
Directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá
No todos sus amores han sido de museo. Una carcajada que interrumpió los preparativos de un viaje la remontó a los primeros.
Su primer amor: “un muchacho que estudiaba en el colegio San Bartolomé, mayor que yo. Lo veía por la ventana de mi casa, y él me mandaba tarjeticas y papelitos. Nunca le oí la voz y no lo volví a ver jamás. Se llamaba Jaime Díaz.
De película: Tyrone Power. “Cuando yo tenía 10 años me fui a verlo en Al filo de la navaja, que era para mayores, y entonces tuve que disfrazarme. Mi mamá me prestó sus tacones para que me dejaran entrar.
Hernando Santos Castillo
Director de El Tiempo
A ritmo periodístico y como si hubiera sido ayer, Hernando Santos les puso nombre y apellido a sus amores, que en ambos casos los tiene muy presentes.
Su primer amor: “Mi primer amor fue Alicia Cárdenas, una de las niñas más lindas de una Bogotá pequeña en la que eran muy escasas. Era hija del Embajador de Ecuador y amiga de una prima mía, Helena Santos Salazar. Cuando la conocí quedé imbecilizado. Mi prima invitó a las dos hermanas a un veraneo en la finca, y yo fui en un weekend porque eran bonitas y sabía que estarían. Aunque yo era menor que Alicia, la cosa resultó, pero duró muy poco. Me la “jugó” y quedé out. Ese fue mi primer amor y la primera gran señal”.
De película: “¡Ah!, eso sí me acuerdo exactamente: Hedy Lamarr desnuda un segundo y medio en la película Éxtasis, que causó un escándalo en todo el mundo porque fue la primera mujer que se atrevió a desnudarse.
La vi 17 veces. La película duró como tres meses en el Teatro Real, y los menores de edad le pagábamos 20 centavos al portero, que era de apellido Muñoz, para que nos dejará ver solo ese momento en que ella pasaba, que duraba segundo y medio ¡exacto! Era en blanco y negro y veía la sombra, nada más, aunque se reconocía el desnudo.
Era bellísima, de pelo negro y ojos verdes. El otro día vi que tiene 78 años y es cleptómana y alcohólica. La cogieron robando en Viena y la metieron presa. Lloré y todo con la noticia”.
María Elvira Samper
Directora periodística de la revista Semana
Antes de empezar el trajín de un día en su revista, con sonrisa de “Campanita” -pues confiesa no querer salir de la adolescencia, recordó sus amores, del más real al más fantástico entre todos los posibles.
Su primer amor: “El que fue mi marido. En un paseo lo vi de lejos y me pareció encantador. Le eché el ojo porque era una persona que irradiaba un carisma muy especial. Ese día no estuve con él, pero después empezamos a salir, por unos amigos que nos presentaron. Me enamoré de él y me desenamoré: 7 años de novios, 6 de casados y 13 de separados en los que hemos sido magníficos amigos”.
De película: “Digamos que Peter Pan. Yo no he sido fanática de nadie. No tuve de esos amores. Peter Pan toda la vida me ha fascinado porque no crece y porque vuela. ¡Es que yo no he salido de la adolescencia!”
Luis Alfredo Sánchez
Director de cine. (El oro es triste, La virgen y el fotógrafo, El potro chusmero)
Como era de esperar, los amores de este cineasta se confunden entre las salas de proyección y el celuloide. Actualmente prepara, con Plinio Mendoza, una telenovela.
Su primer amor: “¿El primer amor de mi vida?¿Realizado o sin realizar? Porque hay amores que se “coronan”, y otros que no. El primer amor “coronado” fue cuando yo tenía 16 años. Tuve una novia a quien adoré. Ella se escapaba del colegio para que fuéramos a cine. El nombre prefiero no decirlo… El no coronado fue por una prima que era tres años mayor que yo.
En una casa de Palmira, de donde yo soy, la regadera estaba en el solar y cuando ella se iba a bañar yo me escondía para verla. No sé si se daba cuenta o no (ríe a carcajadas). Ahora, ya grandes, le he preguntado, y me ha dicho que ella sí presentía que alguien andaba por ahí…”.
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De película: “Dos mujeres han sido mis dos grandes pasiones. Una fue Rita Hayworth. La recuerdo por ejemplo en Sangre y arena, en la que ella hace el papel de una gitana perversa. Fue uno de mis grandes amores de la adolescencia. Quince años después me enamoré de Stefania Sandrelli, una italiana que ha trabajado en muchas películas. Yo tengo aquí cantidad de material sobre ella, fotos y todo. Y de las últimas, últimas, porque yo ya estoy en un amor pasado de los 40, algo así como entre el verano y el otoño, una pasión desafortunadamente no realizada ni realizable es por Jodie Foster, lanzada en Taxi driver y ahora en cartelera en El silencio de los inocentes“.
Florina Lemaitre
Actriz de cine y televisión
Aunque le causaron risa las preguntas y está acostumbrada a “vivir” amores de película nunca le ha gustado hacer casas en el aire.
Su primer amor: “¿Real? … mmm… Era pelirrojo y pecoso. De pronto empezó a pasearse por mi barrio en bicicleta hasta que un día me invitó a una fiesta. Todo fue armado por una prima suya, porque era muy tímido, y entonces ella tenía que hablar por él. Fuimos novios varios años. Le decían “Candelilla”, como a unas hormigas rojas-rojas que hay en la Costa y que pican durísimo, porque él era malgeniado”.
De película: “No tuve de esos amores, nunca me puse a pensar en un señor que estuviera en una pantalla. Lo que sí sentía era admiración por todos los actores y actrices. Yo creía que el sueño de todo mundo era actuar. Solamente hasta hace poco me di cuenta de que esa pasión mía no era tan general…
Aunque sí hubo un actor que me gustaba: Leonard Whiting. Hacía de Romeo en Romeo y Julieta, de Zeffirelli, en colores. Ese actor era bellísimo, pero desapareció, nunca volvió a actuar.
Claro que también es que me gustaba el personaje. Vi esa película a la misma edad en que me ennovie con el pelirrojo”.
Cristina Pastrana
Directora del noticiero TV-HOY
Entre todos los “primeros” amores, incluidos los de estos años no sabe al de cuál etapa referirse, pues piensa felizmente que ha vivido un poco al revés.
Su primer amor: “¿Novio-novio? Porque yo tuve uno cuando tenía tres años. Era un hijo de los mejores amigos de mis papás, y cuando vivimos en Washington yo le escribía cartas desde allá y él las escondía en su casa detrás de un ladrillo para que supuestamente nadie las viera. Después en el colegio tuve un amor secreto que se quedará secreto toda la vida, aunque fue correspondido. Nos veíamos por las relaciones que tenían los colegios. Hablaba delicioso y era un churro. Ya el primer amor novio a los 18 años, el de la Universidad, no tiene tanto encanto contarlo”.
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De película: “Yo tenía uno así, como a los 14 años: Robby Benson, en una película que jugaban basquetbol. De pronto me gustaba por lo que yo conocía ese ambiente. Uno lloraba con la película, pero se la veía mil veces y conseguía afiches y todo. Hoy en día lo veo y digo: nada que ver”.
Álvaro Bejarano
Escritor, periodista y simpático y picante personaje de Cali
Por no referirse a amores prohibidos, de aquellos que parecen una recreación literaria, tipo La tía Julia y el escribidor, Álvaro Bejarano prefirió en principio remontarse a la primera edad, cuando nada era pecado, y callarse el de la adolescencia. Sin embargo, no se aguantó las ganas, y terminó hablando de ambos.
Su primer amor: “El primer amor… a ver… el primer amor fue una niña iluminada que estaba en kinder conmigo. Recuerdo la hondura y el silencio de su corazón. No se lo confesé nunca… con solo mirarme lo sabía… Por ahí a los quince años me enamoré de una gran dama caleña, separada (cuando esto era extraño en Colombia) que me liberó de la prostitución, común entre los de mi generación. Le ayudé en los estudios a un hijo suyo un poco brutico. (Fue así como aquel profesor adolescente y coqueto mantuvo una relación fogosa que fue bastante comentada en Cali en su época)”.
De película: Diana Durbin, una muchacha que cantaba. Hizo como mil películas en la década de los 40. Me gustaba donde apareciera, yo siempre iba a verla y oírla.
Carlos Muñoz
Actor
A un actor de su trayectoria le podía resultar difícil y algo confuso identificar, entre los numerosos papeles de su vida, el de aquel momento en que no supo cómo hablar, qué hacer, en fin… ¡cómo actuar!
Su primer amor: “Pues… ¿pero cuál, el formal o el imposible? La primera novia formal que tuve, como a los 18 años, se llamaba Helena Ramírez. Trabajaba en el Ministerio de Comunicaciones y estudiaba en la Escuela de Arte Dramático del Teatro Colón. Íbamos a tomar té en un plan muy galante, a la salida del trabajo. Pero antes, a los 13 ó 14 años, cuando estudiaba en el Colegio Americano, que era mixto, me gustaba una niñita muy bonita, ¡muy bonita! que se llamaba Cecilia. Yo creo que me le declaraba con los ojos, pero
nunca me atreví a decirle nada, era un amor platónico, platónico, platónico”.
De película: “Yo tuve dos novias cinematográficas tal vez tenía el corazón muy grande. Una fue Rossana Podestá, una italiana muy joven… tendría unos 18 años cuando empezó a actuar en Italia. Después, Emilio Fernández se la llevó para filmar La red, una película que la volvió muy famosa. Hizo muchas cosas, actuó en Helena de Troya y en Ulises. Supe que se casó con un italiano. Todas las revistas donde aparecía me parecían de colección y no eran fáciles de encontrar.
La otra fue Marina Vladi, una actriz francesa bellísima, también muy joven, que hizo Las brujas de Salem. La recuerdo en esa película, que fue realmente su cumbre.
Miguel Silva
Secretario privado de la Presidencia de la República
Desde su primer amor y hasta la fecha, lo persigue su cara de sardino.
Su primer amor: “Mi primer gran amor fue una niña de sexto de bachillerato, cuando yo estaba en tercero. Silvia Duzán, que era amiga de ella en el colegio, le escribía en los cuadernos: “Hoy a las 5 de la tarde: darle tetero a Miguelito”, porque yo era muy sardino. Íbamos a cine al teatro Scala, caminando, obviamente, porque éramos pobrísimos y para eso alcanzaba la plata. Había que llegar a pie y devolverse a pie del cine. Somos muy amigos hoy, salimos los cuatro: ella y su esposo, mi mujer y yo. Nosotros le presentamos al esposo. Más chiquitico, de 7 u 8 años, tuve una novia que se llamaba Silvia Muñoz. Nunca la volví a ver. Con un amigo del barrio la pusimos a escoger entre los dos, y ella me escogió a mí”.
De película: “Jessica Lange en King-Kong. Aunque en esta película no sale ella tan linda. Nunca coleccioné fotos, no era así, fetichista, pero la atracción sigue siendo ¡fatal!”
“Otra que me gustaba en general, en donde apareciera, era Catherine Deneuve. En París, un amigo me decía que ella vivía en la misma plaza donde él residía, Saint Sulpice. Muchas veces nos sentábamos a tomar café cerca a ver si la veíamos llegar, pero no… nunca pasó.