Carta de Navidad para el abuelo Monino

La familia es el eje central de las festividades navideñas, que invitan a compartir con los que están cerca y a mantenerse en contacto con los que están lejos. Y si bien las cartas ya están en desuso, esta columna nos recuerda la importancia de comunicarnos con los que queremos.
 
Carta de Navidad para el abuelo Monino
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POR: 
Policarpo Varón

Publicado originalmente en la edición 405 diciembre de 2003

Querido Monino:

Laurita me dijo que estás en Lisboa vieja y que no vendrás para la Navidad. Le dije a papá que te compráramos un regalo, pero papá no ha traído tu regalo y anoche al acostarme te veía lejos y pensé en ir a Lisboa Vieja a llevarte la Navidad y acompañarte. Pero esta mañana, al desayuno, mamá, recordó que el 24 por la noche te llamaremos, y Laurita dijo que su regalo para ti será un libro de árboles, que los libros te gustan mucho, y yo estoy desde esta mañana escribiéndote una carta de regalo de Navidad, pues no volveremos sino el sábado y Navidad es pasado mañana. Todos los días voy a escribir algo, después del desayuno o cuando pueda, hasta cuando te lo cuente todo.

Papá manejó, mamá manejó, el tío Rubén manejó, a Laurita y a mí no nos dejaron manejar… La abuela me tocó con su grandota nariz y gritó con su vestido de flores azules al abrazarme, al llegar a Barlovento, y el tío Gabriel reía y también abrazó a todos.

Por el camino, papá me dijo que una casa se llama Ventaquemada. El primer pueblo que vimos es Hobos y otro se llama La Amalia. Había un ciervito o un gamito comiendo cerca del bosque y del río, gamito o ciervito color amarillo regio, y bajamos para acercarnos a verlo de cerquita pero escapó corriendo, como el leopardo, como el guepardo, como la leona y como el perro, abuelito… vi muchas vacas y caballos, y personas de camisa blanca y sombreros de muchos colores caminando por la carretera.

Yo fui con Laurita al parque frente al comedor grandote donde almorzamos y vimos una estatua y un hombre que dijo “Ayer pasaron los pájaros de esta Navidad”.

Todas las noches cantamos villancicos. Hay uno que me gusta más que todos. ¿Quieres que te lo cante?

-Dime, Niño, de quien eres, todo vestido de blanco.

-Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo.

-Dime, Niño, de quién eres, todo vestido de grana.

-Soy de la Virgen María y nieto de Joaquín y Ana.

-Dime, Niño, de quién eres, todo vestido de azul.

-Soy de la Virgen María y mi nombre es Jesús.

Ayer fuimos hasta el puente más largo de Barlovento.

Es muy angosto y de tablas muy anchas.

Abuelo: mi único deseo es no dormirme antes de la medianoche porque quiero conocer a Santa Claus. Santa podría traer al Niño, el Niño tiene siete años como yo, y quiero que el Niño traiga un burrito de color amarillo… Una noche vi en sueños a Santa, vino por el lado del río que mamá llama Helena y detrás el burro. Me disgusta que la amiga de Laurita diga que un duende, Puck dice ella que se llama, va a desenvolver los regalos y va a envolver otra vez los regalos cambiados y va a cambiar los nombres de las tarjetas.

Papá y mamá nos han dado cuentos y a mí me gustó mucho el de la estrella de los tres reyes magos. ¿Quieres que te lo cuente, Monino?:

Tres reyes magos y una estrella.

Había una vez tres reyes magos. Mensor era trigueño y reinaba en la ciudad de Acayaya. Theokeno era amarillo y reinaba en Arabia. Sair era negro y reinaba seguro en África. Pero después de ver al Niño Jesús, los bautizaron y por eso ahora se llaman Melchor, Gaspar y Baltasar. Melchor quiere decir el que va con amor. Gaspar quiere decir el que va caminado de aquí para allá y se acerca lentamente. Baltasar quiere decir el mago poderosísimo.

Los tres reyes eran astrólogos o astrónomos y los tres tenían telescopio y los tres llevaban en el pecho un escudo rutilante parecido a una estrella. Sabían de las estrellas y del sol y de la noche y de constelaciones y todas las cosas de su reino y de otros reinos.

Ocurrió que con su telescopio, Theokeno vio la estrella y descubrió dónde iba a nacer Jesús y siguieron la estrella para ir a saludar al Niño y a sus padres.

Y ahora van por el camino montados en caballos y camellos y llevan bastones y alfombras. Tú los ves, Monino…

Encontraron ciudades con muchas columnas y figuras de piedra, encontraron pastores, tribus, cruzaron llanuras y montañas y ríos y lagos.

Las caravanas son tres y van muchos acompañantes decapa larga y de capa corta: los acompañantes de Mensor tenían gorros de colores y eran trigueños, los de Theokeno, que era amarillo, gorros amarillos brillantes, y los de Sair, que era de piel negra reluciente, llevaban gorras blancas con copa de colores.

Cuando Theokeno vio la estrella, también vio a Belén. La estrella era como un globo y de ella salían rayos y luz. Caminaron durante sesenta días. Los últimos días caminaron también por las noches. Al llegar al pesebre donde estaba el Niño, oyeron canciones muy lindas y todo se iluminó. Los tres reyes magos formaron un triángulo ante la entrada del pesebre. Vieron a Jesús en el centro de muchas luces multicolores.

Monino, sucede que abuela Glenda va diciendo palabras, palabras… natilla, buñuelos, dulce de limón, de miel, con azúcar, con brevas, con moras, con maíz, y dice flores, tulipanes, lirios, dalias, y dice árboles, pomarroso, pino, nogales, y se siente en la cocina o en el comedor y dice que estos días de diciembre son suaves, azules, claros y amables, y nos cuenta de los diciembres en que con sus padres cantaban y bailaban y se contaban cuentos y la abuela cuenta un cuento que le contó a su abuela cuando fue para Navidades a Bugalareal. Voy a contártelo. Se llama

La casa amarilla de Santa Claus:

Había una vez una casita que la abuela Manuela y sus nietos hicieron, con toda su familia, para que santa viviera en ella con los regalos y con el burro mientras estaba en la tierra. La casita se llamaba Casa Amarilla de Navidad, y santa llegó con el burro amarillo cargado de regalos y vivía allí.

-Erase que Puck entro y revolvió todo, no – dijo Laurita.

La puerta de la Casita Amarilla de Navidad se abrió y yo entre con Laura. Vimos los regalos, y como la abuela Glenda no podía entrar porque es muy gorda y muy alta, nosotras le pasamos los regalos y mirando los paquetes jugamos a adivinar qué tenía cada paquete y Laura gritaba y la abuela gritaba y yo gritaba y la vecina gritaba…

-Esto debe ser un libro para papá.

-Esto, un dibujo para tu mamá.

-Unas flores rojas verdes y amarillas para tu prima.

-Creo que es un perro chiquito.

-Aquí hay un corderito colorado.

-Un cidí con la Sinfonía de los Juguetes del papá de Mozart.

-Yo me pido un libro de animales.

-Y yo un libro de árboles.

-Me pido un libro de dibujos de frutas

-Creo que aquí envolvieron varias películas de Discovery Kids.

-Ésta debe ser la carta de Navidad de Sadhi para el abuelo Monino…

Feliz Navidad, Monino, y también para todos los muchachos.

Besos y abrazos,

Sadhi

Bogotá, noviembre de 2003.

         

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