¿Está la esencia del islam de acuerdo con el terrorismo?
Jorge Hernán Gómez
Publicado originalmente en Revista Diners de octubre de 2001. Edición número 379
Julián Zapara es el único imán llanero del mundo. Nació en Cumaral (Meta), y se convirtió en uno de los líderes islámicos más importantes de Colombia, país que cuenta con más de 40.000 seguidores de Alá, de los cuales, cerca de 3.500 no tienen ningún antepasado árabe ni ninguna conexión con las lejanas tierras del Oriente Medio.
Es tal vez el único llanero al que se le apareció Mahoma en sueños, en su casa de Cumaral, para invitarlo a buscar la verdad, a encontrar el camino que lo conduciría a la sabiduría. De los apacibles amaneceres del Meta y los sonidos místicos de la gran llanura, viajó hasta Irán, Egipto y Marruecos para prepararse intelectual y espiritualmente, para entender los secretos racionales del islam y para alistarse para la gran Yihad, la difusión del Corán y los preceptos islámicos.
“Debemos evitar a toda costa las confusiones y aclarar de una vez por todas el significado de Yihad”, advierte Ahmad Tayel, sheikh de la mezquita bogotana, mientras cerca de cincuenta personas se acomodan en los tapetes del centro religioso tras quitarse los zapatos. Ahmad es un sirio que colabora con revistas científicas y culturales en Norteamérica y es el guía de los musulmanes de Bogotá, incluso de aquellos que se han convertido de la fe cristiana al islamismo.
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“Yihad no quiere decir Guerra Santa. El islam rechaza la expresión ‘Guerra Santa’ y de hecho no existe semánticamente. Yihad quiere decir lucha en el sentido de los esfuerzos que se hacen para defender la libertad y la vida. Los esfuerzos de tipo espiritual e intelectual, no una guerra irracional contra otras culturas. El fin primordial del es islam es la liberación de la mente humana, en el plano individual y colectivo, no una lucha fratricida contra nuestros semejantes: ‘el que hace daño a un judío o a un cristiano no me hace daño a mí’, dice la palabra de Alá”.
El imán Julián Zapata coincide con Ahmad: “En el islam predomina el racionalismo y su esencia es la sabiduría. De acuerdo con la razón, una guerra no tiene sentido, y por lo tanto la sabiduría del islam la condena. De hecho, los actos terroristas son condenados que el mundo comprenda que la palabra musulmán no es sinónimo de terrorista. No deben confundirse ciertas minorías ignorantes que han malinterpretado el mensaje de Alá, con la gran población musulmana, una cultura de paz y sabiduría, no una ciega comunidad de guerra”.
Los prejuicios que se han desarrollado en los últimos años contra las comunidades islámicas de todo el mundo preocupan incluso al presidente George W. Bush, quien ha hecho esfuerzos por aclarar que su cruzada no es contra el islam, sino contra el terrorismo, que no tiene religión ni filosofía.
Según los prejuicios, Fanny Ochoa, esposa del imán del Centro Cultural Islámico, tiene graves problemas. Es colombiana (según los prejuicios, narcotraficante), musulmana (según los prejuicios, terrorista) y su apellido es de origen vasco (según los prejuicios, militante de ETA). “Y, sin embargo, no soy nada de eso”, aclara Fanny. “El respeto por las personas debe imponerse sobre los prejuicios. Con seguridad no hay más de un terrorista por cada diez millones de musulmanes, así como no debe haber más de un terrorista por cada diez millones de católicos o judíos”.
Fanny Ocho a llegó al islamismo porque “es la única forma de vida, la única filosofía, la única religión, que tiene un verdadero respeto por-la mujer. Siempre estuve preocupada por temas sociales y por las desventajas de las mujeres en el mundo del capitalismo y en los sistemas tradicionales de Occidente. La gente piensa que la situación de las mujeres de Afganistán se repite en todo el mundo islámico. Eso no es cierto. Infortunadamente los afganos están dominados por un régimen de ignorancia que les está haciendo mucho daño; pero la situación femenina dentro del islam garantiza el respeto, la libertad y el desarrollo individual más que ninguna otra cultura”.
¿Pero las imágenes que llegan de musulmanes fanáticos, mujeres oprimidas y leyes brutales, acaso no son reales? La explicación parece ser la misma de la imagen internacional de Colombia. A los noticieros internacionales sólo les interesa obtener imágenes de violencia y dolor, y así como transmiten las imágenes de masacres y carros bomba de Colombia, reproducen las situaciones más dolorosas del mundo árabe. ”No es justo tomar como muestra representativa de los musulmanes a Afganistán”, dice Ahmad Tayel. “Se trata de un pueblo muy atrasado, que ha sufrido durante siglos invasiones y conflictos internos, y que actualmente es oprimido por el régimen talibán, grupo radical que no entiende el Corán y lo aplica con ignorancia. Un musulmán culto -y el objetivo del islam es que todos los musulmanes sean muy cultos- debe leer cada vez más para acercarse a la esencia del islam.
Eso significa leer de todo: tanto textos anti islámicos como islámicos, por eso considero un profundo error prohibiciones como las que impone el régimen talibán. De hecho, uno de los actos más anti islámicos de la historia ha sido condenar y prohibir la lectura de Los versos satánicos, de Salman Rushdie. Leer es mejor que 70 oraciones -dice Mahoma-, y estoy seguro de que incluía libros de cualquier parte del mundo, sin ningún tipo de censura”.
Sin embargo, a estas alturas de las investigaciones que cursan en Estados Unidos respecto de la tragedia del 11 de septiembre, todo indica que los agresores eran
musulmanes que quieren morir por su religión al atacar al “Gran Mal” de Occidente. La respuesta que da Ahmad a este hecho es la mala interpretación del Corán y del islamismo, una lectura errada de la verdad que implanta la ignorancia. “Cómo considerar musulmán a un hombre que se estrella en un avión contra un edificio y mata a cientos de personas. Ese hombre contraviene nuestras leyes e ignora que el Corán condena hechos como la muerte de inocentes y el suicidio.
Personas como Osama Bin Laden, o los terroristas que actúan en nombre de su religión, son el producto de la ignorancia”. Ahmad es mucho más discreto con respecto a los suicidas de las Torres Gemelas que otro musulmán que dice sin rodeos: “Un hombre de esos puede no haber salido nunca de la mezquita, pero es un perro que no merece misericordia. Así tenga mucho odio por sus enemigos -y el islam no tiene enemigos y condena el odio-, ese tipo no mató sólo a americanos, acabó con gente de todo el mundo, incluidos musulmanes. El drama de las Torres Gemelas también es nuestro drama”.