Eduardo Cabra, exintegrante de Calle 13, debuta como solista
Maria Camila Botero
Eduardo Cabra se dio a conocer como Visitante hace 18 años cuando en Trujillo Alto, Puerto Rico, nació Calle 13. Junto a sus mediohermanos René Pérez e Ileana Cabra, logró que la banda fuera un referente a nivel nacional e internacional. Tanto así que son el grupo con más Grammy latinos en la historia (22) y tienen tres premios Grammy.
Por su parte, Eduardo Cabra inició su carrera independiente al producir el álbum debut de la cantante cubana Diana Fuentes. Pero no fue sino hasta 2016 —un año después de que Calle 13 se separó— que Cabra se dedicó de lleno a esta faceta. Desde entonces ha trabajado con Rita Indiana, Abel Pintos, Diana Fuente, Vicente García, Monsieur Periné, entre otros. Además, es el productor con más nominaciones y premios recibidos en los Grammy Latino.
Foto @CesarBerrios
Y aunque ya tenía experiencia en autoproducirse gracias a Calle 13, el pasado 31 de mayo debutó como cantante con su nuevo trabajo discográfico de seis canciones que a partir de sonidos electrónicos y ritmos latinos comparte ese sello musical que lo caracteriza.
El multiinstrumentista y compositor asegura que con estas seis canciones documenta su proyecto de vida personal, por lo tanto cada una tiene un importante significado: desde un tributo a los amigos y familiares que han partido, hasta un freestyle con el que expresa su molestia frente a dar mucho para que otros se lleven el crédito.
Hablamos con Eduardo Cabra para conocer más sobre Cabra, su primer EP en solitario, que fue lanzado bajo su disquera independiente, La Casa del Sombrero.
Hace casi un año, cuando lanzó el video de La cabra jala pal monte, ¿quería simbolizar la muerte de Visitante y el nacimiento de Cabra, o qué significó eso para su vida?
No era que se le estaba dando vida a Cabra. Es que Cabra siempre estuvo. Cabra era el que controlaba los diferentes departamentos de las cosas que yo hacía. Una de ellas era Visitante. Pero no eran ganas de aniquilar a Visitante así porque así, ya que parte del trabajo de Cabra es defender el trabajo que hizo Visitante, que era Cabra mismo quien lo hacía.
Entonces al final son lo mismo. Con este proyecto consolido el trabajo previo y posterior a Visitante. Es un trabajo muy personal que no tiene ganas de entrar en este asunto del hit del verano, del algoritmo ni nada de eso.
También por esa fecha comentaba que el inicio de Cabra respondía en parte a una crisis existencial y a su deseo de incomodarse y atreverse a hacer cosas que no había hecho antes. Ahora que ya lanzó su primer EP, ¿cómo se siente?
Lo chévere del proyecto es que al lanzarlo siento que esa carga emotiva que venía trabajando y que venía documentando en estas canciones, se fue. Ahora me siento más liviano.
Si tú escuchas La cabra jala pal monte y escuchas un tema como Lingote, se siente un empoderamiento a nivel de la interpretación. Yo lo siento. Con la primera me escucho medio incómodo cantando y eso me gusta. Me gusta que se haya documentado mi trabajo y ese proceso de búsqueda.
Estaba acostumbrado a producir, autoproducirse y componer, pero incluir la voz es un campo nuevo para usted, ¿qué ha sido lo más difícil y lo más emocionante de este proceso?
Lo más difícil fue, sin duda, la interpretación. Lo más chévere es aprender que lo incómodo y lo vulnerable que uno está cuando tiene un micrófono enfrente ayuda a conectar con la música.
Y por otro lado, siento que se empoderó la idea que tengo sobre los productores y lo importante que es su labor. En este caso, al hacer el trabajo de intérprete y producirme al mismo tiempo, estaba tratando de salvarme el pellejo y me parece chévere eso. Creo que es una experiencia que me va a servir al producirle a otros artistas. Igual no quiero que el trabajo de Cabra se vaya por encima de la producción. Disfruto mucho las dos cosas.
Quisiera ser un meme, la canción que canta junto a su hija Azul, habla un poco de quienes trabajan creando arte con el único fin de que se haga viral. En su caso, ¿cuál es el propósito de crear música y en especial este EP?
Estoy claro de que hay dos vertientes dentro de la música: el entretenimiento y el arte. Mi objetivo es conectar con honestidad. Trato de exponerme como soy y después poder defenderlo con un corillo de panas y pasarla bien. Es más orgánico lo que busco, va más allá de ser el hit del verano.
¿Qué es lo que más disfruta hacer Eduardo Cabra en sus tiempos libres?
Disfruto mucho del estudio, es mi zona de confort. Disfruto compartir con panas el estudio. No sé hacer más nada salvo música, pero me lo disfruto brutalmente. Si fuera por mí te juro que haría discos gratis. Si no viviera en un sistema capitalista o tuviera los recursos para sobrevivir sin cobrar por mi trabajo, lo haría. Es bien chévere cuando haces algo y no lo sientes como trabajo.
No me gusta escuchar música fuera del estudio porque me pongo súper crítico del trabajo que estoy escuchando, entonces no puedo escuchar música, es una porquería (risas). En el carro solo pongo podcast.
Foto @CesarBerrios
¿Así que fuera de hacer música y escuchar podcast qué más hace?
(Risas) Hacer música para películas, producirle a otra gente, hacer música para comerciales —que me encanta porque como es bien corta hay que ser muy precisos— y hacer mi música. Es que todo gira alrededor de eso, aunque también me gusta echarme unos mezcalitos.
Cada canción tiene un importante significado para usted. Una habla de desposeer, otra sobre limpiar, por ejemplo, ¿pero de todas ellas, con cuál conecta más en estos momentos?
Yo creo que cada uno de los temas tiene su esquina. Pero con Quisiera ser un meme conecto bien cabrón como concepto, porque creo que la cosa está por ahí.
Su sello musical está muy impregnado en este EP con ritmos latinos y electrónicos…
Siempre he tratado de trabajar los instrumentos orgánicos y la percusión, con la electrónica. Tengo acá en el estudio mi arsenal. Entonces el asunto de los sintetizadores y los beats me gusta mucho. Parto de disfrutar el trabajo creativo que pueda sumar con los instrumentos y después agregarle lo que haga falta.
Muchos lo consideraban la mente maestra tras Calle 13 y con este consiguieron múltiples nominaciones y premiaciones en los Grammy Latino. Ahora que debuta como solista, ¿tiene planes de colaborar con sus medio hermanos René e Ileana?
No, no. Creo que Calle 13 cortó en un momento bien importante porque ahí fue cuando cambió toda la industria musical y empezaron las plataformas en Latinoamérica y las playlist. Calle 13 paró con dignidad y fue un proyecto que no se convirtió en una banda tributo de sí mismo.
El trabajo que se hizo fue muy bueno, fueron muchas canciones increíbles que aún siguen vigentes, pero creo que era importante parar el proyecto y hacer otras cosas. Prefiero cultivar temas diferentes con mi familia antes que la música.
¿Qué espera que suceda de ahora en adelante con Cabra y qué planes tiene para La casa del sombrero?
Ahora mismo estoy desarrollando artistas nuevos con lo de La casa del sombrero. Viene un proyecto bien bonito. Con lo de Cabra la segunda mitad del disco va a estar saliendo en noviembre y estoy muy contento por eso. Seguir produciendo, seguir metiéndole. Aunque el 2020 estuvo activo, el 2021 empezó con una furia interesante, así que mi plan es seguir conectado a eso y hacer música.
¿Ya escuchó las primeras seis canciones de Eduardo Cabra? Déjenos saber en nuestras redes sociales @RevistaDiners.