En el último trago nos vamos: libro recomendado

Juan Gustavo Cobo Borda nos trae como recomendado de esta semana el libro de cuentos En el último trago nos vamos, del escritor argentino Edgardo Cozarinsky.
 
En el último trago nos vamos: libro recomendado
Foto: Tusquets editores
POR: 
Juan Gustavo Cobo Borda

Después de vivir treinta años en París, Edgardo Cozarinsky (1939) ha retornado a su natal Buenos Aires. Es un nómada que viaja mucho y así incrementa su escritura, con un pequeño cuaderno de notas en el bolsillo.

Su libro de cuentos En el último trago nos vamos (2018), que ha ganado el premio Gabriel García Márquez, patrocinado por el Estado colombiano, vuelve a tejer lugares muy distantes y exóticos, como Bangkok, con calles y avenidas porteñas, recorridas a pie y muy precisas en sus bares, restaurantes y comercios. Además de las rutas topográficas están sitios emblemáticos como la milonga de Villa Crespo, donde el pasado, ya un tanto fantasmal, resurge en actrices de teatro de revista, que mancilladas y deformadas por los afeites, insisten en bailar el postrer tango.

Así Cozarinsky se nutrió de las figuras del grupo de la revista Sur, cuyo primer número apareció en enero de 1931. Tradujo textos de Susan Sontag y, sobre todo, prologó una inquietante antología de Silvina Ocampo que Monte Ávila publicó en Caracas en 1970. Se titulaba Informe del cielo y del infierno. Algunos de sus cuentos, en apariencia ingenuos, develan terribles abismos.

A esto debe añadirse Borges y el cine, que Sur publicara en 1974 y donde ordena y rescata todas las incursiones de Borges en la crítica cinematográfica y que ampliara a nuevas reediciones en 1981 y en 2002, que llevaron a Bioy Casares a escribir: “Este libro admirable, tan ameno y tan útil, que nos propone Edgardo Cozarinsky”, nos lleva a no olvidar su pasión cinematográfica en varias películas como director, donde lo documental se une con la ficción: en su reconstrucción de los diarios de Junger, La guerra de un hombre solo o a partir de un texto de Borges, Guerreros y cautivas (1989).

Los ocho relatos de este notable libro juegan con la ambigüedad de un lector ferviente de Henry James y el mundo de los escritores rusos. Con el paso de los años sus personajes, si bien viven fugaces relaciones, ya han asumido la distancia de soledad y aislamiento que los preserva del mundo. Incluso con el primer relato, La otra vida, experimentan todo desde la muerte. Solo ven y conversan con los amigos fallecidos pues son también invisibles para cuanto los circunda.

         

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enero
14 / 2019