¿Cuál es la historia detrás de los dichos más populares?

Todo el mundo los usa, todo el mundo los lee, todo el mundo repite "ahí fue Troya", "leyes draconianas ", "discusiones bizantinas". Descubra el origen de estas expresiones.
 
¿Cuál es la historia detrás de los dichos más populares?
Foto: Coco, Disney 2017
POR: 
German Cano Riaño

Publicado originalmente en Revista Diners Ed.281 de agosto de 1993

HORCAS CAUDINAS

Escena del paso bajo el yugo en una pintura mural romana. Foto: Dominio Público


Los primeros pobladores de Roma tenían encuentros bélicos con sus vecinos los etruscos. En un combate, el ocurrido en el lugar llamado Caudium, los etruscos vencedores impusieron a los latinos el penoso sacrificio de pasar agachados por una empalizada llena de púas, de modo que sólo quienes superaron la difícil prueba lograron sobrevivir.

Esa fue la batalla conocida como de las Horcas Caudinas (321 años a. C.).

“Pasar por las horcas caudinas” significa, pues, someterse a una especie de infame humillación para poder obtener algo.

LENGUAJE LACÓNICO

 

Unos de los antiguos pobladores de Grecia fueron los lacónios, de quienes lo poco que se sabe es que se distinguían por su brevedad y parquedad al hablar.

Lacónico es, pues, todo aquel que se expresa con pocas palabras.

LEYES DRACONIANAS

 

En la primitiva Grecia existió un legislador llamado Dracón que estableció normas tan severas para el comportamiento de la gente, que todavía se conoce como draconiana la legislación que prescribe drásticos castigos para quien la infringe.

BIZANTINISMO

 

Los bárbaros, provenientes del Asia, se hallaban a las puertas de la ciudad de Bizancio (antigua Constantinopla, hoy Estambul), último bastión del imperio romano, con el propósito de someterla a su dominio.

Entre tanto los habitantes de la populosa urbe, en lugar de atender a los requerimientos de su defensa se entretuvieron con discusiones supuestamente filosóficas, pero tan baladíes e inútiles como tratar de establecer cuál era el sexo de los ángeles.

Así los bárbaros se tomaron a sangre y fuego la ciudad y la dejaron semidestruida. Desde entonces se califica como la discusión bizantina toda aquella controversia inconducente a lo verdaderamente importante.

AHÍ FUE TROYA

 

Después de diez años de asediar a Troya (o llion) sin lograr tomar la ciudad, los aqueos (antiguos griegos) acordaron fingir que abandonaban el lugar y regresaban a sus lugares de origen, los diversos reinos o provincias de Grecia.

La estratagema fue ingeniada por el astuto Ulises, rey de Ítaca. Creyendo los troyanos que eso significa su triunfo en la guerra, resolvieron celebrar jubilosamente la supuesta victoria. Los aqueos dejaron abandonado en la playa un inmenso caballo de madera en cuyo vientre se ocultaban unos pocos guerreros, entre ellos Ulises.

Al tomarlo por trofeo, los troyanos cometieron el error de llevar el caballo al interior de la ciudad, desoyendo las advertencias de Casandra, hija de Príamo, rey de Troya, y famosa agorera, quien vaticinó el grave peligro. Nadie la atendió.

En la noche, Cuando Los troyanos dormían bajo los efectos de copiosas libaciones, los guerreros del caballo salieron sigilosamente de su escondite y fueron hasta la infranqueable muralla, abrieron las puertas de Troya al ejército de los griegos, que así entró en la ciudad.

Troya fue saqueada, incendiada y destruida. Cuando se dice “Ahí fue Troya, se alude a un accidente inesperado. El caballo de Troya es un símbolo de intromisión con las argucias o del impostor exitoso.” Casandra significa una desgracia anunciada.

CRUZAR EL RUBICÓN

 

A Julio César, procónsul de las Galias y conquistador de amplios territorios que ensancharon sus dominios, le estaba vedado, por disposición del Senado romano, pasar de su frontera marcada al norte de Italia por el río Rubicón.

Resuelto a lo que fuera, César cruzó contra la prohibición el Rubicón y proclamó ante su ejército: “Alea jacta est” (La suerte está echada). Tuvo éxito y se apoderó de Roma. De modo que tomar el designio de afrontar lo que sea a causa de una actitud firme es “cruzar el Rubicón”.

CARRERA NAPOLEÓNICA

 

Napoleón Bonaparte, uno de los mayores genios políticos y militares de la humanidad, empezó su fulgurante carrera siendo muy joven. De insignificante hijo de un sargento italiano de Córcega, isla que pasó a ser de Francia precisamente en el año del nacimiento del personaje, se elevó vertiginosamente por sus éxitos militares hasta convertirse en el emperador de los franceses.

Con los poderosos ejércitos que él mismo organizó derrotó a todos sus adversarios y se erigió en el árbitro de los destinos de Europa. Fue uno de los hombres más poderosos que ha tenido el mundo.

Toda carrera meteórica que eleva rápidamente la condición humana, merece el adjetivo de napoleónica.

FILÍPICAS

 

Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno, pretendía el dominio de toda Grecia. Demóstenes, famoso orador de Atenas, advirtió tenazmente el peligro a sus conciudadanos con elocuentes discursos que se conocen como las filípicas.

Así se denominan todavía las vibrantes llamadas de advertencia que se formulan ante los peligros públicos.

DISCIPLINA ESPARTANA

 

Esparta, importante ciudad de la antigüedad, sobresalió en toda Grecia por el esmero que allí se dedicaba a la formación de la juventud para la salud, el deporte y la milicia, todo dentro de un riguroso régimen de absoluta austeridad.

Espartano es, en consecuencia, el sistema que exige sacrificio y orden.

ODISEA

 

“Después que les plugo a los dioses destruir la ciudad de Príamo y sus cincuenta hijos”, es el inicio de la rapsodia primera de la Eneida o poema épico de Eneas, escrito por Virgilio. Eneas era yerno de Príamo.

Terminaba la guerra con la destrucción de Troya, Ulises u Odiseo, rey de ítaca y autor de la ingeniosa estratagema del caballo que hizo posible la destrucción de Troya, emprendió el regreso a su tierra.

Las penalidades que sufrió durante el accidentado viaje por el Mediterráneo desde la costa de la actual Turquía, donde quedaba Troya, hasta la península griega, aventuras que se prolongaron por diez años, fueron narradas por el poeta ciego Homero en su famosa recopilación, llamada por eso la Odisea.

Desde cerca de doce siglos antes de nuestra era hasta ahora esa odisea es sinónimo de empresa heroica y llena de inmensas dificultades.

CATILINARIAS

 

En el siglo anterior a la era cristiana el famoso senador romano Marco Tulio Cicerón denunció con insistencia las conspiraciones políticas de su colega Catilina. Terminaba siempre sus discursos con una frase que se hizo célebre.

“¿Quosque tandem de Catilina abutere patientia nostra?” (¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?) Tales discursos pasaron a la posteridad como representación de exigencia moral: son las catilinarias.

LINTERNA DE DÍOGENES

 

Cuando se dice que un hombre buscado para cierta misión “no se encuentra ni con la linterna de Diógenes” se alude a este filósofo griego perteneciente a la escuela llamada cínica (por su símbolo, un perro descansando en el quicio o Kynos de una puerta).

El singular personaje, que vivió hacia el siglo III a.C.,de cía. que era imposible encontrar un hombre auténticamente bueno. Andaba por las calles de Atenas en pleno día alumbrando los resquicios con una lámpara de aceite en busca de un hombre que mereciera llamarse honrado. Por supuesto, nunca lo encontró.

Diógenes, en desdeñoso gesto de superioridad ante los valores, vivía dentro de un tonel en las afueras de Atenas. Un día fue visitarlo Alejandro Magno y le ofreció hacer por él lo que quisiera. Diógenes, acostado en el prado, contestó al rey, quién parado en frente le hacía sombra: “Que no me quites el sol”.

NUDO GORDIANO

 

Cuando Alejandro Magno, rey de Macedonia, emprendió la conquista del Asia Oriental, al pasar con su ejército por la población de Gordium se encontró con la profecía de que sólo el guerrero que lograra desatar el inmenso nudo de la cuerda que ataba el eje de una carreta allí estacionada, sería el conquistador de esos enormes y ricos territorios.

En efecto, cuantos intentaron deshacer el intrincado nudo, habían fracasado. El caudillo griego optó por cortarlo de un tajo con su poderosa espada. Vencido el obstáculo que se creía insuperable para todo hombre, logró la conquista de buena parte de Asia hasta aproximarse a la India, cuando lo sorprendió la muerte en el año 313 a. C, a la edad de 33 años. Dícese del que vence los obstáculos que se oponen a su voluntad, que “corta un nudo gordiano”.

         

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julio
27 / 2018