La biblioteca de Alberto Abello Vives

Alberto Abello Vives
La ceiba de la memoria
Roberto Burgos Cantor
Burgos escribió una obra cumbre. Apasionado por las representaciones de Cartagena de Indias en la literatura colombiana, estallé en júbilo cuando se presentó en el Observatorio del Caribe Colombiano la primera edición de esta obra premiada en Casa de las Américas.
La lectura en voz alta de uno de sus capítulos que hizo aquella noche el poeta Rómulo Bustos, fue la invitación para sumergirme en estas historias cruzadas durante los siglos, pero que tienen de telón de fondo el tremendo drama humano de la esclavitud. Burgos da vida y voz a personajes luminosos como Benkos Biojó y Analia Tubari, que nos obligan a pensar en el Nunca Jamás.
Economía y cultura en la historia de Colombia
Luis Eduardo Nieto Arteta
Los dos tomos de esta obra se constituyeron en piezas fundamentales para mi comprensión de la historia colombiana. Fue sugerido por amigos mayores, lo que hizo que lo leyera cuando ingresé a primer semestre de Economía en la Universidad Nacional. Fue uno de los primeros libros que subrayé. Por supuesto, durante la carrera y luego a lo largo de mi vida como profesor universitario fui descubriendo los desarrollos de la historiografía colombiana, que revisan la obra de Nieto. Mi emoción fue grande al regresar ya graduado al Caribe y encontrarme con su figura intelectual respetada y valorada en Barranquilla.
La riqueza de las naciones
Adam Smith
Estudié Economía en la Universidad Nacional y la Universidad Externado de Colombia. Eran los tiempos cuando se enseñaba con suficiencia la historia del pensamiento económico y los estudiantes podíamos profundizar en las obras de Smith, Marx, Keynes. En fin, otros tiempos. Por supuesto, por su carácter fundacional, este libro, que mi generación pudo leer en fotocopias, resultó apasionante. Aún recurro a una nueva edición para releer a Adam Smith en su visión sobre el trabajo y el libre cambio.
La hojarasca
Gabriel García Márquez
En la biblioteca de mi hogar estuvo siempre este libro, en su primera edición de 1955, cuya carátula fue ilustrada por la artista plástica cartagenera Cecilia Porras. Pasaron muchos años para que lo pudiera leer por primera vez y entenderlo. Pero la imagen de ese niño vestido con pantalones cortos y sentado en un taburete me atrajo profundamente, como si fuera la llave para ingresar en el universo caribe, cuyo estudio ha sido mi pasión a lo largo de mi vida.
Enciclopedia El Tesoro de la Juventud
La enciclopedia completa se encontraba en la biblioteca de mi padre, que fue llevada de Santa Marta a Bogotá cuando la familia migró del Caribe a los Andes en 1964. Era realmente un placer acercarse a cada uno de los veinte tomos verdes, pasar las páginas, ver las ilustraciones, leer las fábulas de Esopo. Y eso me acompañó siempre: pensar que otro mundo, enriquecido con muchas lecturas, es posible.