Pablo Milanés: “Trato de mantenerme lo más puro posible”

Daniel Zamora
De niño, Pablo Milanés (Bayamo, Cuba), no era muy distinto a cualquier otro pequeño, incluso, su sueño de ser cantante se iba fraguando gracias al ejercicio reiterativo que casi todos hacemos en la infancia-incluso de adultos-: mientras afinaba sus notas bajo el sonido de la ducha. Suspicious Minds, de Elvis Presley, fue una de las canciones que a menudo repetía con la banda sonora del agua cayendo al suelo. El rock and roll era uno de los géneros que escuchaba su padre y que con el tiempo lo ayudaron a formarse musicalmente.
Tal vez, algo que lo hizo ligeramente diferente a los niños de su edad fue que su pasión por la música superó, rápidamente, los límites de la bañera y desde pequeño ya cantaba como aficionado en la radio. A comienzos de los años 50 su familia se mudó a La Habana y a los 13 participó en el programa de televisión local Estrellas Nacientes. La convicción del por entonces joven Milanés, marcó la línea que definiría, desde muy pronto, su futuro profesional.
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De adulto, Pablo Milanés ni siquiera escucha radio. “Trato de mantenerme lo más puro posible para no dejarme influenciar por las tendencias actuales”, explica. Cree que no hay mucha variedad en la música comercial actual, que no se diferencia entre sí sustancialmente, “hay una globalización de un tipo de música que es la que está invadiendo todos los lugares, la televisión, las radios, los medios digitales e incluso los lugares a donde uno va a comprar. Ya no puedes ni siquiera tener la libertad de no escuchar nada. Es el resultado de la nueva industria musical, que homogeniza los gustos- los malos gustos-, a mi parecer”.
Sin embargo, la idea de Milanés no va encaminada a decir que todo tiempo pasado fue mejor; por ejemplo, no ve a la canción protesta, de la que es ícono junto a voces como la de Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Violeta Parra, como una expresión que tiene que posicionarse de nuevo o algo parecido, sino como un instrumento para hacerle frente a la música comercial.
“Los tiempos han cambiado, aquella canción protesta clásica que se generó en la juventud de mi generación tenía unos propósitos sociales concretos, en ese sentido ha perdido vigencia; pero creo que sigue habiendo músicos que hacen reclamos, o al menos evidencian su realidad con sus composiciones. Pero en general no tiene la misma acogida, la música popular, la música de autor, está en un estado de resistencia ante el fenómeno de la música comercial”.
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Por eso, cuando se le pregunta sobre la posibilidad de hacer un dueto musical con algún artista urbano como J Balvin o Maluma, responde sin dudar: “En primer lugar, su pregunta es una quimera. Espero que eso no se produzca porque la música, en general, sufriría un quiebre desgraciadamente inesperado”.
La producción musical de este artista comenzó con los Versos de José Martí, su primer disco que fue lanzado en 1974, y por ahora va en Amor, que canta junto a su hija Haydée. En el camino aparecen 50 discos más, que se dicen fácil pero que han valido sudor, viajes, sacrificios y una fuerte confrontación pública con el régimen político de su país, al que en varias ocasiones le ha solicitado disculpas públicas por, entre otras cosas, haberlo encarcelado, en su juventud, en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Las excusas no han llegado, y en cambio, lo censuran los medios locales.
Pasaron más de 40 años de carrera y Milanés afirma que no se ve fuera de los escenarios. Su voz aún conserva la fuerza y su espíritu mantiene la convicción infantil con la que cantaba Suspicious Minds mientras tomaba una ducha, pero la ingenuidad ya es cosa del pasado, y cuando le pregunto por el consejo que le daría al Pablo Milanés que apenas comienza su carrera, responde seco y reflexivo, “Pablo, mira bien por donde vas, que hay mucha mierda en el camino”.
En el marco del tour Canciones para siempre, el cantautor cubano se presentará el 23 de noviembre en el Centro de Eventos Royal Center, de Bogotá, el 24 de noviembre en el Coliseo de la Universidad de Medellín y el 25 de noviembre en el Teatro Los Fundadores, de Manizales.