Rocky Valdez: adiós a un campeón
Daniel Zamora
Rodrigo Valdez siempre tuvo fuego en sus manos. Cuenta el cronista Alberto Salcedo Ramos que a los diez años “Rocky”, como se conocía al boxeador cartagenero, ya pescaba como grande, y se sumergía en el mar de Cartagena con un taco de dinamita en las manos para encenderlo a fogonazos e ir acercando los peces a la superficie. Esa incandescencia nunca lo abandonó, y cuando la revista estadounidense The Ring, la más importante de boxeo, lo incluyó en el puesto 29 entre los 100 mejores boxeadores de la historia, reconoció el poder que tenía en sus puños, “tenía un poderoso y agresivo puñetazo que con cualquiera de sus manos podría sacar del ring a cualquier peleador”.
Fue campeón mundial de peso mediano en dos ocasiones. Peleó oficialmente 73 veces, ganó 68-42 por knock out-, perdió 3 y empató las otras dos. Impresionantes números que lo llevaron a pertenecer al muro de la fama del Consejo Mundial de Boxeo.
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Aun así, periodistas como el estadounidense Marty Mulcahey, que escribe para medios especializados en boxeo como Undisputed Champion Network, cree que Valdez no tocó techo, y además, tuvo la mala fortuna de coincidir en la misma época que el emblemático pugilista argentino Carlos Monzón, número 11 en la lista de los 100 mejores de The Ring y campeón de peso mediano.
“Fue un hombre que probablemente habría mantenido el título de peso mediano por un tiempo considerable si no hubiera competido en la era de Monzón, una era que le debe mucho a Valdez, porque la grandeza sólo se le otorga a aquellos que superan retos formidables, y Valdez era formidable. Era, al igual que el gran café que produce Colombia, una suave mezcla de poder y sabor que dio al mundo del boxeo un considerable zumbido. Cualquier hombre que pudiera golpear a Bennie Briscoe y derribar a Carlos Monzón (que no había probado el suelo durante trece años) merece ser considerado como uno de los mejores punzones de la división de peso mediano”, escribió Mulcahey en 2006.
Y es que las dos veces que Rocky se enfrentó a Monzón por el título (1976-1977), ganó el argentino, pero el resultado no era más relevante que las intensas batallas de gladiadores que pasaron a la historia como una de las rivalidades más ricas en emoción y técnica de la historia del boxeo.
Su última pelea oficial fue el 28 de noviembre de 1980, contra el dominicano Gilberto Amonte. Rocky Valdez falleció la noche del martes 14 de marzo, a los 70 años, víctima de los estragos de la diabetes. Se puede decir que sudó sus días de gloria, que se repartieron entre dar y recibir golpes; sin embargo, en “Memorias del último valiente. La historia de Rocky Valdez”, escrito por Salcedo Ramos, el periodista recuerda que que un colega suyo, Melanio Porto Ariza, le preguntó al boxeador que si algún día había sentido miedo mientras boxeaba, a lo que el pugilista le contestó: “Uffff, Mela, las muendas más fuertes me las dio la vida fuera del ring”.