André Breton, Pleamargen: libro de recomendado de la semana
Juan Gustavo Cobo Borda
André Breton, Pleamargen. Poesía 1940-1948.
Edición bilingüe de Xoán Abeleira.
Galaxia Gutemberg, Barcelona. 2016
André Breton fue el viajero explorador de muchas tierras incógnitas. Se internó en la siquis del hombre y trajo a la luz esas comarcas de las coincidencias, los encuentros a deshora, el azar convergente y las sorpresas arbitrarias con que un objeto nos asalta, llamándonos en medio del batiburrillo de un mercado de pulgas.
Fue poeta, ante todo, y tres libros suyos en prosa Nadja, El amor loco y Los vasos comunicantes nos hablaron de pasiones arrasadoras, fuera de toda lógica, y nos trajeron el recuerdo vivísimo de sus amigos, poetas o pintores, como Eluard y Chirico, que integraron el movimiento que capitaneó y razonó, en manifiestos y texto teóricos de vasta resonancia en todo el mundo. El surrealismo fue un movimiento iniciado en 1924, luego del escándalo dadaísta.
En el corazón de la patria de Descartes la lógica fue cuestionada por la ola de sueños, la escritura automática, los collages absurdos pero expresivos y el actuar de figuras, siempre cercanas a Breton, como Marcel Duchamp, Max Ernst o Antonin Artaud.
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Ahora tenemos la oportunidad de recorrer en edición bilingüe su producción poética de 1940 a 1948 que se cierra con el cuarto de sus grandes libros de diálogos entre su vida, su muerte y una nueva naturaleza que descubre exiliado en Norteamérica: Arcano 17. Abandonado por su segunda mujer, Jacqueline Lamba, Breton ha encontrado en Nueva York a Elisa Bindhoff, pianista chilena. Viajará con ella a Canadá. Las asociaciones libres y las cartas del tarot son apoyos fecundos para ese viaje por costas abruptas, jalonado por la voz poderosa del mar.
Los otros poemas apelan en muchos casos a la historia de Francia, como en “Los estados generales”, o a figuras también francesas como la “Oda a Charles Fourier” quien buscó crear sociedades utópicas, basadas en la armonía de los seres. Donde también magia, alquimia, ocultismo y mito buscan recobrar esa unidad perdida que Rimbaud cantó y Marx intentó abolir. Un arte original, en busca de nuevos principios. Solo el amor, la libertad y la poesía podrán revelarnos quiénes somos. Así lo entendió Breton y su legado aún continúa vigente.